La plata mueve al mundo

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- Te lo juro, la tenía re venosa, super grande - Hablaba Francisco mientras trataba de describirlo con sus manos. para darse mejor a entender.

- ¿Y cómo eran las bolas? - Siguió preguntando Juani.

- ¿Pueden callarse manga de calientes? - Pidió Matías con mucha molestia, sus amigos venían hablando de lo mismo hace una hora y ya se sentía asqueado.

- Ay gordis como si tu no quisieras - Dijo Francisco revolviéndole el pelo.

Francisco era su otro mejor amigo, también era gay, un chico normal con una pequeña peculiaridad y es que era puto, mejor dicho, prostituto, o algo así, algunos chicos le pagaban por "favores", el padre de Francisco era alcohólico y vivía del día a día, muchas veces no trabajaba así que solo tenían para comer, y Francisco era una persona amante de los lujos y vanidades, así que comenzó con los "favores" para darse ciertos lujos.

- Como sea, mi mamá me regaló un reproductor MP3 que está buenísimo, tienen que verlo -

- ¿Lo trajiste gordis? - Preguntó Francisco buscando en la mochila de Matías por si encontraba algo.

- No sorete, me lo pueden robar si lo traigo al colegio -

- ¿Y si vamos a tu casa? - Preguntó Juani.

- No sé, ya saben cómo es mi abuela, odia a los invitados, máximo tolera a mi vecina -

- ¿La que hace revistas para adultos? Dile que nos de unas - Pidió Francisco con una sonrisa de oreja a oreja.

- No dios, controla tus hormonas -

- Sorete que eres, mejor vengan a mi casa y probamos el MP3 - Se ofreció Francisco a lo cual los otros aceptaron complacientes.

-

Ya en la casa de Francisco, Matías no podía sentirse más fuera de sí mismo, la casa por fuera parecía que se caía además de tener al padre de francisco echado en el piso borracho, pero por el contrario el cuarto de Francisco parecía sacado de una película estaba lujosamente decorado con lo mejor de lo mejor.

- Tu cuarto es impresionante - Dijo Juani mientras paseaba fascinado por cada rincón del gran cuarto.

- Es lo que me gano con mi trabajo, hay tipos que pagan muy bien, un día podría recomendarlos si quisieran lindos - Matías y Juani rieron ante la propuesta descarada de Francisco. Pasaron toda la tarde escuchando música y jugando juegos de mesa con Francisco, hablando sobre todo y nada.

- Mañana me toca coger con un tal Esteban, se ve buenísimo - Decía Francisco mientras miraba el techo fascinado imaginándose a ese hombre.

- ¿No te da cosa hacer "eso"? - Preguntó Juani tratando de sonar lo menos ofensivo.

- No tanto, al final del día la plata mueve el mundo, si no tenés plata no sos nadie - Y esa frase quedó clavada en el cerebro de Matías, pensó en lo mucho que sufría él y toda su familia por dinero, por eso era incapaz de juzgar a Francisco, al final era solo una persona tratando de sobrevivir en un mundo donde el papel vale más que el corazón.

Anocheció y Matías ya estaba yendo camino hacía su casa, había sido un muy lindo día junto con sus amigos y le gustó poder entender mucho más a Francisco. Para poder llegar hasta su hogar tenía que pasar varias calles oscuras y un poco solas, Matías estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se percató que alguien lo estaba siguiendo por detrás.

En menos de lo que pudo procesar un hombre encapuchado lo tiró en contra de la pared y lo golpeó llevándose su mochila con su MP3 y sus cosas, Matías trató de seguirlo, pero estaba muy oscuro y el golpe lo había mareado demasiado, solo pudo recostarse a la pared y llorar de impotencia y frustración. Pensó en que le diría a su madre, a su abuela y a su vecina que había prestado dinero, el enojo se estaba apoderando de él y solo pudo pisotear con fuerza, todo era tan injusto, él solo quería divertirse con sus amigos.

- ¿Matías? ¿Nene que tienes? - Escuchó esa voz gruesa y varonil en frente suyo, levantó la mirada y era Enzo quien lo veía preocupado y había puesto una de sus manos en la mejilla contraria.

- ¡Sóltame! Todos son unos miserables - Matías se zafó del agarre y retrocedió.

- ¿Qué? ¿Qué pasó? -

- ¡Me robaron Enzo! mi mamá ahorró y prestó para comprarme un MP3 y me lo roban... - Matías se tiró al suelo de cuclillas mientras las lágrimas de desesperación salían de sus ojos.

- ¿Qué le voy a decir a mi mamá?... - Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos rojos y rotos.

- Mira nene... - Enzo intentó abrazarlo pero este se zafó bruscamente mientras lo veía a los ojos con desprecio.

- ¡Es tu culpa! por los criminales como tú...son unos malditos, eres un maldito... - Gritó Matías mientras le golpeaba el pecho y lo alejaba de él, Enzo intentaba acercarse, pero el contrario no se lo permitía.

- ¡Escúchame! - El grito de Enzo fue ignorado, Matías se fue llorando gritando palabras de odio y desprecio mientras temblaba y sollozaba. Enzo pensó en seguirlo, pero vio que Matías estaba negado a escucharlo, tendría que hacer algo.

"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora