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Marie: Y... ¿Qué tal estuvo la pijamada?—Preguntó la madre, quien iba al volante después de recoger a su hija de la mencionada pijamada en casa de Daisy.

La pelirroja miraba por la ventana, navegando por sus pensamientos y sin poder dejar de pensar en el lindo momento en el que Loud le entregó algo que se había quedado por error durante años.

Blair: Estuvo bien, fue divertido.

Marie: Me alegro.

No tardaron mucho en llegar a casa y lo primero que hizo la ojimiel fue dejar al pequeño conejito en la cama junto con las demás almohadas y cojines.

La sonrisa permanecía en su rostro hasta que se recordó el pequeño encuentro que había tenido con la atleta en el baño.

¿Cuál era aquella pregunta que tanto la atormentaba? Oh cierto.

Mientras se sentaba en la cama aún perdida en sus pensamientos, llegaron varios de ellos a su mente.

Como la vez que casi termina en el piso de no ser por Lynn quien la salvó de caer de los escalones en la casita.

O aquel día en el que le prestó su sudadera por el frío del huracán.

Al recordar eso sus ojos se abrieron como platos y se paró al instante de su cama y abrió su closet, recordando que aún tenía aquella sudadera con el número uno.

Oh mierda.

Pensó la chica, tomando en sus manos aquel pedazo de tela roja entre sus manos y mordió ligeramente su labio inferior.

Voy a lavarlo y después se lo entregaré.

La madre de la chica entró a la habitación sin avisar y la vio sosteniendo la sudadera.

Marie: ¿Que haces todavía con eso? ¿No era de tu amiga?—Los nervios de Blair se activaron.

Blair: Si, eh... se me había olvidado devolvérselo.

Marie: Llévala el lunes, tal vez la necesita.—La otra asintió mientras su madre salía de su habitación, cerrando la puerta.

Blair soltó un suspiro de alivio.

Lun/16/10

No creo que haga falta decir que ahora eran un grupo de seis chicas, pasaban sus recreos y clases juntas.

Paula: No puedo creer que prefieras el Rari-Jack.

Paula: Y yo no puedo creer que prefieras el Apple-Dash, tómate tus medicamentos.—La otra rubia rió con el ceño fruncido y le dio un ligero empujón a Daisy.

Blair: Cuando se hagan las sorprendidas nos hacemos novias.—Blair bromeó refiriéndose a las rubias y la atleta la miró con una sonrisa sincera.

Margo: No creí que te me declararías tan pronto, sé que mis encantos son hipnotizantes, pero no tienes que ser tan Simp.—La pelirroja rió junto con Margo.

Liv las miró y después a Lynn, quien caminaba en silencio y ahora con una expresión neutra. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la morena y se acercó a ella.

Liv: Huele a celos.—Susurró a su lado y la más alta la miró, frunciendo ligeramente el ceño.

Lynn: ¿De qué debería estar celosa?

Liv: Oh bueno, pues de Margo y Bl-.—Lynn tapó su boca antes de que ella pudiese terminar y Margo volteó a verlas.

Margo: ¿Me llamaron?

Lynn: No, no es nada.—La otra asintió y volvió a girarse hacia Blair.

...

Las tres futbolistas dejaron a las demás, pues tenían que entrenar, eso dijo el coach.

¿Are we still enemies? Lynn Loud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora