Capitulo 8. Amortentia

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POV Gianna

- Estas como una cabra - le dijo Hermione por la mañana, cuando Gia le contó lo que había pasado en el expreso -. En serio, no es normal. Tú no haces ese tipo de tonterías.

- Solo quería comprobarlo. Y eso de que no hago ese tipo de cosas... pues no se que decirte - Hermione hizo una mueca.

- Ya, bueno, si - admitió -. ¿Y dices que con Nott?

- Por lo visto - respondió -. No es la primera vez, en cuarto... - se acercó a ella y bajó la voz -. En cuarto se que tuvieron algo, me lo contó porque quería mi opinión sobre bisexualidad.

- Gia... entiendo que la ruptura te dejó tocada... pero no te mereces esto. No vayas detrás de él. Tú... mereces ser feliz, céntrate en ti por una vez - le pidió su amiga. Terminaron de vestirse y bajaron a la sala común, donde Ron les esperaba. Mucha gente los observaba y cuchicheaba.

- ¿Nunca te han dicho que señalar con el dedo es de mala educación? - le espetó Ron a un alumno bajito de quinto cuando los tres amigos se pusieron en la cola para salir por el hueco del retrato.

El chico, que estaba murmurándole algo a un amigo, se ruborizó y, con el susto, tropezó y se cayó por el hueco. Ron rió por lo bajo.

- Me encanta ser alumno de sexto. Además, este año tendremos un montón de tiempo libre, horas enteras sin clases que podremos pasar aquí sentados, descansando.

- Necesitaremos ese tiempo para estudiar, Ron - le recordó Hermione mientras echaban a andar por el pasillo.

- Ya, pero hoy no. Lo de hoy va a ser pan comido.

- ¡Espera! - saltó Hermione, y le interceptó el paso a un alumno de cuarto que llevaba un disco verde lima en la mano -. Los discos voladores con colmillos están prohibidos, dámelo ahora mismo - le ordenó con autoridad.

El chico puso mala cara pero le entregó el disco, que no paraba de gruñir. Luego se coló por debajo del brazo estirado de Hermione y echó a correr detrás de sus amigos. Una vez se hubo perdido de vista, Ron le arrebató el disco a Hermione y dijo:

- ¡Qué bien! Siempre quise tener uno de éstos.

Las protestas de ella quedaron ahogadas por una fuerte risa: al parecer, Lavender Brown encontraba divertidísimo el comentario de Ron. Siguió riendo mientras los adelantaba y volvió varias veces la cabeza para mirar a Ron, que parecía muy ufano. Gia y Hermione se miraron, extrañadas.

El techo del Gran Comedor mostraba un cielo sereno y azul surcado de algunas tenues y frágiles nubes, igual que los trozos de cielo que se veían por las altas ventanas con parteluces. Mientras comían gachas de avena, Gia y Ron le contaron a Hermione la embarazosa conversación que habían mantenido con Hagrid la noche anterior.

- ¡Pero cómo puede pensar Hagrid que seguiremos estudiando Cuidado de Criaturas Mágicas! - observó ella, consternada -. A ver, ¿cuándo ha expresado alguno de nosotros el menor entusiasmo?

- Pues él no lo ve así - farfulló Ron, y acabó de tragarse un huevo frito entero -. Nosotros éramos los que más nos esforzábamos en sus clases porque nos cae bien. Pero él cree que nos gusta esa absurda asignatura. ¿Creéis que alguien va a continuar estudiándola para obtener el ÉXTASIS?

No era necesario responder. Los tres sabían que nadie de su clase querría seguir cursando Cuidado de Criaturas Mágicas. Durante el desayuno evitaron mirar a Hagrid, y cuando éste se levantó de la mesa, diez minutos más tarde, ellos le devolvieron con parquedad el alegre saludo que el guardabosques les dirigió con la mano.

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