Trato con el diablo

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Molt Solt Agustus, observó al chico que estaba frente a él, era de Hellas, esa pequeña y apartada península dividida en múltiples estados guerreros, tenía que reconocer que los consideraba como iguales, pero con cierto recelo, eran un punto medio entre la civilización y la barbarie, durante años estuvieron constantemente en guerra entre ciudades estados, luego aparecieron las Ligas, y fue un paso en la dirección correcta hacia la unificación

Si bien, un Hellas unificado era una amenaza para Sadera, consideraba que el costo para unir dicha península serían bastantes elevados para los helenos, dejándolos vulnerables ante las legiones imperiales, pero dudaba que fuera un trabajo fácil, así que no perdía nada por escuchar al chico Makedonio

- Es un honor conocerlo su excelencia, me presento como Alexandros Kontos, hijo de Philippos Kontos, rey de Makedonian - pronunció el muchacho

- Saludos Alexandros, es un placer recibirte en sadera - le contestó Molt siguiendo las formalidades - dejame decirte que hemos esperado tu visita con ansias desde que nos informaron de esta misma - Alexandros alzó la cabeza, pareciendo intrigado por eso

- ¿Realmente mi señor? - preguntó el muchacho, antes de que Molt pudiera responder el chico volvió a hablar - Si es así, me gustaría solicitar su ayuda en algunos aspectos, pero requeriria que no hubiera nadie más en esta sala - los acompañantes del chico lo miran y el solo mueve la cabeza asintiendo

Con solo eso, los chicos se ponen de pie y parecen dispuestos a irse, en cierto sentido, a Molt le intrigo por que el chico había solicitado quedar en soledad ambos, dudaba que tratara de matarlo, estaba en Sadera, además de rodeado por miles de pretorianos, había rumores sobre los gustos masculinos Helenos, pero dudaba que el chico fuera por esos lados, así que la opción restante, era su visita diplomática, según la carta era un asunto apremiante y el padre del chico había solicitado que lo atendieran tan bien como fuera posible

- Retirense - pidió Molt a los presentes, sus guardias y consejeros se apartaron casi de inmediato y salieron por la puerta del salón, una vez en soledad Molt pregunto - ¿Qué es lo que te aqueja que debe ser dicho en secreto? - el chico sonrió 

- Deseo unificar mi patria señor, pero para eso requeriré medios externos, medios que yo mismo no puedo obtener por mi cuenta - anunció

- ¿Me estas solicitando ayuda para unir tu patria? - pregunto Molt

Sinceramente era una oferta tentadora, si Makedonian cedía finalmente su independencia por buena voluntad, tendría paso libre hacia el corazón de Hellas, pero no debía sacar suposiciones tan precipitadamente, sentía una genuina curiosidad por la idea del chico

- No mi señor, solo quiero pedirle un pacto de no agresión - Molt miró al muchacho un rato, sopesando si lo decía enserio 

- Si makedonia necesita un pacto, ¿por que no vino tu padre? - le pregunto

- Yo pedí expresamente esta tarea, es un secreto a voces que Lacemadonia y Acropolea están movilizando sus ejércitos y la guerra estallara en Hellas, makedonia solo quiere beneficios de todo eso - Molt se preguntó si este chico estaba loco

- ¿Qué beneficios tendría Makedonian y por qué debería interesarle al imperio? - Molt agito la mano de forma desdeñosa - Fácilmente podría incitarlos a que se maten con más empeño, y recogería los restos fácilmente - murmuró Molt pero el chico pareció indiferente ante la amenaza

- Beneficios habrá, una nación al sur afiliada a sus intereses, por supuesto, también podrá encontrar un enemigo formidable, que servirá en sus intereses más... personales - comentó el chico

- Interesante... - Molt se inclinó levemente interesado ahora genuinamente del plan del chico que sin lugar a dudas era tortuoso - sigue hablando puede que me convenzas - el chico asintió

- Primero analizemos la alianza, si consiguiera unificar Hellas podría establecer un control comercial sobre los mares del sur, despues de todo somos una península y la mayor parte de nuestro poder está en los mares, vuestras naves estarían exentas de cualquier peaje y sus flotas podrían descansar en nuestros puertos, dejara de preocuparse de los piratas, de eso nos haríamos responsable, y sobre todo, una alianza militar - Molt asintió

- ¿Sabes lo que implica una alianza no? - el muchacho asintió

- Lo se, pero antes de negociar me gustaría analizar el otro punto - Molt le indico que siguiera y el muchacho se apresuró - Como vuestro enemigo, usted podrá tener un mejor control del senado, nada une más que un enemigo poderoso, podría dejar a nuestros ejércitos campar a nuestras anchas por el sur, arrasando a sus estados vasallos como elbe, y conquistando gran parte del sur del continente, esto motivara y fortalecerá a la facción pro guerra y usted podrá usar medidas más autoritarias sin que nadie se le oponga - Molt negó con la cabeza

- En cierta forma suena bien, ¿pero por que deberia dejar que estuvieras arrasando mis tierras? ¿Sometiendolas? - pregunta Molt

- Unificar a mi pueblo requerirá ciertas victorias, nada más que las victorias sobre un enemigo como el imperio, además, piense con lógica, su imperio se ha extendido por toda Falmart, en un precario equilibrio, en algún momento aparecerán caudillos bárbaros que puedan ponerlo contra la cuerda y su imperio colapsara sobre su propio peso, incapaz de defenderse, y limitándose a mirar como es saqueado y destruido, como su... - El chico pareció dudar un momento, mirándolo, y haciéndole un gesto desdeñoso con la mano - su legado pasa a los libros de historia de las futuras generaciones, si deja que mi nación prospere, tendrá un aliado fuerte en el sur, que podría acudir a su ayuda, al fin y al cabo, ambos somos personas civilizadas, para conseguir la victoria se deben hacer sacrificios - Molt lo pensó un momento

- Hablamos de hacer una guerra falsa, dejar que amases tu poder, masacraras a mis hombres, y eso me fortalecerá, pues la facción pro guerra estará más dispuesta a fortalecer al ejército, ¿y la facción pro paz? - pregunto Molt curioso por la respuesta del muchacho

- Oh, si surge alguna facción por la paz, puede manipularla, obtenga la paz con el enemigo, y convenza a la facción pro guerra a fortalecerse, consolide sus territorios, concentre sus recursos, evite expandirse, si sigue mis consejos usted y yo podremos liderar estados prósperos y evitar que el mundo colapse en una edad de sangre - Molt se puso de pie, pensando un momento

- ¿Cómo te llamabas? - pregunto

- Alexandros Kontos su alteza - Molt asintió ante la respuesta

- Bueno Alexandros, tu plan es... interesante, tu consolidas tus tierras y yo las mías, no hablastes de los posibles traidores que surgirán si aparento derrota - Alexandros asintió

- Si su alteza, pero considero que usted debe tomar esa consideración propia, al final no son mis vasallos, si la derrota sirve para ver a los traidores, usted puede... cesarlos del senado - Molt sonrió

- Tienes una mente retorcida chico, viniendo a hablar de confabulaciones políticas, prometiendo y prometiendo, si fueras un senador te tendría en mi bando sin duda - El chico asintió, giró su cabeza y se puso tenso, no, estaba sorprendido y miraba hacia un lugar en la sala 

- ¿Qué sucede? - molt pregunto mirando hacia donde el chico observaba

Detrás de uno de los pilares de mármol del salón, había una niña de diez años de cabello rojo oscuro, unos grandes ojos rojos, se asomó tímidamente pero al notar que su padre la observaba volvió a esconderse detrás del pilar, Molt no pudo evitar soltar un suspiro de alivio

- Pina ven aquí - le pidió, la niña obedeció de inmediato aunque algo tímida, cuando llego al lado de Molt este le acaricio la cabeza - ¿que escuchaste? - le pregunto

- Es una niña su majestad, con el tiempo se le olvidara - intervino Alexandros

- No escuche nada de todas formas - se apresuró Pina asintiendo como si fuera un complot entre los dos

- Bueno, te dare la razon alexandros - Molt desvió la mirada de Pina y volvió a encontrar al chico

- En todo caso... ¿Aceptara el trato o quiere renegociar? - pregunto Alexandros

Gate: la Ascensión de HellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora