11.

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En el juego de básquet los gemelos peli rosados eran buenos jugando juntos. Aún que Sukuna no practicaba ese deporte ni tampoco asistía a los entrenamientos su buena condición le permitía jugar. Es por eso que el equipo estuvo insistiendo le mucho para que el volviera a unirse, pues tenerlo les ayudaría a ganar el torneo de cada año.

-No estoy interesado en un juego de niños-contestó Sukuna, volvió a entrar a su salón.

-¡Pero podrías reconsiderarlo!-le dijo uno de los chicos.

-Es imposible, nunca lo vamos a convencer-habló otro de ellos.

-Quiza exista alguien que si pueda o al menos persuadirlo un poco-comentó otro de ellos.

Los tres se fueron de allí dispuesto a no rendirse para que Sukuna se les uniera. Y que mejor que hablar con su gemelo en quien creyeron siega mente que podría cambiar la decisión de Sukuna.

-lo siento, no puedo hacer eso, Sukuna es....un hueso duro de roer y a decir verdad yo tampoco tenía planeado competir este año-

Y para su mala suerte ninguno de los dos estaba interesado en jugar. De hecho la mitad del equipo no quería participar.

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Kugisaki acompaño a Megumi a su casa luego de dejarlo Yuji los miro entrar a los dos. Cuando Kugisaki se fue, el pelí rosado decidió hablar con él pues no pudo notar que algo incómodava al azabache.

-¿Todo bien, Megumi?-le preguntó Yuji al menor.

-Si, ¿Porqué no lo estaría?-respondió con un semblante serio pero trizte.

-Bueno, no es difícil darse cuenta por tu actitud. Se que no platicamos mucho, pero puedes confiar en mi-habló Yuji con una sonrisa. -Dejame adivinar es...¿Por mi hermano?-

Megumi rodó los ojos y asintió.

-¿Te lastimó? Si es así ahorita mismo voy y le rom-...-se levantó de su silla molesto. El azabache lo detuvo.

-¡No de esa forma! Pero si...-Megumi lo miro con sus ojos humedecidos. -Es difícil odiarlo cuando lo único que siento por el es tan real... aún si nunca va a sentir lo mismo, no quiero ser solo una de sus aventuras-sollozo el menor.

Yuji se acercó para abrazarlo, lo envolvió en sus brazos para calmarlo.

-Entonces asle saber que no lo eres, déjale bien en claro lo que quieres y si no está dispuesto a dártelo entonces no vale la pena que sigas detrás de él-comentó Yuji.

-Tienes razon-lo miro con una pequeña sonrisa. -Gracias por el consejo-volvio a abrazarlo.

Yuji sonrió.

Sukuna llegó del escuela e encontró a ambos jóvenes abrazándose, decidió ignorarlo e irse a su habitación.

Suficiente tenía con los molestos compañeros que estuvieron siguiéndolo por todas partes como para llegar a su casa e enojarse por eso, no, lo único que quería era descansar sobre su colchón.

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El hijo de mi padrastro 'Sukufushi'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora