Capitulo [3]

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Solo sentí la vibración del sonido, tenía mis ojos cerrados, los apretaba con tanta fuerza que llegaba a ver puntitos. Hubo un silencio largo.

— Piraos de aquí, si mañana no estáis juro que os mataré....y vais  a hacer horas extras. — Hablo Conway más calmado recogiendo su pasamontañas. — Gustabo, te vienes conmigo.

Yo abrí lentamente los ojos, Isidoro se acercó sin decir nada y me ayudó a pararme, ambos caminamos hacia su vehículo y nos subimos, pude ver cómo el rubio se subía al coche de conway.

—Yo... Lo lamento mucho. — dijo el sin mirarme y encendiendo el vehículo.

El camino a casa fue silencioso, ninguno se atrevió a decir algo.

Yo seguía asustada por lo que pasó, iba mirando mis manos, mis piernas no dejaban de temblar, y aún lloraba en silencio.

Mi cabeza no lograba procesar lo que había pasado, no lograba entender quienes son los malos aquí, Isidoro dijo que la ciudad es peligrosa, quizás no deba confiar ni en mi propio hermano.

Al llegar a la casa, Isidoro aparco el coche y se quedó mirando hacia al frente,  yo no estaba segura si bajarme o no.

— Perdón, se que debes tener muchas preguntas y se que estás asustada, te prometo que te protegeré para que no te pase nada. — dijo Isidoro sin quitar la mirada de al frente.

— una manera de protegerme es no ocultarme cosas. — dije en voz baja sin quitar la mirada de mis manos.

— Escúchame Cairo, estoy metido en algo lo cual no te puedo explicar aún, solo quiero que porfavor confíes en mí y no la andes liando, mientras menos sepan de ti mejor. — dijo, esta vez mirándome.

— De acuerdo — no quise decir nada más y él al notar esto se bajó de el coche.

Yo me bajé igualmente, y sin decir nada camine detrás de él hasta estar dentro de la casa.

—¿Quieres comer algo?. — pregunto el cerrando la puerta con seguro.

— Si, tengo mucha hambre. — dije sentándome en la silla alta de la cocina.

— Vale, ¿Que quieres comer?. —

—Tengo ganas de comer pasta. — dije sonriendo un poco.

—Como siempre. — dijo el riendo desganado.

—¿Como es que en tres meses conseguiste esta casa?. — pregunté entre cerrando mis ojos.

— Pues ya sabes, muchísimos esfuerzo... Y contactos. — dijo guiñándome el ojo.

—¿Contactos?... ¿Me los presentas?.— dije sonriendo.

—Aún no, quizás en algún momento, mientras tienes que buscar algún trabajo. — dijo el mientras ponía la pasta en el agua que ya burbujeaba.

El resto de la noche fue agradable, pude distraerme de lo que había sucedido hace algunas horas, luego de comer el me llevó a una habitación.

— está puede ser tu cuarto, acomódate y ya mañana puedes decorarlo como quieras. — en la tarde yo ya había curiosado las habitaciones, está solo tiene una cama y una cómoda.

Yo asentí y entre, estaba tan cansada que no pude pensar nada más que en dormir.

Me quite las zapatillas y aún con ropa me lanze a la cama, cerré mis ojos, y aún podia sentir la pistola fria en mi cabeza y el sonido del disparo retumbando en las paredes.(...)

Unos golpes en la puerta me despertaron, ya entraba luz por la ventanas por lo que supuse que era el otro día.

—Ya me voy al trabajo. — dijo Isidoro que estaba mirándome desde la puerta de la habitación .

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