Love Story ( 💛N x Uzi💜 ) AU Humano.

𝟎𝟓 ...

Pero te amaba tanto...

[. . .]
Narra Uzi

Luego de que N me llevara a mi casa, lo miré irse antes de entrar y dejar mis cosas en su lugar para luego caminar hasta la sala, donde mis papás yacían esperándome.

Tuvimos una larga charla en la que dijeron que tendrían que viajar un par de semanas por "trabajo".
Ambos se comportaban de una forma tan sospechosa que, de algún modo, provocó que me preocupara asumiendo lo peor.

Y no me equivoqué al asumir.

Por la noche, logré oír que ambos hablaban, así que salí de mi habitación y pegué mi oreja a la puerta para escucharlos mejor.

—¿En serio crees que estará bien... si no le decimos la verdad? —preguntó.

—No quiero preocuparla en vano... Quizá todo salga bien...—respondió mirando con tristeza al hombre frente a ella.

—¿Cómo estás tan segura? Cariño, ella tiene derecho a saber que no estás bien. ¡Esa enfermedad te está matando!

La voz del hombre se quebró. Ahora estaba de rodillas frente a Nori.

Ambos estaban tomados de las manos, siendo Khan quien no permitió que las soltara al estar aferrado a ellas.

— ¡Lo sé! Pero si aún hay probabilidades de salvarme, no es necesario decirle y preocuparla. Lo aguantaré, cariño, te juro que podré...

—¿Y si no? ¿Cómo se supone que regrese aquí y mire a nuestra hija a la cara? —El llanto se había apoderado de él, y ahora un nudo en la garganta le estaba dificultando hablar—  No podría...

—Khan... Perdóname.

Luego de escucharlos, volví corriendo a mi habitación. No quise seguir ahí. Me tiré sobre mi cama, cubriéndome con las sábanas y abrazándome a mí misma, asustada por lo que podría pasar con mi madre una vez se fueran de casa en la mañana.

A la mañana siguiente, me desperté desanimada porque mis padres ya se habían ido. Me vestí en silencio y me dirigí a la escuela con el corazón apesadumbrado. Al llegar, intenté evitar cualquier conversación, pero no pude evitar encontrar a N en el pasillo.

N, al verme, notó de inmediato que algo andaba mal conmigo y sin dudarlo se acercó rápidamente hacia mí.

—¿Estás bien? —preguntó con preocupación en su voz.

Intenté forzar una sonrisa, pero no pude sostenerla.

—No... No, no estoy bien —respondí, mi voz quebrándose.

N me llevó a un rincón más tranquilo, lejos del tumulto de los demás estudiantes. Me tomó las manos y me habló suavemente.

—Puedes contarme lo que sea, Uzi. Estoy aquí para ti.

Dudé por un momento, pero finalmente, las palabras comenzaron a fluir.
Le conté sobre la conversación que había escuchado, sobre la enfermedad de mi madre y mi miedo paralizante.
N me escuchó en silencio, sus ojos reflejando mi angustia.

—Vamos a superar esto juntos —dijo N, apretando mis manos con más fuerza— No tienes que cargar con todo esto sola.

Las palabras de N, aunque no podían cambiar la realidad de la situación, ofrecieron un consuelo inesperado.
Sentí un ligero alivio al compartir mi carga con alguien que se preocupaba genuinamente por mí.
La presencia de N a mi lado me hizo sentir un poco menos sola.