Calada de humo

1K 93 13
                                    

Desde que Matías tiene memoria ha visto a su madre sentada en el balcón fumando mientras escucha jazz clásico, esa noche no era distinta, con la mirada perdida en el cielo pensando en tantas cosas, calada tras calada parecía que se le amargaba más la vida.

La mujer se levantó y apagó la televisión vieja que se encontraba en la sala, Matias y su abuela refunfuñaron ante el acto de la mujer cansada y agotado.

- Ya es muy tarde, a dormir los dos - Dijo la mujer con un tono vacío y monótono, al ver las miradas negadas de sus familiares decidió seguir insistiendo - Vamos, mañana tenes escuela mati.

- Pues yo no tengo escuela eh - Respondió altanera la abuela negada a dejar de ver su novela, ganandose una mala mirada de la mujer.

Matías se levantó de mala gana dispuesto a evitar cualquier conflicto en su hogar, siempre había sido así desde que su padre los abandonó, fue hace mucho, tanto que ni puede recordarlo, cuando su padre se fue las facturas se hicieron más difíciles de pagar y por ende su madre tuvo que buscar más trabajos como sirvienta y cocinar, su abuela a pesar de estar enferma le ayudaba a ambos con su pensión, la mayor razón por la que los ayudaba es por la culpa que sentía de que su hijo haya abandonado a su propia familia.

Era un departamento pequeño sin lujos, dos habitaciones, Matías dormía en una habitación y su madre en otra mientras que su abuela dormía en la sala, pero en las noches de frío dormía con su nieto, Matías no se podía quejar, o quizás un poco, a veces renegaba de su vida y de que no podía tener mínimos lujos porque máximo les alcanzaba para comer, pero siempre renegaba en su mente jamás se lo diría a su madre, porque a pesar de siempre estar enojada y deprimida apresada entre el alcohol y los cigarrillos, seguía siendo su madre.

- Buenas noches mi chiquito - Se despidió su abuela acomodándose para dormir en el sillón.

-Buenas noches abue -

LLegó a su habitación y se acostó listo para dormir, pero fue interrumpido por su madre quien entró con unas camisas recién planchadas y con un dinero en su mano.

- Aquí está tu uniforme para mañana, nada de escaparte con tus amigos putitos, ¿queda claro? - Matías asiente, aunque no estaba seguro de poder cumplirlo - Aquí también hay dinero para que pases por el mercado a comprar algo para que hagas el almuerzo, trabajaré limpiando todo el día para pagar la renta - Matías volvió a asentir mirando como su madre le daba otra calada a su cigarrillo.

- Pensé que saldríamos mañana por tu cumpleaños... - Dijo Matías, se sabía el cumpleaños de su madre de memoria, pero en sus diecisiete años de vida no podía recordar más de tres veces que su madre lo haya celebrado, mayormente porque el dinero no les daba para poder celebrar cumpleaños.

- Lo siento, pero si no laburo mañana el casero nos echará, mejor anda a la casa de tu amigo el putito y diviértete por mi - Respondió tan seca e indiferente su madre, Matías asintió y vio como el cuerpo de su madre iba saliendo de su habitación.

- Cuando papá vuelva no tendrás que trabajar tanto y podremos celebrar todos los cumpleaños pendientes - Su madre se quedó estática en el borde de la puerta para darse vuelta y verlo a los ojos.

- Matías ya no sos un nene...tu papá no volverá - 

- Pero mi abue dice que - Fué interrumpido por su madre.

- Tu abuela simplemente no puede aceptar que su hijo haya sido un hije de puta que abandonó a su familia en la miseria - Respondió con el tono de voz mucho más alto y con sus puños haciendo presión en sus manos.

- Pero él -

- ¡¡Basta!!, solo vete a dormir y déjame olvidarlo por lo menos en mi cumpleaños - Gritó para después azotar la puerta contra la pared, dejando a un Matías temblorosa cubierto por sus cobijas.  

"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora