Ya había pasado una semana completa desde que Ángel se empezó a alejar del felino, para el había sido muy difícil, quería estar cerca de el, quería contarle como se sentía, pero las palabras de aquél demonio de verdad le habían afectado, solo llegaba a su habitación a llorar, rogando muy en el fondo de sí que Husk tocará la puerta y le preguntará qué le pasaba, cosa que obviamente no pasó, el alado no quería que se sintiera incómodo, y cada vez que intentaba hablar un poco el lo alejaba, por lo que dejó de insistir.
Ya había cerrado el casino, eran las 6 am, esa noche fue muy pesada, y se quedó más tiempo para ayudar a cerrar, estaba agotado, solo tomó algo de comida para llevarle a Fat Nuggets.
Abrió la puerta de su habitación, tenía una expresión cansada, caminaba con los pies pegados al piso y sentía su cuerpo pesado, solo quería acostarse en su cama y olvidarse de todo.
—Fat, llegué— avisó al pequeño cerdito, dejando la comida en su plato —¿Fat?— habló de nuevo, no lo veía, siempre que llegaba a la habitación lo recibía con alegría y pequeños saltos.
—¿Patitas gordas?— para ese punto se comenzó a preocupar, caminó por todo el cuarto, buscando y llamando al pequeño.
No estaba.
—Mierda, ¿Dónde se metió?— susurro entrando en pánico.
Rápidamente salió, buscando en todos los rincones, habitaciones abiertas, salones de servicio, todo, pero no estaba, parecía que alguien se lo hubiera llevado, pero ¿Quién? No tenía sentido, ya lo habrían regañado en tal caso de que lo descubrieran, ni siquiera estaban permitidas las mascotas.
Se encontraba en el segundo piso, en la sala común del hotel, buscando detrás de uno de los sillones.
—¿Buscás algo?— una voz lo interrumpió, era Hiara, la chica que fue apostada junto con el la primera noche.
—No...— Respondió volteando para todos lados comprobando que no estuviera su mascota.
— Ajá,— Hiara obviamente no le creyó — el jefe te está buscando.
—¿Qué?— eso hizo que la mirará y pusiera toda su atención a la chica— ¿Para qué?
—No lo sé, solo dijo que quería verte en su oficina — el abrió bastante los ojos, no se lo esperaba, no hablaban hace días ¿Por qué ahora?
—Esta bien, gracias por avisar.
— Por nada— respondió la chica amable mientras se alejaba.
Ángel hizo lo mismo, caminó en dirección a las escaleras con muchas dudas en su cabeza.
¿Qué quería? Según el ya no le hablaría, había dejado bastante claro que no quería contacto con el, aunque en el fondo rogaba que le dirigiera la palabra, daba a entender que no quería tenerlo cerca a pesar de que en realidad extrañaba hablar con el, lo extrañaba demasiado.
Cuando estuvo a punto de tocar la puerta una duda lo invadió, ¿Y si descubrió a Fat Nuggets? No lo había pensado, pero era posible, ¿Para que otra cosa lo querría?
Para chupar su verga, para lo único que sirves.
Angel trataba de sacar esos pensamientos de su mente, pero no podía, las palabras del demonio no salían de su cabeza desde hace días, y el de verdad le creía.
Angel tocó la puerta, aún con el miedo de que su jefe hubiera encontrado a su cerdito, cuando escuchó un "adelante" tomó el picaporte dispuesto a entrar, intentando de quitar las ideas de Husk encontrando a su mascota, eso era algo casi imposib...
Pues ahí estaban, Husk sentado en el escritorio con el pequeño Fat Nuggets recostado en el mismo disfrutando las carisias que le daba el felino.
Ángel se quedó petrificado, no sabía que hacer o decir. Cuando el alado dirijo la mirada hacia el se empezó a poner nervioso, lo había descubierto.
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𝚃𝚘 𝚝𝚑𝚎 𝚎𝚗𝚍//𝚑𝚞𝚜𝚔𝚎𝚛𝚍𝚞𝚜𝚝//𝚑𝚊𝚣𝚋𝚒𝚗 𝚑𝚘𝚝𝚎𝚕
FanfictionÁngel Dust, el actor porno más conocido de todo el infierno, es apostado en un juego por su jefe, Valentino, un demonio que abusa constantemente de el, tanto física como emocionalmente. Esté pierde la apuesta, quedando al mandato de Husk, un overlor...