Cap. 5 Gracias a ti

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Usted no puede hacerle eso.

Alcanzó a escuchar una voz en sala de su casa, alguien estaba hablando con su madre.

Se que no debería pero creo que es lo mejor. - Le respondió casi susurrando pero aún así pudo escucharla.

Sabía que no era de su incumbencia aquella conversación así que decidió no darle importancia y seguir descansando luego de un largo día.

¿Y acaso cree que eso lo solucionará? Solo seguirá causando más problemas de los que ya ocurrieron. - Dijo aquella voz con seriedad.

Solo intento protegerlos, a ti y a Yeosang.

¿Acaso acaba de escuchar su nombre?

Esto no debe seguir, por tu bien y por la de mi hijo. Deberías mantener tu distancia de el, no es bueno para ambos.

Tenía más que claro que estaban hablando de él, sin más se levantó de la cama con agilidez y salió de su habitación con cautela y silencio caminando de puntillas por el pasillo oscuro para no ser escuchado quedando detrás de la puerta que los separaba.
Necesitaba oír más de esa conversación y aunque pueda ser llamado "entrometido" no le importa si se trataba de el.

— Lo sé pero simplemente no pude. - Ahora podía escuchar sus voces con más claridad. — No se que me pasa, cuando intento alejarme más me cuesta hacerlo ¿Porqué? ¿Porqué tengo que ser yo y no el que ocasionó todo?

Escuchaba aquella voz quebrarse, aunque no podía ver quién era sabía que estaba al borde del llanto.

Esperen, esa voz le es familiar.
Sintió su corazón estrujarse en ese momento y se agarraba el pecho cada vez asomándose solo un poco más para oír mejor.

Porque el te ha olvidado...

Todo se quedó en silencio cuando dijo esas palabras, como si le hubiesen tirado un balde de agua fría en la espalda se pegó a la pared sintiendo como su corazón se aceleraba cada vez más mientras unos sollozos se escuchaban del otro lado

— ¿De qué están hablando mamá? - El impulso fue más fuerte que el haciendo que entre de manera abrupta.

— Yeosang ¿Qué estás haciendo allá? ¿Qué tanto escuchaste? - La mirada de su madre era de terror.

— Lo suficiente para merecer una explicación, ¿Quién eres tú y porque has venido a mi casa? - Dijo muy molesto a aquella persona frente a el que le daba la espalda.

Intentaba tragar todas sus emociones, no quería que vean que estaba a punto de desmayarse ese momento. Cuando esa persona se volteó muy lentamente hacia el ni siquiera lo miró directamente, tenía la mirada baja escondiendo sus lágrimas.

Yeosang abrió por completo sus ojos al darse cuenta de quién era, se había quedado paralizado cuando le vió el rostro.

-— Jongho... - Dijo con la voz temblorosa.

El contrario ahora sí lo miro a los ojos cuando escuchó al menor pronunciar su nombre, las lágrimas empezaron a abundar.

— Lo siento señora Kang no debí haber venido, usted tiene toda la razón yo me alejaré lo más que pueda.

Caminó a toda prisa esquivando a un Yeosang confundido a media sala para irse de esa casa de una vez por todas. Yeosang no podía dejar que se fuera de nuevo, no después de todo lo que lo esperó así que corrió tras el persiguiendolo.

Su madre se quedo mirando todo inmóvil, no sabía cómo reaccionar y que hacer en ese momento pero tampoco hizo nada para detener a su hijo. ¿Acaso esto podría ser un problema?

Yeosang corría detrás del otro para alcanzarlo, quería hablar con el.

— Espera ¡Jongho! No te vayas por favor. - Sujetó su mano con fuerza deteniendo su paso.

— Yeosang por favor, déjame ir. - Tiraba de su mano para safarse.

Claro que Yeosang no hizo caso a esto.
— Por favor, habla conmigo. - Suplicaba, sabía que esta era tal vez su única oportunidad.

Se negaba haciendo fuerza pero cuando vió el rostro de su menor le invadieron todos los recuerdos haciendo que se derrumbe frente a el cayendo de rodillas.

— Fue un error haber venido, Yeosang, no debería de estar cerca de ti.

— ¿Cómo puedes decir eso cuándo estuviste allí conmigo cuando desperté? - Reclamaba a medio llanto. — Te estuve esperando todos los dias ¿sabes?.

Dijo antes de derrumbarse con el a media calle mientras que la fría noche abrazaba a ambos. Tenía que desahogar todo lo que se había estado guardando.

***

Caminaban sin rumbo uno a la lado del otro mientas Yeosang se abrazaba a si mismo por el frío que abundaba esa noche.
Llegaron hasta un parque que se encontraba vacío por la hora así que se sentaron en el césped bajo un gran árbol, no había más ruido que el viento y sus pasos al pisar las hojas secas que este mismo había dejado caer.

No sabían que decir, el ambiente era diferente que aunque estuviesen solos se sentía observados.

— ¿Cómo has estado, Yeosang? - Preguntó el chico a su lado.

El castaño lo miró pero este ni siquiera lo hacía, solo miraba al suelo mientras jugaba con sus manos como si estuviese nervioso.

— ¿Porqué no regresaste a verme? - El menor desvió su pregunta con otra, era su momento de platicar con el y claro no iba a desaprovecharlo.

El pelinegro tragó saliva, no sabía que responderle.

— No sabía que querías que estuviese allí, yo yo pensaba que tú me habías...

— No. - Interrumpió Yeosang. — Quiero decir si, osea si quería verte pero también tenía miedo.

Jongho lo miró de reojo, sus palabras lo habían confundido.
Yeosang tomó un respiro, sus nervios le estaban ganando que casi no lo dejaban hablar correctamente.

— Lo que quiero decir es qué, no sé en qué momento me di cuenta que yo te necesitaba allí conmigo, es raro pero tú cuando estuviste allí esa noche yo no tuve miedo, me sentía seguro y protegido y fue por ti. Jongho porfavor, no huyas otra vez.

Fue así que Jongho al fin le dio la cara a Yeosang y se dió cuenta como aquellos ojos cristalinos llenos de lágrimas brillaban bajo la luz de la luna.

— Nunca quise irme. - Respondió con una voz ronca mientras limpiaba el desastre en su rostro. — Se que hice mal y lastimé a quienes no merecían, fui un tonto al dejarme llevar por lo que los demás decían.

El menor vió como sus manos empezaron a temblar como si hablar de ello en serio le afectara, no quería hacerlo sentirlo mal de nuevo, podía darse cuenta que había estado sufriendo por algo que no sabía.

— No te preocupes. - Yeosang tomó sus manos para calmarlo, sintió como Jongho apretaba de ellas como si hubiese necesitado eso. — El pasado se queda atrás, no puedes estar allí para siempre lastimadote a ti mismo, es momento de seguir adelante y yo estaré contigo apoyándote.

El corazón de Yeosang latía fuerte en ese momento, no explicaba como se estaba sintiendo pero una cosa era cierta. Quería estar allí para el, para Jongho.

El desconocido que se había colado en su habitación del hospital cuando despertó, aquel que lo hizo sentir feliz en su momento cuando más lo necesitaba.

— Gracias Yeosang. - Jongho tiró de el y lo abrazó tan fuerte como pudo sintiendo el calor del castaño que lo rodeaba.

Yeosang ya estaba llorando también, aquellas emociones que estuvieron perdidas poco a poco empezaron a renacer de nuevo.

Gracias a ti Jongho, Gracias por venir a verme una ves más.

***

La razón de estar contigo. || JONGSANG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora