Es Un Secreto Amarte - KookTae/TaeKook - (?)

Amigos

- Pasen por favor, siéntanse cómodos - Habló la del cabello castaño largo hasta su busto con una ligera sonrisa sobre sus finos labios abriendo la puerta y dejando paso a sus invitados, quienes fueron pasando en fila para saludarla e ir a sentarse a la sala de estar.

- ¡Hola querida! - Sonrió la madre del rubio juntando sus manos y entrelazandolas - Hace bastante no visitaba tu hermosa casa - Llevo su diestra a la mejilla y de forma nostálgica, suspiro alegre.

- Si... - Correspondió a su gesto formando sus pequeños ojitos oscuros en media lunas.

- Buenas noches, Ahjumma - Saludo el de hebras rubias cenizas haciendo una reverencia totalmente tranquila y contenta. Porque se sentía así, aquella casa se convirtió en su segundo hogar.

- Hola Jimin-ssi - Acarició los cabellos sedosos del nombrado - Cada día estas más guapo, ¿Sabías? -

- No exagere, Ahjumma!~ - Reclamó con un ligero rubor tiñendo sus mejillas y la aludida soltó una carcajada suave.

- Esta bien, esta bien - Lentamente sus ojos se dirigieron y reconocieron al pelirrojo alto y lindo detrás de ellos, parecía tan perdido, nervioso y callado - Kim Taehyung... -

- ¿E-eh? - Su mirada se posó en la fémina vecina de la mamá de Jimin - P-Profesora Min -

- Hae Young... Profesora Min Hae-Young, hola joven Kim - Sonrió confiada esperando a que el dongsaeng de Park hiciera su saludo.

- Ho-Hola - Realizó su tradicional gesto de cordialidad y nuevamente la miró incómodo.

- Hola señora Min, tanto tiempo ¿Qué tal le va? - Pregunto el mayor de todos los varones y luego recibió un golpe de su madre en la nuca.

- Trae bocadillos y deja de hacer bromas tan malas - Reclamó la madre estirando ligeramente de la oreja de su hijo.
Esta adorable escena familiar causó fugaces risas entre los invitados. . . Y el tomate colado.

- ¡Ah! - Pronunció Jimin - Ahjumma, TaeTae estaba conmigo en casa cuando nos invitaron, no... le molesta... - No sabía como explicarse sin sentirse aprovechado, y mucho menos el más alto.

- Claro que no Jimin-ssi, mientras más gente, mejor - Espetó contenta. El más alto se dio cuenta de que era igual de amable como en la escuela.

- Claro, más gente para aprovechar a probar tus experimentos - Otro golpe pero en la parte trasera de su cabeza.

- Los bocadillos - Gyeong podría asegurar que se le saltaba una vena en la frente a su amiga.

- Ya, ya, me callo - Hizo caso a los pedimentos de su progenitora y al fin todos pudieron acomodarse sobre el sillón de la sala.

- Gyeong, querida, vamos a la cocina, quiero contarte las buenas nuevas - Levantó las cejas sugerentemente, como si se tratase de lo más emocionante de la vida.

- Con gusto, Hae nonna* - La pelinegra siempre tenía a Hae-Young como una hermana mayor, ella siempre la ayudaba a lidiar con su hijo y el trabajo a la vez, o simplemente, la escuchaba. La escuchaba en las tardes luego de su trabajo, tomando un café o té junto a galletitas de avena, sentadas en el sillón mientras sus hijos jugaban en la habitacion de Yoongi.

Eran grandes amigas y hermanas.

- Jimin-ah, cuida bien de Taehyung, tal vez se sienta incómodo en una casa ajena - Susurró al oído de su primogénito para luego seguir los pasos de su vecina hacía la cocina cuando él asintió.

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- ¿Y bien? - Preguntó el de cabellos grisáceos como si estuviese esperando una respuesta ya obvia. Así como cuando te enteras de que tu pareja te está engañando y sospecha que tú sabes pero se hace el desentendido pero eres una kuina que no cae ante nadie y te haces la Macha Tabla Pelada enfrentándolo con indirectas para ver si tiene los huevos para decírtelo.