ℂ𝕚𝕥𝕒

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-¿A dónde vamos?- preguntó curioso el peliblanco.

-Es sorpresa, Ángel- el felino respondió con calma, aunque realmente se encontraba muy emocionado, pero no lo demostró, continúo con su rostro serio y la mirada concentrada en la carretera.

-¿Ni una pista me puedes dar?- trató de usar el tono más lindo posible, tal vez así lo convencería.

-No- el más alto hizo un puchero, a lo que Husk solo rio divertido- pero tranquilo, ya vamos a llegar.

La araña no dijo nada más, se dedicó a mirar las manos de su jefe, las cuales se movían con agilidad por el volante, lo cual le recordó a la vez que le mostró un truco de magia con cartas.

Parece que el gatito es ágil con las manos.

-¿En qué piensas, piernas?

Ángel se puso nervioso, ¿Había sido muy obvio? ¿O estaba mirando de más? ¿Qué acaso ese gato leía la mente?

-En nada- respondió claramente nervioso.

-Ángel, no me mientas, tienes la cara completamente roja.

Esté lo miró con los ojos muy abiertos, inmediatamente bajó la visera parasol y abrió el pequeño espejo que se encontraba en el, y sí, estaba completamente sonrojado.

Qué alguien me mate ya, por el amor a Lucifer.

-¿En que pensabas?- cuestionó nuevamente el más bajo.

Ángel solo miró por la ventana, era increíble como con su jefe podía ser completamente transparente, parecía que Husk podía ver hasta lo más profundo de el.

-No te puedo decir.

-¿Y por qué no?- preguntó aún con la mirada en la calle.

-Porque no es el momento, te lo puedo decir cuando estemos de vuelta en el hotel- dijo coqueto, realmente su intención era que a Husk se le olvidará, le daba vergüenza decirle la verdad.

-Llegamos.

Ángel se concentró tanto en la plática que no se dió cuenta que su jefe había detenido el coche. Rápidamente miró por la ventana para ver dónde estaban.

-¿Comida italiana?- preguntó bastante emocionado.

-Si, creo que es lo mejor para la arañita italiana- le dijo mientras tomaba su mano con delicadeza.

-¿Yo cuando te dije que soy italiano?- cuestionó confundido, no recordaba haberle dicho a Husk ese pequeño detalle.

-El día que jugamos con el whisky, supongo que ya estabas muy borracho, y no lo recuerdas.

Ángel inmediatamente se cubrió el rostro con sus manos, si lo que recordaba era vergonzoso, no quería ni saber que hizo o que le dijo esa noche, definitivamente no volvería a tomar así.

-Vamos, piernitas- levantó su mano y le dió un delicado beso, el cual dejó completamente paralizado al peliblanco.

Una vez hecho ésto bajo del coche, dejando a la arañita completamente sonrojada y emocionada, estaba feliz, Husk lo hacía feliz.

El felino abrió la puerta del copiloto y extendió su mano para ya Ángel la tomará, el cual lo hizo con gusto.

Caminaron de la mano unos metros, cuando Husk lanza las llaves uno de los empleados del restaurante, el cuál más tomó sin problemas.

-Cuidaló, bien. Alguien va a venir por el al rato.

-Si, señor- el joven tomó paso a el vehículo del overlord.

𝚃𝚘 𝚝𝚑𝚎 𝚎𝚗𝚍//𝚑𝚞𝚜𝚔𝚎𝚛𝚍𝚞𝚜𝚝//𝚑𝚊𝚣𝚋𝚒𝚗 𝚑𝚘𝚝𝚎𝚕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora