Falsa esperanza

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La oscura noche envolvía el pequeño pueblo con su manto de sombras mientras Matías se adentraba en el estrecho callejón donde había acordado encontrarse con Enzo. La lluvia caía con insistencia, creando un murmullo constante que acompañaba sus pasos, mientras los relámpagos destellaban en el horizonte, iluminando brevemente el paisaje nocturno. Sus pensamientos tumultuosos y el peso de una reciente pelea lo mantenían afectado y sumido en un mar de emociones turbulentas.

Finalmente, divisó la figura de Enzo bajo la débil luz de un farol, recargado contra la pared del callejón. Los corazones latían con fuerza mientras se acercaba, anticipando la difícil conversación que estaba por venir. Al encontrarse, intentaron mantener la compostura, pero sus ojos delataban la tormenta interna que los consumía.

- Hola Enzo - Saludó Matías mientras se acercaba al contrario para abrazarlo, sus pasos eran lentos y cansados, cada paso que avanzaba a Enzo, su cuerpo pesaba más y sentía como su corazón latía más rápido.

- Hola chiquito, ¿Cómo te fue con tus amigos? - Matías sintió escalofríos y un leve frío en su espalda al recordar la pelea con Francisco y los sentimientos que caían sobre él como un balde de agua fría.

- Bien, supongo - Matías no quería realmente hablar, no tenía nada de ganas de hablar, pero aun así Enzo comenzó hablarle y Matías trató de no priorizar sus emociones para dejar que toda la charla y su conexión fluyera de manera natural.

Al principio, la conversación entre ellos fluía con la familiaridad de una pareja que se conoce bien. Compartieron anécdotas del día, pequeños detalles que normalmente los unían. Pero conforme avanzaba la noche, el tema del futuro comenzó a surgir como una sombra ominosa sobre sus cabezas. Matías se retorcía de miedo al llegar a esa conversación, en pocos meses tendría que elegir qué hacer con su vida, en pocos meses debería tener en claro sus pensamientos, pero mientras avanzaba el tiempo menos claro se sentía.

- ¿Has pensado en lo que te dije la otra noche? Quiero ir a la capital, Enzo. Hay más oportunidades para nosotros allá - Acotó tímidamente mientras miraba al suelo, el tema le erizaba la piel y sabía lo mucho que le irritaba a Enzo el tema, y aunque tratara de evitarlo, sabía que iban a pelear y eso le aterraba, últimamente le aterraba cualquier situación que pudiera llevar a Enzo a abandonarlo.

La mirada de Enzo se desvió hacia el suelo, donde las gotas de lluvia creaban pequeños charcos en el pavimento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos.

- Lo sé, Mati, pero este pueblo es mi hogar. Mi familia está aquí, mis amigos... No puedo simplemente dejar todo atrás -

Las palabras de Enzo resonaron en el aire, cargadas de nostalgia y apego a sus raíces. Matías luchaba por contener la impaciencia que lo consumía, deseando que Enzo viera más allá de los límites del pueblo y compartiera su visión de un futuro más prometedor.

- No se trata solo de ti, Enzo. Es nuestro futuro. Quiero algo más para nosotros, algo mejor que esto. - Matías levanto un poco la voz, sentía como su pecho se agitaba y como el miedo lo perseguía, su miedo a que Enzo lo dejara, su miedo a estancarse en ese pueblo toda su vida, no quería tener que elegir, no quería abandonar su sueño, pero tampoco quería abandonar a Enzo, sentía que era única persona que lo podía entender y que había vivido lo que él había vivido.

Las tensiones aumentaron con cada palabra pronunciada, y pronto la discusión se convirtió en un torbellino de emociones encontradas. Lágrimas de frustración se mezclaron con palabras de desesperación, y la brecha entre ellos parecía cada vez más insalvable.

- ¿Entonces qué? ¿Vas a quedarte aquí para siempre, mientras yo me pudro de aburrimiento y frustración? - Las palabras salían agrías de la boca de Matías, estaba estallando porque no podía con el peso de sus emociones y sus recuerdos.

- ¡No es justo que me pongas en esa situación! ¡Lo haces ver como si fuera un sacrificio estar conmigo! -

- ¡Claro que no es así!

- ¡Claro que sí! ¡Me quieres abandonar igual que ella! ¡Eres igual a tu padre! - Matías se quedó atónito ante sus palabras que cada vez subían más de tono, recordó todas las veces en las que sintió que le hacía falta su padre, recordó cada momento en el que lo extrañó con todo su corazón, vio frente a sus ojos el vacío y el dolor que su abandono le había dejado, y le dolía tanto pensar que él mismo podría ser capaz de hacerlo, de abandonar a alguien, de dejarlo por siempre.

Matías se recostó a la pared y cayó lentamente apegado en la pared hasta tocar el suelo, la pelea alcanzó su punto álgido, con lágrimas y palabras de dolor siendo arrojadas como munición en una batalla emocional. Enzo al ver a Matías tirado en el suelo llorando desconsoladamente hizo nacer en él un destello de comprensión surgió entre ellos, recordándoles el amor que compartían y la necesidad de encontrar una solución que los satisficiera a ambos.

- Lo pensaré, Mati. Prometo que lo pensaré. -

En el silencio tenso del callejón, ambos se miraron a los ojos, viendo reflejado el amor y la complicidad que habían compartido a lo largo de los años. A pesar de las diferencias y las heridas del momento, las palabras finales resonaron en el aire cargadas de sinceridad y esperanza.

- Te amo, Enzo -

- Y yo a ti, Mati. Siempre -

El susurro de las palabras se desvaneció en el aire, pero el eco de su amor resonó en el corazón del pueblo, recordándoles que, a pesar de los desafíos, su vínculo era más fuerte que cualquier tormenta que enfrentaran juntos. Ambos ignoraron las heridas que la pelea había causado, como si su corazón tuviera varias cicatrices abiertas pero ignoradas y tapadas por una pequeña bandita que la ocultaba, ambos decidieron creer que llegaría a su punto de comprensión, decidieron tener una pequeña esperanza, aunque fuera falsa.

Matías se levantó y se alistó para irse, había sido un encuentro un tanto amargo, pero ya nada importaba, solo necesitaba recortarse en su cama y no saber nada de nadie por un tiempo, ya en marcha a su hogar, nota como unos pasos lo persiguen lo cual lo obliga a voltearse.

- ¡Mati espera! - Matías se quedó quieto viendo como el más alto venía hacía él.

- ¿Qué? - Respondió desganado y mirando al suelo, se sentía tan decepcionado de él mismo y desilusionado de la vida al mismo tiempo.

- Si quiero - Matías lo miró, con unos ojos que cada vez se abrían más, y con unos labios que se iban curvando para formar una sonrisa. Enzo sonreía nervioso esperando su respuesta, había sido una decisión rápida, pero se había visto guiado por sus fervientes y salvajes emociones que no le permitían estar lejos de Matías.

- Si quiero irme contigo - Matías no espero más para lanzarse a los brazos de Enzo y sentir como su corazón podía dejar de angustiarse, Enzo lo abrazó de vuelta y lo levantó, comenzando a dar vueltas alrededor suyo como demostración de amor y efusividad, ambos rieron, ambos disfrutaron, ambos amaron.

"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora