El corazón de Matías latía con fuerza mientras se adentraba en el apartamento que solían llamar hogar. Había tenido un presentimiento incómodo durante días, un peso en el fondo de su estómago que se negaba a desaparecer. Y cuando abrió la puerta y vio la escena ante él, todo su mundo se desmoronó.
El sonido suave de la música flotaba en el aire, una melodía suave que chocaba violentamente con la realidad que enfrentaba. La luz tenue de las velas iluminaba la habitación, pintando sombras danzantes en las paredes mientras Matías se quedaba paralizado en el umbral.
Allí, en el sofá que solían compartir, Enzo estaba sentado junto a una mujer desconocida. Sus manos se entrelazaban con las de ella, sus rostros inclinados hacia el otro en una intimidad que golpeó a Matías como un puñetazo en el estómago.
El mundo parecía detenerse en ese momento, mientras Matías absorbía la escena delante de él. Su mente se negaba a aceptar lo que veían sus ojos, pero no había lugar para la negación. La realidad era cruel y descarnada, y lo había golpeado con toda su fuerza.
El sonido de su voz, ronca por la conmoción, rompió el silencio de la habitación.
- Enzo - Nombró bajo Matías, pero lo suficientemente alto como para lo escucharan, estaba atónito por lo que veía frente a sus ojos, no podía creerlo, le gustaría pensar que todo era una pesadilla y que ya estaba a punto de despertar.
Los dos amantes se separaron abruptamente al escuchar su voz, mirando a Matías con una mezcla de sorpresa y culpabilidad en sus rostros. Enzo intentó levantarse, las palabras atascadas en su garganta mientras buscaban desesperadamente una explicación que nunca podría ofrecer.
- Matías, yo... esto no es lo que parece... -
Pero las palabras se desvanecieron en el aire, ahogadas por el peso abrumador de la verdad. Matías no necesitaba escuchar más. La evidencia estaba ante él, cruel y clara como el día.
El dolor y la traición se apoderaron de él, envolviéndolo como una manta helada mientras se retiraba lentamente de la habitación, incapaz de soportar la visión del hombre que había sido su todo junto a otra mujer.
Y mientras cerraba la puerta detrás de él, el sonido de su corazón roto resonaba en la habitación, un eco desgarrador de la vida que habían construido juntos y que ahora se desmoronaba en pedazos a sus pies. Salió del departamento y se quedó fuera durante algunos minutos, hasta que la mujer salió de su departamento, cuando por fin salió, Matías decidió entrar al departamento.
El descubrimiento de la infidelidad de Enzo golpeó a Matías como un tsunami, dejando a su paso la devastación de una confianza traicionada y un corazón destrozado. Las imágenes de Enzo con otra mujer se repetían una y otra vez en su mente, como una pesadilla de la que no podía despertar. La ira y el dolor se entrelazaban en su pecho, ardiendo con una intensidad que amenazaba con consumirlo por completo.
Matías confrontó a Enzo con el corazón en la mano, su voz temblorosa con la tormenta de emociones que lo asediaba. Las palabras salieron disparadas como flechas de su boca, cargadas de una mezcla explosiva de incredulidad, dolor y furia.
- ¿Cómo pudiste hacerme esto, Enzo? ¿Cómo pudiste traicionarme de esta manera? - Exigía explicaciones Matías mientras sentía como se quebraba cada parte de él, cada que se lo repetía a su cerebro no lo podía creer, no podía asimilarlo, nunca se imaginó que Enzo fuera capaz de traicionarlo.
Enzo, a su vez, se defendió con una frialdad que heló el alma de Matías, sus propias heridas y frustraciones burbujeando bajo la superficie.
- No es solo culpa mía, Mati. ¿Qué hay de ti? ¿Acaso no has estado ausente también, perdido en tus propias preocupaciones y miedos? - Reclamaba Enzo quien cada vez se volvía un enjambre de enojo y recuerdos amargos lleno de resentimiento.
Las palabras de Enzo fueron como un puñal en el corazón de Matías, dejándolo aturdido y sin aliento. El peso abrumador de la verdad se estrelló contra él, aplastándolo bajo su implacable peso.
- ¿Así que esta es tu solución? ¿Engañarme y destrozar todo lo que teníamos juntos? -
La habitación vibraba con la intensidad de la pelea, cada palabra pronunciada como un golpe que dejaba marcas indelebles en sus almas heridas.
- Lo siento, Mati... Lo siento mucho. Pero no puedo seguir viviendo una mentira. No quiero cambiar, no quiero conformarme con una vida que no me hace feliz, sabes que yo no quería esto, sabes que no quería estar aquí
- ¡Yo no te obligue! -
- ¡Me presionaste! -
- Yo solo quería tenerte conmigo... - La voz de Matías se partía ante el dolor que sentía y Enzo solo podía observar callado como este se revolcaba de dolor.
- Yo solo quiero ser feliz... -
Las lágrimas corrían por las mejillas de Matías, mezclándose con la lluvia que caía implacablemente fuera de la ventana. La sensación de estar solo, abandonado por la única persona en la que confiaba, era abrumadora.
- ¿Entonces qué? ¿Vas a dejarme aquí, destrozado y solo? -
Enzo se apartó, su mirada evitando la de Matías, como si no pudiera soportar ver el dolor que había causado, no era capaz de asimilar hasta donde había escalado sus acciones impulsadas por un rencor injustificado y un dolor constante que quiso evadir.
- Lo siento, Mati. Pero ya no puedo seguir así. Necesito encontrar mi propia felicidad, aunque eso signifique dejarlo todo atrás. -
Y con esas palabras, Enzo se fue, dejando a Matías atrás en un mar de emociones tumultuosas y un corazón hecho añicos. La sensación de abandono lo envolvía como una manta fría, recordándole que, a veces, el amor puede ser la fuente más cruel de dolor.
El silencio que siguió fue ensordecedor, llenando la habitación con la pesadez del vacío dejado por la partida de Enzo. Matías se encontraba solo en la oscuridad, enfrentando la realidad brutal de su abandono, preguntándose cómo podría seguir adelante sin el hombre que una vez fue su todo, con el hombre que lo había hecho sentir que jamás le faltaría nada, pero eso mismo hombre le hizo sentir ese día que le faltaba todo.
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"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" enzo x matias
FanfictionEn medio de su madre depresiva y el abandono de su padre, Matías se enamora del malandro del pueblo en los 80's