Desconcierto.

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Los días pasaban lentos y pesados para Matías, que no había podido levantarse de su cama, pasaba cada minuto del día lamentándose entre quejidos y reproches hacía sí mismo, y por las noches imaginaba que Enzo estaba con él para poder dormir, a pesar de todo no podía odiarla, cada vez estaba más necesitado de él.

El sonido de la llave girando en la cerradura resonaba en la mente de Matías como un tambor ominoso, anunciando la llegada de una verdad que preferiría no enfrentar. Cada clic era como un eco de sus propios temores, una señal de que el abismo en el que se encontraba podría volverse aún más profundo.

Cuando Enzo entró en la habitación, Matías sintió como si el aire se hubiera vuelto más denso, como si el peso de lo que estaba por venir lo aplastara contra el suelo. Había tanto que quería decir, tanto que quería gritar, pero las palabras parecían atascarse en su garganta, ahogadas por la marea de emociones que lo envolvía.

- Matías, necesito hablar con vos -

La voz de Enzo era apenas un susurro, pero contenía un mundo de arrepentimiento y desesperación. Matías lo miró, viendo la tormenta de emociones que se reflejaba en sus ojos, y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que lo que fuera que Enzo tenía que decir no sería fácil de escuchar.

- La mujer con la que estuve... Está embarazada -

Las palabras cayeron sobre Matías como una losa, aplastando cualquier esperanza que aún pudiera haber quedado en su corazón. Un nudo se formó en su estómago, una sensación de miedo y ansiedad que amenazaba con ahogarlo.

- ¿Y qué queres que haga? -

Su voz sonaba áspera, llena de una mezcla de incredulidad y resignación. Quería gritar, quería golpear algo, pero sabía que eso no cambiaría la realidad de la situación. Se sentía atrapado en un torbellino de emociones, incapaz de encontrar una salida.

Enzo miró a Matías con ojos suplicantes, sus propios miedos y dudas reflejados en su mirada.

- Ella... ella está pensando en abandonar al bebé. Pero no puedo dejar que eso suceda, Mati. Necesito hacer lo correcto - Dijo Enzo tratando de ser lo más claro posible, tratando de hacerle entender a Matías que era lo que quería. 

La desesperación brillaba en sus ojos, una súplica silenciosa por una redención que parecía estar más allá de su alcance. Matías sintió una punzada de compasión en su corazón, mezclada con el amargo sabor del miedo que lo envolvía.

- ¿Queres que... que lo cuidemos juntos? -

La pregunta colgaba en el aire entre ellos, cargada con una incertidumbre que amenazaba con romperlos. Enzo asintió con la cabeza, sus ojos llenos de una necesidad desesperada de encontrar consuelo en los brazos de Matías.

- Sé que es mucho pedir, Mati. Pero no puedo hacerlo solo. Necesito que estés conmigo en esto - Era injusto, era tan injusto pero Matías no podía dejarlo, estaba aferrado a la idea de estar con Enzo por siempre, sentía que esta era una oportunidad, una última oportunidad en donde podría quedarse al lado de Enzo por siempre.

El silencio descendió sobre ellos una vez más, llenando la habitación con su pesada presencia. Matías luchó contra la oleada de emociones que amenazaban con abrumarlo, buscando en lo más profundo de su corazón una respuesta a la pregunta que lo atormentaba.

Finalmente, asintió con la cabeza, una resignación pesada pesando sobre sus hombros.

- Está bien, Enzo. Lo haremos juntos -

Y en ese momento, sellaron un pacto silencioso, unidos por la carga compartida de un pasado turbulento y un futuro incierto. Aunque la confianza había sido fracturada y las cicatrices del dolor seguían frescas, el amor que una vez los unió aún brillaba débilmente en la oscuridad, una luz tenue pero inquebrantable que se negaba a apagarse por completo.

"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora