Un Cuento (Adaptación)

Final no tan feliz

A/N: Como lo prometido es deuda, aquí va el final original, de la historia. Espero que os guste. Gracias como siempre, por leer, comentar y votar.

Termino de leer la ultima frase y cerro aquella libreta, que la había transportado a tantos momentos vividos, a tantos recuerdos felices y a algunos no tan felices, que la había hecho darse cuenta de que ella no había sido la única que sufría al estar separados, que él pese a su ­hermetismo sentimental también sufría.

Las lágrimas vagaban sin fin por sus mejillas y no hacia nada por detenerlas, para qué, necesitaba desahogarse, eran treinta años amando a una persona con locura y no pudiendo estar con ella, miro la luna brillante y sonrió con nostalgia.

Sintió como una mano se afianzaba en su hombro y se seco las lagrimas, miro a su marido y volvió a poner su mascara que tan bien había perfeccionado con los años

Jaume: ¿Qué os pasa a las dos?, os ponéis hasta de acuerdo para llorar

Letizia­ lo miro sin entender, como que ella también, eso querí­a decir que Leonor lloraba, Jaume pudo entender la incógnita en la cara de su mujer

Jaume: Leonor, que después de hablar por teléfono con Borbón se ha marchado llorando a su habitación, parece que no va a estar en la boda

Letizia ­ abrió la boca con sorpresa y ahogo un gemido en su boca, no él no podía hacerle eso ni a ella ni a su pequeña, se levanto y fue directa a la habitación de su hija.

Leonor, lloraba desconsolada contra la almohada al sentir a su madre abrir la puerta, alzo su precioso rostro lleno de lagrimas, Letizia se acerco a ella y la acuno en sus brazos como hací­a cuando era una niña

Leonor: me ha dicho que no, que no puede ser mi padrino, porque........porque ni siquiera va a estar en mi boda, que al tio Álvaro y a él se le han complicado las cosas del trabajo en Madrid y va a serles imposible venir

Se mordió el labio intentando controlar la rabia que se apoderaba de ella, no podía creer que él prefiriera cerrar unos asuntos del ultimo proyecto que tenia en Madrid que venir a la boda de su hija, no podía ser le resultaba difícil creérselo, él lo anteponía todo a Leonor.

Estuvo acunando a su hija durante un rato largo, susurrándole palabras tranquilizadoras, hasta que consiguio dejarla dormida, miro su reloj de muñeca, eran las dos de la madrugada, salió de la habitación e incluso salió de su casa, con el movil en el bolsillo, no le importaba la hora que fuera, no iba a permitir quedarse sin una explicación, no le iba a permitir que se desentendiera de esa forma del día mas especial de su hija.

Marco el teléfono que ya sabia de memoria y espero que diera tono. El sonido del movil les despertó, Felipe lo cogió de la mesa y miro el numero, tosió con algo de dificultad y miro a Álvaro en una muda suplica, este cogió el movil de las manos de su amigo y salio de la habitación, para dejarlo descansar

Al: buenas noches Letizia­, no crees que no son horas para hacer una llamada
L­: mira Al, no me hagas enfadarme contigo también, qué pasa que tu amigo es tan cobarde que te ha pasado el movil a ti para no tener que explicarme porque no va a estar en la boda de su hija, le ha roto el corazón
Al: mira­, no son horas y de verdad, todo tiene una explicación lógica
L: pues que me la explique porque quiero entender, necesito entender, que no venga a la boda, de la persona que más ama, según él, pásamelo
Al: Ahora no puede ponerse Letizia­, te llamara mañana sin falta te lo prometo
L­: no, quiero hablar con él ahora, pásame con Borbón, Fuster ahora
Al: buenas noches Letizia

Miro el teléfono sorprendida, Álvaro la había colgado se había atrevido a colgarle, pateo el suelo con fuerza y comenzó a llorar de rabia, maldito cobarde no habí­a sido capaz de darle la cara, volvió a marcar, lo haría tantas veces hasta que se atreviera hablar con ella, sus intentos fueron en vanos porque habían apagado el movil.
Entro en su casa furiosa y cogió la libreta entre sus manos, la llevo a su pecho y lloro de amargura, maldito cobarde Felipe de Borbón, eres un maldito cobarde, se dijo para si misma con los ojos nublados a causa de las lagrimas.