El Avance del Reino de Makedonia

106 21 16
                                    

Península de Hellas, Reino de Makedonia
Ciudad de Pella, Biblioteca Real
991 D.G.M (Después de la Gran Migración)


Helena, una joven de cabello rubio que caía en ondas suaves sobre sus hombros, tenía un cuerpo esbelto que contrastaba con la robustez de su hermano.
Estaba sentada en la biblioteca del palacio real, sus ojos verdes se deslizaban por los antiguos papiros, buscando respuestas y sabiduría en las escrituras.

La biblioteca era un lugar vasto y majestuoso, con estanterías que alcanzaban el techo, repletas de pergaminos y libros, iluminadas por la luz del sol que se filtraba a través de las altas ventanas de vitral.
Alexandros, su hermano mayor y heredero al Reino de Makedonia, era un joven alto y fuerte, que dedicaba gran parte del tiempo a ejercitarse, aunque era inusual que el estuviera en la biblioteca acompañado de su hermana

- Aparte de ejercitarte, ¿tienes otras cosas que hacer - preguntó Helena, levantando la vista de los papiros con un aire de curiosidad y un toque de diversión.

- En realidad sí - respondió Alexandros, mirando a su hermana, le gustaba pasar tiempo con su hermana, siempre encontraba un tema sobre el que conversar con ella.

- ¿Te acuerdas de los altos hornos que mencioné? - pregunto Alexandros

- Ehm... un poco - contestó Helena, suspirando de aburrimiento mientras jugaba con su cabello siendo consciente que es algo que a su hermano le gustaba ver de ella - No es que fuera un tema útil, aunque interesante sí es, la verdad sea dicha - ella aclaró, sin mucho interés como demostró al apartar los papiros y libros que había estado leyendo

- Mira, puede que a ti no te parezca interesante, pero si conseguimos estos hornos, la producción de hierro, la metalurgia y la fundición tendrán un desarrollo significativo - explicó Alexandros con bastante seguridad, Helena solo suspiro antes de colocar sus codos sobre la mesa y apoyar su cara entre sus manos - Ya tengo algunos estudios sobre la metalurgia en nuestras tierras, estoy tratando de encontrar a artesanos y alquimistas , además de hablar con otros pueblos sobre conocimientos metalúrgicos, claro, que con un seudónimo, no quiero que se pregunten por qué el príncipe de Makedonia construye extrañas fundiciones de hierro -  Helena arqueó una ceja pensativa, con un repentino interés en las palabras de su hermano.

- Ehm... creo que los Saderanos eran buenos en esa área, aunque los pueblos del mar de Albion son hábiles igualmente. - Helena sonrió con confianza, aunque Alexandros negó vehementemente con la cabeza ante su idea. Ella sopesó levemente otras opciones - ¿Qué tal los Hattats y los Sidonios? -  Alexandros miro al techo pensando. 

- Puede ser. Si fueras yo, ¿cuál escogerías? - le pregunto a Helena en busca de consejo

Helena se encorvó ligeramente, cruzando sus manos y dedos en una actitud meditativa, analizando todas sus opciones.

- Bueno, los Hattats fueron sometidos hace poco por los Parsos. Nuestra mejor opción serían los Sidonios. Tienen el imperio marítimo más grande jamás construido, además de una gran influencia comercial en Azania. - fue la respuesta tras un rato en silencio

- Ya - asintió Alexandros, anotando rapidamente el nombre  - Entonces, los Sidonios tienen su imperio en Azania y los Saderanos en Falmart. Dudo que me meta en problemas si me inclinó repentinamente a un bando u otro - se burló Alexandros.

Helena lo miró, confundida.

- Solo queremos conocimientos metalúrgicos, no es como que vayas a convertirte en vasallo de los Sidonios - La mirada de ambos se encontraron durante un rato. Alexandros esbozó una pequeña sonrisa y asintió avergonzado por su mala broma.

- Bueno, tienes razón. Ahora, tenemos el problema de cómo ponernos en contacto con ellos. Un viaje por mar no es barato. - comento y suspiro.

La preocupación en su rostro era evidente. Alexandros sabía que cualquier paso en falso podría tener repercusiones diplomáticas y económicas para su reino. Helena, con su mente ágil y perspicaz, consideraba cada detalle y al mismo tiempo se divertía viendo las reacciones de su hermano.

Gate: la Ascensión de HellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora