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Durante la secundaria, a sus 14 años, Min Yoongi pudo ser parte de la pubertad de manera positiva, pero no hallaba la manera de comprender si algo había salido mal.

¿Porqué? Porque había descubierto ciertos estímulos nuevos en su cuerpo, así como también ciertas preferencias a la hora de imaginar sus cosas. No era un jovencito inocente, el problema radicaba en que era la persona la que se le venía en la mente un jovencito inocente.

Jimin.

No sabía en qué punto durante sus fantasias con mujeres, la carita redonda de Park apareció allí. Mierda lo seguía a todos lados solo para molestarlo, además de estar constantemente buscándolo por cualquier razón en la escuela, luego tratando de ir con él camino a casa y al final del día solía llevarlo a hacer pijamada sin preguntarle. Entonces se vio obligado a dejar de hacerlo.

Porque no estaba bien. Y si sus impulsos corporales superaban su conciencia, entonces lo que debía de hacer era cortarlo de raíz. No, no su miembro, sus impulsos. Era por sobre todo una persona decente y sabía que la culpa tarde o temprano terminaría por hacerle contra. Jimin era más pequeño que él y además muy cercano. Su amigo.

Entonces decidió que en lugar de estar entre la espada y la pared, se pondría a un lado y haría de su dilema una simplificación de conceptos complejos para no hacerse un gran lío. No haría nada con su cuerpo que permita flagelar la integridad de Jimin como persona.

De alguna forma no queria interpretar el mensaje que su propio cuerpo le estaba dando.

— Yoongi hyung~ —Salió de la nada detrás del casillero del nombrado, el cual colocaba sus zapatos de casa dentro del mismo. Min se le quedó viendo algo confundido.

— Te gusta madrugar por lo visto —

— Yo estoy bien también, gracias —Dijo a medida que se colocaba a su lado para caminar juntos a clases— Está linda la mañana —

— Si, con esas nubes, hoy está más lúgubre y triste —Mencionó sonriendo sarcástico.

— Tienes razón, tiene su encanto —Contestó asintiendo mientras miraba a la ventana. Yoongi no lo entendía, de alguna forma, aunque fuese claro con no querer conversar con él, Jimin lograba hacerlo responder.

— Todo tiene su encanto, hay que saber interpretar —

— Tienes razón, otra vez —Dijo sonriendo al mismo tiempo que posaba sus ojitos en su Hyung— Ese es tu encanto, hyung —

— Estás hablando tonterías —Acotó desviando la mirada hacia la ventana, sonrojado por tal comentario.

— ¿Quieres que te diga qué es? —

— No —

— Bueno te lo diré—Min suspiró— No hablas mucho, pero cuando lo haces pareces decir las palabras exactas, indicadas —luego de una larga caminata y escaleras frenaron frente al salón del mayor— Eso me parece muy encantador, hyung —

Yoongi se le quedó observando atento a aquellas palabras que se escuchaban tan sinceras. No sabía cómo responder a tal declaración, que además le parecía algo tan superficial, ya que aunque él no dijese o hablase tanto, dentro suyo siempre habia un enloquecedor sujeto que tenía muchas ganas de gritar tantas cosas y al cual callaba eternamente.

— Nos vemos, Park —

— Jiminie —

— Nos vemos, Jiminie —

— Adiós hyung~ —Saludo con su manito siguiendo el pasillo más al fondo.

Durante los recreos, Min solía dirigirse a la terraza del edificio a almorzar, no solía haber mucha gente por ahí, menos con el clima así de nublado y a punto de llover. Jimin lo acompañaba de vez en cuando, cuando no estaba en el club de danza o haciendo idioteces con sus amigos.

Es Un Secreto Amarte - KookTae/TaeKook - (?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora