T2. Capítulo 1.- Sangre

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Un viernes por la mañana, ese último día de la semana previo al sábado y al domingo, ese día de trabajo antes de un merecido descanso. Pero también, uno de los días donde las personas se encuentran más desanimadas.

Kobeni despertó con un bostezo que mostraba sus pocas ganas de ir a trabajar ese día, pero tras unos segundos quieta mirando a su puerta se limpió el rostro con sus propias manos y se dirigió al baño contiguo a la habitación. Se echó agua en silencio a la cara, para seguido comenzar a untar un jabón especial el cual creó un poco de espuma, que luego enjuago lentamente.

- Vaya sueño que tengo. - Se dijo a si misma en un susurro viéndose al espejo. Tras eso salió del baño en dirección a la cocina. - Veamos que hay para hoy. - Al final hizo un poco de pan tostado con mermelada y unas pocas frutas cortadas encima, eso era más que suficiente.

Kobeni sonrió al recordar una de sus primeras salidas con Denji. «Ah... ¡Pues yo quiero un pan tajado con mermelada!», fue lo que dijo el rubio cuando la mesera estaba tomando sus ordenes. Esperaba con ansías la siguiente vez que lo viera.

Su departamento no era muy grande, pero mantenía la comodidad y todo lo necesario para vivir en el. Finalmente tomó su bolso y salió a la calle no sin antes cerrar bien la puerta, quería evitar cualquier inconveniente como el de hace cuatro meses atrás.

Las calles eran normales, unas cuantas voces por aquí y por allá. Las personas caminaban absortas en sus propios asuntos, algunos, los que parecían de mayor poder adquisitivo, incluso iban hablando por teléfono sobre negocios y cosas que nadie quería ni pretendía escuchar. Luego de cruzar la calle luego de que el indicador del paso peatonal brillara en verde por fin llegó a su trabajo.

- Buenos días, Kobeni-chan.

- Buenos días, Tae-chan. - Dijo la joven levantando su mano. Ambas amigas se saludaron, Tae era una recepcionista en la empresa, y Kobeni una oficinista. - ¿Qué tal las cosas por aquí? -

- La señora Koharu mandó unos documentos a tu escritorio, dijo que eran urgentes. - Le comentó en un susurro para evitar que alguien más lo escuchara. - Pero no te preocupes, ¡seguro podrás hacer lo que sea que te pida como siempre! -

Kobeni suspiró, luego de despedirse de su amiga tomó el ascensor. La sueva melodía la calmaba un poco, tenía el presentimiento de que ese día sería pesado y necesitaba estar en el mejor estado posible. Las puertas se abrieron, lo que menos esperaba era encontrarse con la señora Koharu. Era algo mandona y poco amable con las personas.

Pero todo parecía ser una broma cuando escuchó su voz justo a su lado, casi en su oreja al igual que el aliento de la mujer.

- ¡Oh! ¡Kobeni, aquí estas! - Dijo su jefa, Koharu. Salió del ascensor y camino junto a la mujer hacia su propio escritorio. - Te deje aquí unos documentos, debes leerlos con cuidado. Y al lado hay un disco duro, solo pasa los datos indicados en los documentos a un pendrive. Y eso sería todo. Nos vemos, en unas horas volveré a ver que tal te va. -

Kobeni habría deseado protestar, la velocidad de los discos duros de la empresa era mala, debido a que no eran recientes y cada día la tecnología mejoraba al mismo tiempo que el peso de los archivos aumentaba exponencialmente.

- Ah... Mierda. Pues hagamos esto... - Dijo para si misma suspirando de resignación. Al menos su silla era cómoda y podía dar vueltas ella. - Veamos, veamos... -

Conectó el disco duro gracias al adaptador guardado en el cajón izquierdo de su escritorio. Al abrirlo miró con horror los 114 gigas de archivos entre los cuales tendría que buscar aquellos documentos que debía mover a una pobre pendrive.

- Pues nada... Empecemos... - Abrió el jugo que llevaba consigo y comenzó a beberlo mientras tecleaba en su computadora. Al final si que sería un día tedioso.

Chainsaw Man [ Ratones de Ciudad ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora