Retorno

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Para Alexandros es el final del viaje, lo más obvio, dado que no podrá estar viviendo en Sadera todo el resto de su vida, ha está saliendo a comprar cosas en los mercados, y paseando por zonas de interés, de hecho había conseguido una ballesta de un comerciante norteño, o un vikingo, más bien una mujer 

La Danesa era una mujer rubia, de ojos azules, y tenía una pequeña quemadura cerca del ojo, sujetaba su cabello con un pañuelo, y estaba vendiendo pieles de animales, tenía la piel de un oso negro, y una estatua miniatura del mismo oso, cuando la toco, descubrió que estaba forrada de piel real, decidió comprarsela a su hermano pequeño, y para él, la ballesta, aunque la mujer se negó a venderla en principio, sin embargo cuando le prometí pagarle el triple de lo que le costó fabricarlo, cedió

Cargado de regalos para su padre, madre y su hermana, y sin mucho que hace, tras pasar un mes en la capital imperial, decidió regresar a su tierra, a ese nuevo lugar que llamaba patria, con la ballesta en sus manos estaba seguro que podría tener una ventaja abrumadora, ¿pero que tenía esta ballesta que otras no?

Pues un sistema de repetición por palanca, ósea... era un arma que se cargaba utilizando una palanca, estaba diseñada para ser usada por una mujer, lo que significaba que era fácil para recargar, de hecho ya la había probado, recargaba en dos segundos, y podía disparar un virote cada 3 segundos, un total de 15 virotes por minutos, bueno eso era lo que él había conseguido, seguramente alguien más rápido y con experiencia podría lanzar más tiros

 Con dirección a la salida la pequeña columna que es mi escolta ha estado esperando esto desde que llegamos, nadie realmente se sintió cómodo en Sadera, sobre todo Pirro que parecía un perro rabioso vigilando que nadie se acercara más de lo que debía a Alexandros, por el riesgo de asesinatos, pero para el otro no era más que una exageración, si alguien lo quisiera muerto, lo estaría sin dudas, no eran más que un par de mocosos de más de 12 a 14 años, de repente la mirada de Alexandros se detiene en el frente de un edificio blanco 

Salta de su caballo y corre frente al edificio, los guardias y sus seguidores se detienen igual, Argos salta de su caballo para correr rápidamente a donde estaba Alexandros, mirando la edificación con una cruz roja, tenía escrito en Saderano "En la guerra, la caridad" en la parte superior, mientras por debajo "A través de la humanidad hacia la paz", Argos estuvo a punto de tocar el hombro del Príncipe cuando este entró al edificio

- ¡¿Quien es el encargado?! - grito Alexandros, Argos, Pirros y Sócrates entraron tras él

Un médico de bata negra, con una máscara negra de nariz larga y afilada, de lentes de cristal negros, sus manos van cubiertas por guantes de cuero, se acerca con cautela al percatarse que todos llevaban espadas, usando un trapo para limpiarse los guantes

- Soy yo, si desea ser atendido deberá esperar - habló el hombre, pareciendo molesto - ahora mismo estamos en medio de una cirugía - Alexandros se detuvo un momento

- ¿Quién financia este lugar? - pregunta

- ¿Por qué desea saber? - pregunta el médico

- Tengo negocios con esa persona, necesito hablar con él - le indica, el médico se queda en silencio - Pagaré si hace falta - una pequeña risa del hombre llama la atención de todos

- Bueno, dado que me superan en número y me ofrecen pagar, no tengo motivos para...

- ¡QUE SUELTES LA SOPA! - grito Alexandros asustando al médico

- La princesa Tanya Sol Augustus - responde, lo que deja confundido a Alexandros

El príncipe saca una bolsita de monedas y se las entrega al médico, despues se retiró del lugar montando sobre su caballo, en silencio, de hecho toda su escolta y séquito estaba en silencio, de repente a mitad del camino empieza a reirse como un desquiciado, Argos, Pirro y Sócrates se miran preocupados, Argos se le acerca a Alexandros

- ¿Qué sucede mi señor? - pregunta Argos, haciendo que Alexandros interrumpa su risa

- ¿Disculpa? - Alexandros mira confundido a su amigo, luego sonríe - Nada, parece que estamos en medio de algún juego de dioses - indica Alexandros

- ¿Por que dice eso? - Sócrates pregunta llegando por la izquierda

- Intuición - contesta Alexandros - una fría intuición - indicó con cierto recelo

Gate: la Ascensión de HellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora