Ángel abrió los ojos, algo desorientado, no se encontraba en su habitación. Pero rápidamente recordó, había pasado la noche con Husk, no habían tenido sexo, solo habían dormido, pero eso era más que suficiente para el.
El felino se encontraba acurrucado en su pelusa, ronroneando, aferrado a la araña y disfrutando el contacto que ambos tenían.
Ángel se moría de ternura, ese gato lo volvería loco, sin poder evitarlo acarició sus orejas, de las cuales la derecha se encontraba con un ligero sangrado, alarmando al más alto.
—Mierda.
Trató de levantarse, necesitaba ir por algo para limpiar la herida.
—No te vayas— habló el alado, aferrándose más al cuerpo de Ángel.
—Husk, estás sangrando, necesito ir por algo para limpiarte — explicó mientras dejaba algunas caricias en la cabeza del demonio.
—No, quédate conmigo.
Estuvo a punto de quedarse, ese gato era demasiado lindo, y realmente no podía negarse, la idea de seguir en cama acurrucados le agradaba bastante. Pero su mirada de nuevo se topó con el sangrado, por lo que en un movimiento rápido quitó a Husk de su pecho y se levantó de la cama.
Husk soltó un quejido, quería estar con el, aunque siendo sincero, si sentía algo de molestar al sentir la sangre escurriendo por su oreja.
El peligris se levantó un poco quedando sentado en la cama. Miró al peliblanco el cuál estaba a unos pasos del baño, decidió molestarlo un poco.
—Lindos pies, piernitas— le dijó coqueto, obviamente lo hizo con toda la intención de joder un rato, aunque realmente si pensaba que eran lindos, le parecían muy tiernos.
—¡Basta!— se quejó con un claro sonrojo mientras entraba al baño.
—Vamos, Ángel, son muy lindos.
—No lo son— habló mientras caminaba a la cama, ya con el botiquín en las manos.
—Para mi son adorables— hizo una pequeña pausa — además no es lo único lindo que tienes— le dijó mientras lo miraba de arriba a abajo de manera lasciva.
El más alto no dijo nada, solo se sentó al lado de Husk y comenzó a revisar la herida.
—¿No lo crees, dulzura?... ¡A la mierda!— Ángel echó alcohol directamente a la herida, cosa que obviamente no era necesaria, podría haber pasado un algodón, pero si Husk podía fastidiar un poco ¿Por qué el no?
—Ups.
Husk no dijo nada más, le gustaba molestar a la arañita, pero eso sí le dolió.
Después de unos minutos Ángel terminó de limpiar, dejando el botiquín en la mesita de noche que se encontraba a su lado, viendo en está una baraja inglesa.
—¿Por qué tienes ésto?— preguntó mientras la tomaba en manos.
Husk se emocionó, podía aprovechar ese momento para enseñarle algo que realmente le gustaba mucho:
La magia.
—¿Quieres ver algo— preguntó ilusionado.
La araña se quedó en silencio, se veía muy emocionado, le pareció muy lindo, por lo que solo asintió con la cabeza.
El contrario tomó la baraja y comenzó a revolverla de una manera bastante ágil. Ángel quedó algo embobado, la manera en la que el felino movía su manos era hipnotizante.
Una vez terminó las mostró todas extendidas volteadas hacía abajo.
—Escoje una.
Y Ángel así lo hizo tomó una al azar, la miró y la colocó de vuelta en la baraja.
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𝚃𝚘 𝚝𝚑𝚎 𝚎𝚗𝚍//𝚑𝚞𝚜𝚔𝚎𝚛𝚍𝚞𝚜𝚝//𝚑𝚊𝚣𝚋𝚒𝚗 𝚑𝚘𝚝𝚎𝚕
Hayran KurguÁngel Dust, el actor porno más conocido de todo el infierno, es apostado en un juego por su jefe, Valentino, un demonio que abusa constantemente de el, tanto física como emocionalmente. Esté pierde la apuesta, quedando al mandato de Husk, un overlor...