T1. Capítulo 6.- Carrera de Cumpleaños

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- Veamos, ¿a quienes debería pedirles que vengan? - Se preguntaba Denji golpeteando el bolígrafo contra sus labios, frente a el, en la mesa se encontraba una hoja de papel con algo escrito que decía: «Asistentes al cumpleaños de Nayuta». - Seguro la profesora Hiromi, y esa niña, su amiga, Kotori. ¿Pero no son muy pocos personas? No conozco más amigos de Nayuta. -

Estaba algo agobiado por esto. Desvió la mirada solo para ver a la pequeña chica jugando con los perros y Nyako, el gato de Power.

- Tal vez respirar algo de aire fresco me ayude a pensar mejor. Y sirve que pasamos a ver pasteles o algo así. - Se levantó con cuidado, recientemente había peleado con un demonio y no pudo beber sangre, así que estaba cansado y adolorido. - Nayuta. Ponte los zapatos, saldremos un momento a ver algunas cosas. -

- ... - La niña le miró fijamente unos segundos, incluso ahora tras ya casi un año de haberla conocido, Denji tenía ciertas dificultades para descifrar sus pensamientos. - ¡Está bien! - Y salió en dirección a sus zapatos dando pequeños saltos en el tapete. Probablemente algo que vio en televisión.

Caminaron hasta la zona comercial de la ciudad, deteniéndose en una modesta pastelería. El exterior era como el de una cabaña rodeada de una cerca de madera blanca decorado con cupcakes. Nayuta olfateo uno, decepcionándose al notar que no eran reales.

- ¡Ah! ¡Denji! ¿Cómo est-? ¿Eh? - Kobeni, quien había visto al rubio a lo lejos y apresuró el paso para alcanzarlo, se topó con la sorpresa de ver a Nayuta a su lado. La pelinegra le devolvió la mirada con una expresión vacía y sin intereses.

- Oh, Kobeni. Nayuta, ¿te parece si pasas tu sola a ver los pasteles? Ahora voy contigo. - La niña asintió entrando al local. Denji suspiró antes de ver a su amiga. Era algo que había evitado contarle, pero era obvio que tarde o temprano tendría que decirle, solo no esperaba que fuera de ese modo. - Kobeni, ¿puedo explicarte esto? -

- Por favor... -

En el interior, la mirada curiosa de Nayuta se pegaba al cristal de las vitrinas viendo los vistosos y coloridos pasteles con todo tipo de glaseados, deliciosas frutas y mermeladas. La dependiente, una mujer mayor, le dio entonces una pequeña muestra, enternecida por la actitud tan devota pero silenciosa de la niña.

- Hace ya casi un año, mañana se cumple uno, de hecho... El viejo borracho me dejó a cargo del cuidado de Nayuta. Dijo que era de total importancia y no podía dejarla con Seguridad Pública si quería evitar un desastre. -

- ¿«El viejo borracho»? Oh, el maestro Kishibe. - Pensó para si misma. Luego habló: - Y-ya veo. Ha decir verdad creí que tal vez la habías secuestrado. -

- ¿¡Eh!? ¡Yo no secuestro niños! Y tampoco los como, ese es otro rumor errado. - Se quejó.

- Lo siento, era una pequeña broma. - Rio con nerviosismo. - En realidad, si me sorprendió. Pero solo porque nunca la habías mencionado. Yo... Ella tiene los mismos ojos que la señorita Makima. Y, bueno... -

- Lo sé. A veces, cuando dormimos, ella tiene los ojos abiertos, y si me despierto a mitad de la noche y la veo... Es aterrador. - Respondió. Era como quitarse un peso de encima el poder contarle sobre Nayuta a Kobeni. - Ah. Estoy planeando una fiesta para Nayuta, ¿podrías ir? Te daré la dirección de mi departamento más tarde por mensaje de todas formas. -

- Me encantaría. - Dijo sonriéndole a su amigo con calidez.

- ¡Denji! ¡Denji! - Nayuta llegó corriendo con algo de pastel sobre sus labios. - ¡La señora me dio un pastel muy rico! ¿Podemos comprarlo? -

- Oh, ahora lo veré con ella. Pero en realidad tenía pensado recogerlo mañana, solo iba a apartarlo. ¿Sabes por qué? -

- ¿Por qué si lo dejamos en el refrigerador sabrá mal para mañana? -

Chainsaw Man [ Ratones de Ciudad ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora