Compañeros de apartamento

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Sasuke

Karin desaparece de mi vista al cerrar la puerta y volteo a ver a Hinata quien me
sonríe.

- Disculpa, ella es algo...

- Celosa y posesiva - me interrumpe causándome un poco de verguenza, pues aunque solo iba da decir celosa lo de
posesiva es muy cierto, y sinceramente hay varios cosas desagradable sobre Karin.

- Sí. - respondo apenado.

- Tranquilo, la entiendo, si yo tuviera un novio como tú, también seria un poco celosa. - dice sonriendo y repasando mi cuerpo con los ojos. ¿Acaso está
coqueteando? No eso no puede ser,
Hinata no haría eso.

- No creo que seas como ella. - digo,
frunciendo el ceño, no hay manera que una chica como Hinata, tenga las misma actitud de Karin.

- ¿Y cuánto tienen de novios? - pregunta sentándose en la cama.

- Año y Medio. - respondo tomando la maleta y subiendola a la cama. -De echo ahora estamos dándonos un tiempo.

La veo alzar una de sus cejas y me mira curiosa.

-¿Por qué? - pregunta colocándose a mi lado para luego abrir la maleta.

- Hemos tenido algunos problemas. - musitó sin querer dar más explicaciones.

-Creo que ella no está muy convencida de ese tiempo fuera. - comenta sacando una prenda de la maleta. Me mantengo callado, pues negarlo sería muy hipócrita, y hablar del tema no lo creo adecuando. - Lo siento. - se disculpa. - a veces suelo ser algo metiche.

-No te preocupes. - digo restándole
importancia al asunto. - ¿Vas a desempacar ya? ¿No quieres descansar, dormir un poco? - preguntó viendo cómo comienza a sacar su ropa. Trago grueso al ver unas bragas de encaje color fucsia con negro y desvío la mirada.

- No traigo mucha ropa. - responde tomando las prendas íntimas y yendo a
ponerlas en el cajón del armario. - Lo que si tengo es hambre. - dice tocando su barriga.

- Bueno, no se diga más, mientras guardas tus cosas, voy a preparar un desayuno. - me dirijo a la salida de la habitación. - ¿Algo en particular?

- No, lo que que me des.... - pausa un momento y sonríe - Me encantará. -
termina con cierta mirada y aquello provoca una extraña y muy conocida
sensación en mi cuerpo.

- Bien..... Estás en tu casa. - digo saliendo de la habitación.

¿Hinata está coqueteandome? No, eso no puede ser, ella no es así, siempre fue una chica tímida e introvertida. Aún recuerdo aquella vez que esas chicas la estaban maltratando, fue la primera vez que tuve una conversación larga con ella, me molestó saber que sufría de bullying, por eso la ayude, después de todo yo había pasado por lo mismo después de haber tenido aquel accidente donde perdí a mi madre. Me cerre, no quería hablar con nadie, mis compañeros me tildaron de raro, y uno que otro me hacía unas crueles bromas, pero poco a poco y con ayuda de mi padre salí de aquella depresión y pude enfrentarme a los chicos que me molestaba. Cuando vi a Hinata sufriendo por el acoso de sus compañeras quise ayudarla y aquello provocó que surgiera algo así como una amistad entre nosotros. Si suena raro, un chico de Veinte años amigo de una niña de catorce, bueno que puedo decir, ella era la hija de la novia de mi padre, tenía que llevarme bien con ella, papá se notaba enamorado y yo no quería ser un problema para él, además Hinata era una chica excepcional. Nuestra amistad duró poco, pues pedí un traslado a la universidad de Osaka junto con Naruto, porque nos estaban ofreciendo un trabajo aquí. En fin, la verdad es que no puedo decir que conozco a Hinata del todo, pero por lo poco que he tratado con ella, siempre fue tímida, por eso se me hace raro que este coqueteandome. No, deben de ser ideas mías, ya estoy como Karin, que cree que toda chica que se me acerca quiere algo conmigo. Sólo son ideas mías.

mi sexi hermanastro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora