𝕃𝕒 𝕒𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒

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-Señor.

El demonio levanta la mirada para dirigirla a la joven que acababa de entrar en su oficina.

-¿Qué necesitas, Hiara?- Preguntó con sus ojos de nuevo en los papeles que se encontraba leyendo.

-Es que llegaron los proveedores, y necesitamos su firma para que procedan a bodega.

El demonio no dijo nada, solo se levantó de su silla en camino a la parte trasera del casino/hotel.

En cuanto cierra la puerta de su oficina voltea a ver a su empleada y habla de manera firme:

-Hiara, de nuevo al escenario, ya sabes que esté no es tu trabajo, hoy van a venir clientes importantes y quiero que estén cómodos.

-Si, jefe- Fue todo lo que dijo la chica para retirarse.

Ella antes de trabajar para Husk, era una stripper que trabajaba en un bar de mala muerte, cuando el demonio compró su alma, bastante barata a decir verdad, pensó que tendría el mismo destino que en aquel bar, solo que en un lugar de mucho prestigio, pero no fue así, ella hacia presentaciones, claro, pero nada explicito, nada sexual, y su jefe nunca la obligó a vender su cuerpo, algo que ella agradecía mucho, y es que realmente a Husk se le hacía algo desagradable.

Por lo mismo no se llevaba muy bien con uno de los invitados de esa noche, Valentino, uno de los overlords más poderosos de todo el infierno, y ésto gracias a esas prácticas, tenía un estudio pornográfico, definitivamente no se sentía muy cómodo cerca de el, pero se propuso que la reunión sería en el casino más grande y exclusivo de toda la ciudad, a lo que no tuvo como negarse, sentía mucha presión de parte de los otros overlords.

Una vez que terminó de firmar a los proveedores decidió ir directamente al bar para ver si ya estaban ahí sus invitados, pero una voz lo tomó completamente por sorpresa haciendo que pegará un pequeño salto.

-Husker, mi amigo - Saludó muy amable el demonio de la radio.

-Carajo, Alastor, en serio deja de hacer eso, -Hablo algo irritado el felino- Debería ponerte un cascabel.

-Oh, Husker, tan simpático como siempre- Expresó con su característica sonrisa, mientras caminaba a su lado directo al bar.

El contrario no dijo nada, solo siguió a paso firme para llegar al bar del casino, el lugar era bastante grande, lleno de máquinas para apostar y grandes mesas, aunque eso solo era la primera planta, el resto de pisos eran puras habitaciones, pues también era un hotel, esté era muy popular, el más visitado de los 7 anillos del infierno.

Una vez llegaron, pudieron visualizar, estaban todos, solo faltaban los vees. Alastor tomo asiento junto a Rosie, estaban en una mesa grande, elegante, justo enfrente de Hiara, la cuál robaba miradas por todo el lugar. Por otro lado Husk solo se paró frente a la mesa, no quería ponerse cómodo, porque sabía que Valentino podría aparecer en cualquier momento y arruinar su tranquilidad, por lo que simplemente se quedo observando a su bailarina estrella, la cual cantaba una canción, una muy bonita.

-Pero mira a quien tenemos aquí - se escuchó a lo lejos, en ese momento Husk sabía que su paz había acabado, definitivamente no se llevaba nada bien con el proxeneta-El anfitrión de esté gran casino.

El felino no dijo nada, no tenía nada que decir solo asintió con la cabeza cuando Valentino se sentó en su silla en un extremo de la mesa, con un demonio en sus piernas.

-¿Qué?¿Te comió la lengua el ratón?- Preguntó divertido.

Antes de que Husk contestará algo, Zestial habló.

- Valentino, ¿Dónde están los otros dos?- preguntó refiriéndose a los otros vees.

-No pudieron venir, una lástima - Respondió desinteresado, mientras encendía un cigarrillo.

𝚃𝚘 𝚝𝚑𝚎 𝚎𝚗𝚍//𝚑𝚞𝚜𝚔𝚎𝚛𝚍𝚞𝚜𝚝//𝚑𝚊𝚣𝚋𝚒𝚗 𝚑𝚘𝚝𝚎𝚕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora