Capítulo 6. El primer golpe, directo al corazón

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POV Gianna

Gia pasó cavilando gran parte de la última semana de vacaciones sobre qué narices hacía Draco en el callejón Knockturn. Sirius, que había tenido que marcharse a una misión de la Orden, la había dejado con los Weasley. En principio no había sido algo tan malo, salvo porque llevaba apenas unos días y se sentía cada vez mas rara; somnolienta, y tenia ronchitas rojas en el escote. Sin embargo, ni Ron ni Hermione (especialmente Ron) parecía tan intrigados como ella,  pasados unos días sus amigos se habían cansado del tema.

- Si, Gia, reconozco que olía raro - admitió Hermione con impaciencia -. Pero ya hemos llegado a la conclusión de que podría haber muchas explicaciones.

- A lo mejor se le ha roto la Mano de la Gloria - conjeturó Ron mientras intentaba enderezar las ramitas de la cola de su escoba -. ¿Os acordáis de aquel brazo reseco que tenía Malfoy?

- No me lo recuerdes - le pidió Gia, fingiendo un escalofrío. Aun recordaba la primera vez que se lo había enseñado -. Mas bien parecía como si Borgin tuviera un objeto como el que se le ha estropeado y él quería tener ambos.

- Su relación contigo - comentó Ron. Gia alzó una ceja -. Perdón.

- Ron, no tiene gracia. Su padre esta en Azkaban, y cree que es por mi culpa. Si tuviese ganas de venganza, ya sabes a por quién iría.

Ron levantó la cabeza y pestañeó varias veces seguidas.

- ¿Vengarse? ¿Malfoy? ¡Pero si lo que debería hacer es agradecer que estuvieras con él, ¿como va a vengarse?!

- ¡Pues eso es lo que quiero saber! - suspiró Gia, frustrada -. Tú no le conoces como yo, Ron. Estoy convencida que trama algo, deberíamos tomárnoslo en serio. Su padre es mortifago, esta despechado, enfadado y... - se interrumpió bruscamente y con la mirada clavada en la ventana que Hermione tenía detrás. Acababa de ocurrírsele una idea brillante pero atemorizante, que rezaba que no fuera verdad.

- ¿Qué pasa, Gi? - se asustó Hermione.

- No te dolerá de nuevo la cicatriz, ¿verdad? - dijo Ron, intranquilo.

- Es un mortífago -repitió Gia despacio, decepcionada -. ¡Ha relevado a su padre como mortífago!

Hubo un silencio, y luego Ron soltó una carcajada.

- ¿Malfoy? ¡Pero si sólo tiene dieciséis años! ¿Cómo quieres que Quien-tú-sabes le permita unirse a los mortífagos?

- Eso es muy poco probable, Gia -coincidió Hermione conteniendo la risa -. ¿Qué te hace pensar que...?

- En la tienda de Madame Malkin... Ella no lo tocó, pero Malfoy gritó y apartó el brazo cuando ella fue a enrollarle la manga de la túnica. Era su brazo izquierdo. ¡Le han grabado la Marca Tenebrosa!

Ron y Hermione se miraron.

- Mujer... - dijo Ron, escéptico.

- Yo creo que sólo quería largarse de allí - opinó Hermione -. Creo que lo único que le pasaba es que se estaba nervioso por haberte visto.

- ¿Y eso qué? - replicó Gia.

- Bueno... no había mas que verle mirarte - Gia alzó una ceja -. Te comía con los ojos - Esta vez fue Gia la que soltó una risita.

- No digas tonterías, Herms - replicó -. Fue él quien rompió, ¿recuerdas? Y me dijo que nunca me había querido.

- Bueno, yo solo digo lo que vi. Se puso muy nervioso, y se tropezó varias veces. Al salir tenía cara de agobio, como si no esperaba verte.

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