T1. Capítulo 7.- Aguja en un Pajar

315 25 32
                                    

Sus manos se deslizaban por su ropa acabando con las arrugas de su camisa, el pantalón le daba igual ya a este punto. Se miró en el espejo observando el estampado que decía «El Chainsaw Man manda» y sonrió tontamente. Se acercó hasta la puerta de entrada y salida llevando su calzado colgando de su mano sostenidos únicamente por unos cuantos de sus dedos.

Termino por atar los cordones de sus zapatillas y se preparó para salir del departamento dando leves trotes en el pequeño desnivel en la salida.

Pero antes se detuvo recordando a la pequeña persona que se encontraba comiendo en tranquilidad justo en la sala de estar.

- Nayuta, voy a salir un momento. - Avisó. La niña prestó poca atención a esto. - No salgas, ni le abras a nadie. Volveré pronto, cuídate. -

- Adiós, Denji. - Contestó viéndolo salir, se hicieron un corto gesto de despedida marcado por la clásica señal de «Love & Peace». Finalmente el rubio se había ido cerrando la puerta tras de si, aislando a Nayuta del exterior. - ¿Quieren jugar un rato? - Preguntó a los perros. Nyako que reposaba somnolienta sobre el televisor maullo.

Comenzó a correr detrás de los perros quienes expresaban su alegría de poder jugar con ella tanto con ladridos sonoros y saludables como tumbandose al suelo para dejarle acariciar sus vulnerables torax, expuestos con confianza a su pequeña amiga y cuidadora.

- ¿Eres un buen chico? - Preguntó en un tono inocente a uno de los perros de pelaje blanco con múltiples manchas negras repartidas por este. - ¡Si lo eres! - Reanudó el juego, ahora siendo ella la perseguida tratando de evitar sus suaves patas sobre su cuerpo.

Corrió con los brazos en alto mirando hacia atrás, hasta que se percató de como empezaban a detenerse. Todo quedó en un profundo silencio, únicamente interrumpido por el maullar de Nyako.

- Ah. ¿Necesitan ir al baño? - Preguntó, claro que no esperaba una respuesta comprensible a su idioma, pero el gesto de los perros de aproximarse a la puerta y aullar mientras la arañaban fue suficiente. - Bien, pero solo será un momento pequeñito. - Les dijo.

Abrió la puerta algo temblorosa, sentía algo de temor de encontrarse a Denji al otro lado, listo para regañarla por desobedecer la única regla que le puso. Pero no fue así, el rubio aun no estaba ahí. Los perros salieron corriendo bajando las escaleras con prisa para dirigirse al pequeño parque frente al pequeño edificio de cuartos y departamentos en renta.

- ¡Espérenme! ¡No se vayan muy lejos! Porque si no Denji me va a regañar... - Dijo por lo bajo. Se acercó con ellos para cuidarlos. Luego de un rato parecían haber terminado. - ¿Ya terminaron? Ahora volvamos adentro antes de que alguien se de cuenta de que me salí. - Entre ladridos, los animales que, cualquiera diría que la entendían a la perfección, empezaron a correr en dirección al departamento ante su mirada.

Suspiró con alivio antes de escuchar un corto pero inconfundible «woof» detrás suya. Se giro y ahí estaba el perro más joven de todos, ese de pelaje gris con algunas zonas negras. Le mostraba la lengua respirando tranquilo.

- Adentro. Venga, vamos. - Al acercarse el se alejó de la niña. - Mmm... Vamos ya, hay que entrar a casa antes de que Denji llegue. - Nuevamente se alejó de ella.

A cada paso tomaba distancia, hasta que confundiendo todo con un juego, el perro simplemente soltó un ladrido juguetón y comenzó a correr.

- ¡E-espera! ¡Si te pierdes me van a castigar! - Dijo empezando a perseguirlo. Antes de darse cuenta, pasó de estar en el parque a meterse entre las calles de los suburbios. - ¡Para ya! ¡Por favor, volvamos a casa! - Las calles empezaban a ser poco reconocibles, por suerte aun recordaba el camino de regreso, pero de seguir así lo olvidaría por completo.

Chainsaw Man [ Ratones de Ciudad ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora