¿Amistad o deseo?
(Camila)
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Asunto: Suspensión de Clases
Estimado Señor y Señora Valerius.
Por la presente, se le informa que se ha suspendido a su menor hijo: Rayden Alejandro Valerius Morales, de las clases por un período de un mes, a partir del 08 de julio hasta el 08 de agosto, por haber sido acusado de realizar actos indecentes en el aula de clase junto con una compañera.
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—¿Cuántas veces vas a leer la maldita carta? —pregunto irritado y de mal humor Rayd, mientras revisaba la receta médica sobre qué analgésicos debía tomar para mi pie y brazo dislocados. —Odio a esos malditos hermanos, solo traen problemas.
—Esto sí que acabo con tu perfecta conducta y papel de niño santo, puro y casto que eras. —reí, ignorando su cara de amargado y de psicópata. —¿Qué han dicho mis suegritos de esto?
—No quiero hablar de eso. —me entrego un frasco blanco con mis analgésicos. —Toma esto, luego tendré que aplicar la crema y darte el masaje.
Tócame todo lo que quieras primor.
—Vamos, no creo que sea tan malo. —respondí, observando la parte trasera de Rayd sin que se diera cuenta.
—Si lo es. Tuvimos... esa conversación. —exclamo Rayd, con algo de asco y amargura, por un hecho tan traumático e incómodo, pero no me importaba porque amaba molestarlo.
—¿Cuál? —pregunte fingiendo no entender, mientras seguía observando su pequeño y redondito trasero.
Su cabello negro corto, despeinado, sus ojos iguales a los míos, color avellana, labios carnosos, piel bronceada, camiseta azul con unos pantalones negros que eran algo ajustado, dejando ver un poco de sus músculos y la entrepierna. Era algo que no me cansaría de ver de este colágeno que me conseguí.
Cuando cumplas los 19 te haré mío cariño y no te soltaré.
—Sabes de qué hablo. —recrimino molesto, entregándome un vaso de agua para tomar la pastilla. —¿Sientes alguna mejoría o...?
—No me cambies de tema. —lo mire molesta y tome de las manos para que se siente. —¿Qué conversación? ¿Te quieren votar de la casa?
Yo te adopto y arreglamos los métodos de pago.
Muy buenos métodos de pago.
—No, fue... —trago salivo y paso una mano por su rostro. Levantándose del asiento resignado a hablar. —Toma la pastilla.—ordeno nuevamente y marchándose a la cocina.
—Eres un amargado, por eso estás solo. —respondí con simpleza, causando que Rayd se gire rápidamente para asesinarme con la mirada.
Eso no me intimida querido, provoca más.
—Estoy solo porque quiero y la conversación que tuvimos fue sobre... —suspiro y volvió a pensar, no quería decirlo, pero no lo quedo opción porque sabía que iba a insistir hasta que hable. —Tuve una conversación con mis padres sobre educación sexual.
No pare de reír cuando lo escuche. En mi mente estaba la cara de horror de Rayd mientras su padre intentaba explicar esos temas, me imagina el gran trauma que ahora tenía.
—¿Te dijo por qué empezó a salir vello púbico ahí abajo?—señale su entrepierna, muriéndome de la risa.
—No le veo lo divertido.
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CUNEX - DEVORADORES DEL DOLOR.
Ficción General¿Quiénes se alimentan de tus miedos?¿Quiénes se alimentan de tu dolor? ¿Quién provoca las pesadillas que te aterran cada noche? ¿Quiénes son los que no dejan que tus miedos se vayan y se hagan mas fuertes? Nosotros somos los culpables. Los hijos nac...