Un Cuento (Adaptación)

Miedo

26. Miedo

Creo sin lugar a equivocarme que ya han pasado demasiados años y puedo explicarte perfectamente como me sentí­ cuando me dijiste que estabas embarazada.

Fue una mañana que llegaste a la productora con una mirada diferente, una mirada que te haci­a lucir brillante, te daba una luz, que hací­a que cualquiera que te mirara tuviera un día feliz, desprendías felicidad, me resulto curioso y aproveche el momento que nos dejaron solos en el loft/despacho que yo tenia en la productora ahora que estaba metido de lleno con la producción de los realities 24 horas.

Me senté a tu lado y te mire, "vas a contarme el por qué de esa mirada", te hiciste la interesante y me miraste de forma enigmática, "venga Letizia", reíste de forma abierta y clara sin disimular tu felicidad.

Te levantaste y llevaste tus manos a tu aun liso vientre, "voy a ser mama", creo que entre en pánico y reaccione de una manera casi inesperada, me eche a reír, solté una carcajada que fue producto de los nervios, mezclados con la sensación de incertidumbre que se apodero de mi.

Me miraste rencorosa y me golpeaste en el hombro, "te causa gracia Borbón, que este esperando un bebe", cada vez parecí­a hacérseme mas irreal para mi tus palabras y creo que estaba en estado de shock porque seguí­ riendo casi descontrolado, saliste azotando la puerta y de mal humor.

Yo me quede como un imbecil, estaba aterrado, muerto de miedo, ese era el sentimiento que tenia, pero mi estupidez soberana me llevo a reírme, estabas embarazada, embarazada y me costaba respirar.

Ibas a ser mama, iba.........iba a ser padre, porque nunca dude ni un momento que ese bebe fuera mio y creo que esa idea me aterraba.

No el tener un hijo, mas bien era la idea de no estar a la altura, de no saber cómo afrontar la situación, de pensar que no iba a ser buen padre y que te defraudaras de mi.

Te busque por todos lados sin encontrarte y recuerdo la mirada de reproche de Sonsoles y luego su sermón de cómo podía ser tan infantil como para tomarme algo tan importante como ese hecho a gracia.

Recuerdo que mi mirada se convirtió en pánico ante la situación de que podi­a haberte dado a entender que no me importaba para nada que estuvieras embarazada, Sonsoles supo verlo y me arrastro literalmente hacia los baños donde estabas sentada en una cabina con la cara entre tus manos.

Me viste entrar y me miraste con reproche, me sentí­ patético por muchas razones pero sobretodo por haberme reído minutos antes.

Te levante de la taza del water y escondí mi cabeza entre tu cuello y tu hombro, te susurre un lo siento y luego apoye mis manos en tu vientre, un bebe, nuestro bebe, te sonreí como un idiota y te bese dulcemente en los labios, creo que me perdonaste al instante mis risas nerviosas y yo lo agradecí­ en un mudo asentimiento.

Quiero que sepas que nunca me causo gracia el hecho de que estuvieras embarazada, la idea era aterrante para mi, un bebe que llegaba de forma inesperada, sin pretenderlo ni planearlo, en un momento en nuestras vidas, en que muchas cosas estaban cambiando y muchas cosas mas cambiarían a partir de aquel momento.

Simplemente fue un miedo infundado el que me invadió, un miedo que se disipo por completo con el pasar de los días, al ver tu felicidad, tu mirada brillante, como tu vientre iba creciendo cada vez un poquito mas y saber que portabas en tu vientre una niña, que seria preciosa al igual que tu, que seria fruto del amor, de nuestro amor.