Cielos Azules y Rayos de Sol - Goyuu

Capítulo 34

"¿Listo para irnos?" Las horas de visita habían terminado. Era hora de que Satoru y Yuji se fueran a casa. Yuji sonrió al chico más alto de pelo blanco, "Sí" dijo. "¡Adiós abuelo!" Se despidió de Wasuke y los dos salieron del hospital.

"Te acompaño a casa" se ofreció Satoru.

"No uhh... no me voy a casa todavía" dijo Yuji, deteniendo su caminata. Satoru se detuvo a su lado.

"¿No?" Satoru sonaba desconcertado, ¿a dónde más iba Yuji?

"No, uhh... en realidad iba al parque, y" Yuji tomó las manos de Satoru entre las suyas. "Si no te vas a casa todavía, tú y yo podemos pasar otra hora juntos"

Satoru agradeció su suerte en su mente. "No me importaría" respondió, deleitando a Yuji. Entonces, para mayor sorpresa, Yuji empezó a correr en dirección al parque, con las manos aún unidas. Satoru estaba sorprendido seguro, pero también complacido. Se dejó jalar por el chico de pelo rosa.

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"Tenías que empezar una pelea, ¿no?" Megumi suspiró cansado. Habían pasado algunas horas desde que se separaron de sus senpais y ahora estaban disfrutando de un poco de tranquilidad en una cafetería semivacía del centro.

"Da igual, ¡ella me insultó primero!" refunfuñó Nobara. Megumi quiso señalar que, técnicamente, ella había insultado primero a la chica al hacer comentarios groseros sobre su pelo y que la amiga de la chica había oído por casualidad. Pero optó por mantener la boca cerrada, estaba demasiado cansado para discutir.

¿Qué sentido venir con ella? Debería haberse ido a casa.

De repente dos figuras familiares pasaron por la ventana frente a ellos tan rápido que Megumi no estaba seguro de haber visto correctamente. Parpadeó y miró hacia fuera en busca de ellos pero ya se habían ido.

"¿Qué pasa?" Preguntó Nobara. "Me ha parecido ver a Yuji y Gojo" dijo Megumi.

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"¿Por qué tanta prisa?" Preguntó Satoru mientras corrían entre la gente.

"¡Por nada! Es que de la nada me han entrado ganas de correr!". dijo Yuji con un rayo. Cuando por fin se detuvieron, estaban en el parque.

Las farolas ya estaban encendidas debido a lo tarde que era, y algunas luces de hadas decoraban los árboles. Yuji sonrió, el lugar era perfecto.

"Yuji..." empezó Satoru pero Yuji le cortó arrastrándole hasta una alcantarilla.

"Tú y el abuelo congeniaron bastante bien" comentó Yuji. "Le caíste muy bien, creo que la canasta hizo el truco".

"Creo que es porque se ha hecho una idea de cómo soy porque hablas mucho de mí" se burló Satoru. "Según él, soy casi todo de lo que hablas cuando pasas por ahí" se inclinó hacia Yuji, con una ceja levantada. "¿Es cierto Yuji-kun?" Esperaba que usar un honorífico pusiera nervioso al chico.

Pero en lugar de eso, Yuji se inclinó también hacia delante, sorprendiendo de nuevo a Satoru, que se inclinó hacia atrás. Yuji extendió una mano y...

Flick

Le dio un golpecito en la nariz a Satoru. "¡Ow! Pero qué..." Satoru fulminó con la mirada al descarado rosado.

"Lo siento, no he podido evitarlo", respondió antes de dar un paso atrás, manteniendo la mirada fija en Satoru. "Y... sí, le hablo de ti a mi abuelo, no me avergüenza ni me da vergüenza admitirlo, senpai, le presumo de ti" revela con un suave sonrojo.

A Satoru le sorprendió el... atrevimiento de Yuji. Sin embargo, le gustaba para dónde iba esto, su corazón emocionado bombeaba con anticipación.

Pero Yuji no dijo nada más. Se limitó a permanecer de pie, con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado. "¿Y?" Satoru presionó, con la esperanza de que hubiera más.

"Él dijo que cuando hablaba de ti, se me alzaba la voz y no paraba de hablar", se rió. "Pero esto probablemente no signifique nada para ti senpai, la gente habla de ti todo el tiempo, eres adorado y admirado por la mitad de la población en la escuela así que no soy nada especial-"

Si Yuji tuviera un demonio o algo sellado dentro de él. Le gritaría que no se hiciera el tímido.

"Eso significa mucho para mí" murmuró Satoru.

"¿Eh? ¿Qué fue eso senpai?" Yuji sonrió burlonamente, poniendo las manos a la espalda. Satoru se sonrojó y frunció el ceño, refunfuñando algo incoherente. "Cómo han cambiado las tornas", pensó Yuji con una risita.

"Senpai" dijo Yuji.

"Yuji..." comenzó Satoru.

"¿Estás interesado en mí, senpai?" Yuji le pareció impresionante a Gojo. La forma en que las luces incidían en su piel le hacía parecer que brillaba, y su pelo rosa claro se mecía suavemente con el viento. Su sonrisa era expectante y nerviosa: ... ¿Tenía miedo de que dijera que no? Ridículo.

"Senpai, ¿te gustaría tener una relación conmigo?". Yuji pregunta con más confianza. "Porque seguro que a mí sí, Satoru, me gustas de verdad".