Han pasado días desde la gran tragedia para Urano, y no se hayaba en la mejor salud física y mental. Pues haber presenciado la noticia tan devastadora de su peor miedo, lo llevó al más profundo abismo...
Tenía sus ojos hinchados de tanto llorar, miles de diamantes a su alrededor yacían acompañándolo. Su garganta ya había dado todo lo que pudo, y ahora solo podía sufrir en silencio, ahogando sus penas en la miseria.
Pero mientras él sufría, Neptuno lo sentía. Lo admiraba desde la lejanía, viendo como sus lindos ojos se arruinaban por su culpa, no podía hayar ningún culpable más que a sí mismo.
Aun así, tampoco tenía el valor para acercarse y tocar con sus manos, a tan bello ser para sus ojos... Si ya lo había lastimado, temía que al rozarlo, pudiera dañarlo aún más...
Así que mejor decidió elaborar con sus propias manos, algo digno de Urano.
Tardó horas, días y semanas, pero ahí estaban, las más hermosas flores eternas que se pudieran ver en el espacio.Miró con orgullo las flores, y les colocó una carta, escrita con una de las más bonitas letras que hubiera podido hacer. Ya teniendo listo su regalo, se acercó lo suficiente a la órbita de Urano y lanzó las flores, con cuidado de que no se dañaran...
Y éstas flotaron, hasta llegar a rozar en los pies de Urano, que inmediatamente las notó y las recogió. Las observó con dulzura, mirando cada detalle que las flores poseían en su interior, y se dió cuenta que fueron hechas con profunda delicadeza y cariño en cada flor...
Alzó la mirada para ver quién las había dejado, y logró divisar a Neptuno, que estaba "escondido" detrás de un asteroide. Lo miró con sorpresa, pero luego dió una risita suave porque Neptuno no sabía guardar secretos...
Volvió su mirada a las flores, y vió la carta pegada al tallo de las rosas. Lo desdobló y leyó cada palabra con cuidado:
"Probablemente estés dolido, roto y sentido por todo lo que te he hecho pasar... Y quiero disculparme por tanto descuido y problemas que te causado, mi querido planeta celeste...
No te recuerdo, es cierto. No podré recordar cómo nos conocimos, o cómo nos hicimos amigos como tú dijiste... Sé que no podré hacerlo... Pero quiero darme la oportunidad, ¡darnos la oportunidad de volver a intentarlo!
Quiero volver a conocerte, saber tus gustos, disgustos... Conocer tus manos, tocar tu rostro, y poder deleitarme en tus brazos, ¡como aquella vez que me abrazaste en cuanto me volviste a ver!
Podré no recordarte... Pero mi corazón, por ti nunca ha de olvidar...
Y te lo prometo, jamás te volveré a olvidar... Jamás.
Neptuno, un tonto viejo amigo".
Y Urano lloró nuevamente, pero está vez de felicidad incontenida... No todo estaba perdido, y de eso estaba seguro. Haría de esta amistad, algo inolvidable.
Se limpió las lágrimas, y fue donde Neptuno, que por un momento se le salió el corazón al ver que Urano se acercaba a él. Retrocedió unos pasos y cerró los ojos con miedo, pero Urano siendo más comprensivo, le tomó las manos como en algún tiempo lejano...
Las tomó y acarició tiernamente, sorprendiendo a Neptuno y provocando una linda sensación de mariposas en su estómago. Siendo menos tímido, Neptuno tocó con una de sus manos el rostro de Urano, sacándole un sonrojo.
Ambos se contemplaban con profundo cariño, y se abrazaron con nostalgia... Amaban el afecto, el tacto que tenían el uno con el otro, los abrazos que compartían entre ambos...
Y duraron así por un buen rato...
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Lonely
Fanfiction"La soledad es algo que nos destruyó y nos acorraló durante gran parte de nuestra existencia, pero a tu lado he conocido lo que es verdaderamente un amigo y compañero. En todo momento, siempre estuviste a mi lado, y ahora puedo decir que soy feliz...