Cielos Azules y Rayos de Sol - Goyuu

Capítulo 20

Pronto empezó a oscurecer y Yuji pensó que era hora de irse a casa. Sin embargo, no quería lidiar con su hermano y su dramatismo, y todavía estaba enfadado con él por lo que pasó en el tejado. "Tengo que irme" dijo. "Nos vemos mañana Junpei"

Estaba a punto de irse pero, Junpei de repente se agarró a su brazo. "¡Espera!" El chico de pelo negro habló desesperadamente.

Yuji se detuvo, sorprendido. Se giró para mirar al chico tímido, que tenía la cabeza girada hacia un lado, evitando su mirada confusa. "Junpei, ¿qué pasa?" Preguntó preocupado. "Yo... umm... " tartamudeó el otro chico. "Escucha Yuji-"

"¿Hm?" Yuji se inclinó hacia delante, con expresión curiosa y preocupada. Junpei tragó saliva y se recompuso. "¿Tienes algún plan? ¿Para el sábado?" Se atragantó.

Yuji se lo pensó "Bueno... no, la verdad es que no" admite.

"¡Genial! Vamos a salir ese día, ¡sólo nosotros!". Dijo Junpei con una sonrisa emocionada. Era raro que Yuji viera a Junpei sonreír tan ampliamente. Una pequeña mueca, una sonrisa burlona o una sonrisa que apenas le llegaba a los ojos, seguro... ¿pero una sonrisa de oreja a oreja? "¿Hay algún evento el sábado? Pareces muy contento"

"Sí, lo estoy" porque por fin va a estar a solas con su amor sin sus amigos alrededor, o ese molesto bruto de pelo blanco Gojo aferrándose a él. "Y... no, no es realmente un evento... quiero decir que es algo así, es... " enderezó su postura.

"Va a haber un festival de cine y compré entradas para nosotros, veremos una vieja película de terror de los años sesenta".

"¡Suena genial!" Yuji sonrió. "Estoy deseando ir".

Tiró de su brazo, del que Junpei seguía agarrado. El chico de pelo negro se sonrojó y le soltó "Lo siento".

"No hay problema", rió Yuji. Se frotó el brazo dolorido, Junpei tenía un agarre sorprendentemente fuerte. "Me... iré a casa ahora"

"Yo te acompaño" se ofreció el adolescente de pelo negro, ya dando pasos con el chico de pelo rosa.

"No tienes que hacerlo"

"Pero quiero" insistió el chico de pelo negro. "Además, quiero ver donde vives y como es tu casa, nunca he estado allí antes".

"Tampoco Nobara y Megumi" señaló Yuji.

"¿Y Gojo-senpai?" Junpei saca el tema.

"¿Qué pasa con él?".

"¿Le has llevado?".

No pudo evitar notar lo ansioso que sonaba su amigo de pelo negro. Esto le hizo fruncir el ceño, Junpei ha estado actuando raro estos días. "No, no lo he hecho" respondió.

"Bien"

"¿Qué?" Yuji miró a Junpei. ¿Qué le pasaba?

Junpei se sonrojó y se aclaró la garganta "Quería decir uhh-Uhh.." Se puso más rojo y bajó la cabeza, dejando que un mechón de su pelo le cubriera la mitad de la cara. "Es que me alegra de ser el primero en ver tu casa tan genial"

"En realidad no es nada especial", se rió Yuji. "Joder, ni siquiera es tan grande. Es una casa de clase media para una familia de clase media, ¡simplemente normal! Como yo".

"No creo que seas normal" dijo Yoshino sin pensar.

"¿Eh?"

"¡Nada!" Afortunadamente para él, Yuji parece no haberlo oído. Realmente necesita aprender a mantener la boca cerrada y evitar decir sus pensamientos en voz alta, especialmente no delante del chico que le gusta.

"¡Bueno! Es aquí!" Yuji se lanzó al otro lado de la carretera "¡Gracias por el paseo Yoshino! Hasta mañana". Saludó al chico de pelo negro, con su brillante sonrisa cegadora grabada en la cara una vez más.

A Junpei le encantaba ver esa sonrisa. Y le aceleraba el corazón el hecho de que hoy estuviera dirigida a él, que pudiera disfrutarla él solo y que no hubiera nadie más para verla.

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Gojo estaba cabreado.

Las flores que había comprado para Yuji se habían estropeado, y uno de esos idiotas le había manchado los zapatos de barro. ¡No puede aparecer delante de Yuji ahora! No con este aspecto. "Sabes, esta es la tercera vez hoy que tengo que lidiar con pandilleros" dijo mirando a los cuerpos gimiendo en el suelo.

"Primero con el hermano de Yuji, luego con los tontos de la escuela... ¿Y ahora tu banda? No tengo un respiro", suspiró burlonamente.

"¡Y mira lo que has hecho, esos eran para Yuji!" Mostró el ramo arruinado. "Ahh bueno... supongo que comprare uno nuevo" tiró el ramo arruinado a un lado sin cuidado.

Y pisó el cuerpo que yacía en el suelo, usando a la persona que gemía como alfombra para limpiar sus caros zapatos.