Pasaron el resto del día limpiando y descansando mientras comían sus dulces cupcakes, guardando algunos pocos para otras personas como un detalle.
El resto del rato se la pasaron dándose mimos como antes. Ahora era una costumbre que Neptuno diera mimos a Urano, ya sea dando caricias en su cabeza o masajeando su espalda y hombros.
Compartían un cómodo silencio entre ambos, que no permitían deshacer por nada de la galaxia. Neptuno estaba sentado en la espalda baja de Urano mientras masajeaba su espalda y hombros sobre la ropa, y el celeste se dedicaba a recibir sus dulces toques en su espalda que lo relajaban por completo.
Mas todavía quedaba la más importante fase del plan de Neptuno: la declaración. No podía dejar que Saturno esperara mucho tiempo en el cinturón de Kuiper.
Mientras él y Urano se la mantuvieron haciendo cupcakes, él preparaba todo para su declaración en una zona especial. Por ello, todo debía salir a la perfección, no podía dejar pasar más tiempo.
"Urano... Quiero decirte algo..." Habló tímidamente, deteniendo sus movimientos en el proceso, haciendo que el celeste dirigiera su atención hacia él.
Sonrió comprensivo y se acomodó de mejor manera para escucharlo mejor. "¿Qué es, Neptuno? Cuéntame, soy todo oídos" Respondió tranquilo, tomando sus manos.
"Quiero llevarte a un último lugar. Está vez será aún más especial" Siguió hablando tímidamente, los nervios le estaban ganando, pero había determinación en su mirar.
Urano asintió y permitió que Neptuno lo guiará a este dichoso lugar tan especial. Se preguntaba que sería está vez, últimamente lo había estado llenando de regalos y detalles muy lindos, pasando tiempo juntos. ¿Sería algún tipo de insinuación?
"Todo a su tiempo..." Se repetía mentalmente.
Neptuno lo había llevado lentamente hacia el interior del cinturón de Kuiper, más en específico a un área despejada que él y Saturno habían preparado antes, todo estaba decorado perfectamente gracias al gaseoso anillado que le había ayudado a Neptuno en decoración.
Allí se observaban las estrellas a clara vista, las nebulosas y demás eventos galácticos que existían en la galaxia, una bella vista para una ocasión especial.
Sin darse cuenta, Neptuno había abandonado el lugar un momento para ir específicamente a encender una bella melodía de fondo, que inundó toda la zona en la que estaban y que llegó hasta los oídos del celeste.
Inmediatamente buscó la fuente del sonido y encontró a Neptuno vestido de traje invitándolo con su mano a bailar la linda canción a su lado. Se sonrojó notablemente al verlo vestido para la ocasión y le avergonzó un poco no estar igual de vestido como él, pero poco le importó a Neptuno.
"¿Bailarías está pieza conmigo, Ura?" Habló con nerviosismo en su voz, pero de una forma tan tierna que a Urano se le fue la voz y su núcleo se derretía de lo romántico que era esto. Tomó su mano, listo para bailar con él.
El peliazul tomó a Urano de la cintura y con sus dos pies guío a los del peliceleste en una hermosa danza. Parecía como un sueño hecho realidad, ambos encajaban perfectamente con el otro, sus manos se buscaron instintivamente como si fuesen hechas para estar juntas.
Se miraban a los ojos, perdiéndose en la mirada del contrario y sus mejillas se tornaron color rosa. La poca luz opaca de Sol que llegaba a dar con la zona donde bailaban, daba el toque perfecto a la pieza que formaban con sus pies.
Finalmente pararon de bailar cuando la melodía acabó, pero siguieron mirándose a los ojos, perdidos en ellos. Era el momento perfecto para un nuevo beso entre ambos, pero eran demasiados tímidos para dar aquel paso. Se separaron algo avergonzados, pero con una sonrisa en sus rostros que permanecían bajo un sonrojo leve.
Urano no podía dejar de sentir su corazón latir con fuerza, había bailado con el ser que más amaba en el universo y había sido perfecto. No paraba de suspirar enamorado y dar vueltas completamente emocionado.
Neptuno carraspeó un poco con la garganta, interrumpiendo un poco la emoción de Urano, que paró inmediatamente con vergüenza de que Neptuno observará su emoción. Sus ojos se agrandaron en cuanto notó que el peliazul cargaba en sus brazos un lindo ramo de rosas artificiales en su brazo izquierdo y una caja de chocolates en su mano derecha.
"No me digas que eso también... Oh, Neptuno... No tenías que hacer todo esto... ¿Qué es lo que tramas?" Tomó todo de sus brazos, mirándolo con amor.
Era el momento, debía sacar su poema escrito para Urano. Lo buscó en su saco, pero al hacer tacto con sus manos, no estaba...
Se alarmó bastante y lo buscó de nuevo por todas partes, pero no lo encontraba.
¿Ahora que haría?, esa era su declaración...
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Lonely
Fanfiction"La soledad es algo que nos destruyó y nos acorraló durante gran parte de nuestra existencia, pero a tu lado he conocido lo que es verdaderamente un amigo y compañero. En todo momento, siempre estuviste a mi lado, y ahora puedo decir que soy feliz...