Todo me dolía, sentía miles de moratones por cada parte de mi cuerpo. Me ardía cono el infierno la pierna. Desperté en un lugar lleno de luz, todo era blanco, y estaba ahí alguien apuesto ¿Un ángel?... no, este era el hospital y estaba viendo a Dan. Se levantó del sillón y se dirigió a alguien en la puerta.
-Mi novia ha despertado, ¿La puedo llevar a casa? –preguntó, seguramente a la enfermera.
-Claro, solo tiene que pasar por los medicamentos y a firmar la autorización. -respondió esa persona.
-¿Podría traer los medicamentos por mí? –y no tuve que verlo para saber que estaba sonriendo.
Y seguro la enfermera se ruborizó y responde un "claro joven".
Dan se acercó a mi cama, me dio un beso en la frente sonriendo, me miró una fracción de segundo y se fue a quizá firmar la autorización.
Sentía mis mejillas arder ¿por qué hizo eso?
Luego de lo que pareció una eternidad, pero según el reloj solo fueron 10 minutos, volvió y dejó muchas cosas en mi mesita de noche, bueno... del hospital.
-Come eso –dijo señalando una sopa- toma tus medicamentos, cámbiate y nos vamos. –dijo serio.
-Claro "papá" –dije rodando los ojos.
-¿Perdón? Pero yo no fui el estúpido suicida –dijo sonriendo arrogante.
-No fue suici... -dije, siendo interrumpida. Me observaba con una mirada triste, daría todo para no volver a ver esa mirada.
-Te espero afuera. –dijo y se marchó, cerrando la puerta.
Me comí-bebí la sopa, estaba rica para ser comida de hospital. Después como él dijo, me tomé los medicamentos, eran dos tabletas y un jarabe con un sabor no muy agradable. Luego me cambie, con ropa... nueva. Un llevaba las etiquetas, no era nada barata, y me imaginé porque. Era una blusa holgada sin mangas negra, unos vaqueros ajustados negros. Joder, estoy en un hospital, me puedo ir, lo puedo dejar pero ¿quiero?
Miré por la ventana y no me creía lo que veía. Eran más de 10 camionetas lujosas, de los nuestros. Me tenían rodeada.
Salí de mi habitación y ahí estaba él, en una sillita de espera. ¿Quién lo diría? Se ve tan angustiado como si su esposa estuviera a punto de dar a luz. Y no sé porque pero eso me recuerda a su pesadilla, nunca le pregunté que soñaba...
-Listo –dije animadamente, aunque se sentía malditamente mal siquiera dar un paso.
-Vámonos. –dijo y sin pedir permiso, tomó mi mano. Volteé a verlo, lucía... mal. Sus ojos estaban llorosos.
-¿Estuviste llorando? –pregunté.
Sus cejas se levantaron, mi pregunta lo tomó por sorpresa.
-Tienes que firmar en recepción, ve con ella. –dijo señalando con la mirada a una enfermera joven.
-Hola, eh... ¿Qué firmaré? –pregunte a "May" o eso decía su gafete.
-Oh, eres la novia del chico, llegó llorando contigo en brazos, le tuve que dar a fuerzas un café ¿sabes? –dijo haciendo una mueca.
-Ah, ¿Y... que hacía mientras estaba dormida? –pregunté mientras firmaba.
-Nunca se movió de su asiento, hacia llamadas, pero jamás se movió –respondió.
Le entregué los papeles y con asentimiento y una sonrisa me alejé.
-Oh, te delataron Daniel –dije fingiendo decepción. -¿Por qué llorabas por mí? –pregunté ansiosa.
-Estúpida enfermera. –dijo.
Y con eso zanjó el tema. Y esta vez no cogió mi mano.
Él abría la camioneta y le dije:
-Estamos en público, ¿Qué si trato de escapar? –pregunté.
-Basta, sube. –dijo haciendo una mueca de dolor.
-¿Y si no quiero? –pregunté fulminándolo con la mirada.
-Vete. –dijo.
No me la podía creer, era libre. Así que me dispuse a caminar, pero el mundo giró, no, el mundo no gira tan literal Jack. Chillé, más de dolor que de sorpresa. Estaba sobre su hombro, como costal de papas. Me metió en la camioneta y la cerró.
Él subió por el otro lado y empezó a andar.
-Era broma "amor".-dijo sonriendo.
Sentí una punzada de dolor al creer que yo misma lo pensaba dejar. Dejar esto, de lo que ya soy parte involuntariamente.
-¿Qué soñabas aquel día que te desperté de una bofetada? –pregunté.
-Con... mi pasado –dijo.-Si estoy en esto es por mis padres, imagínate mi infancia. –dijo y comprendí todo.
-¿Por qué lloraste? –pregunté.
-Eres muy preguntona. –respondió.
-Eh, ¿quieres que vuelva a saltar verdad? –dije fingiendo seriedad. Pero volteó a verme y vi terror en su mirada.- Estoy bromeando "amor".-dije para tranquilizarlo.
Sin preguntar tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. Quien nos viera creería que somos una autentica pareja, yendo de viaje a... Y caí en la cuenta de que no sé dónde estamos.
-Oye Dan, esta pregunta es buena –dije y frunció el ceño- ¿A dónde vamos?
-A Brooklyn, íbamos saliendo de Seattle cuando saltaste, así que me tuve que devolver. –dijo serio.
-Nunca he ido a Brooklyn, ¿es bonito? –pregunté.
-No de la manera en que lo conocerás, ¿tienes tu arma aún? –preguntó serio.
Asentí, estaba en la guantera.
-Daniel, ¿viajaremos mucho? –pregunté entusiasmada.
-Sí, borra esa sonrisita, esto es serio. –dijo ocultando una sonrisa.
-Amor, me llevarás a París ¿Cierto? –dije seria.
-Claro mi vida, a donde tú quieras. –respondió el también tratando de aguantar la risa.
Entonces todo pasó muy rápido. Dan soltó una maldición y aparcó lo más rápido que pudo. Me miró con una cara de terror.
-Bájate –dijo.
-¿Qué pasa? –pregunté.
-Nos siguen, vete a la camioneta de adelante, rápido. –dijo mientras cargaba su arma.
-No, tú me metiste en esta mierda, estaré contigo. –respondí.
-No entiendes, puedes morir, vete. –dijo.
-¿y? gente a diario muere en esto. –lo reté.
-Pero no quiero que muera la chica de la que llevo enamorado tanto tiempo. –dijo y tomó mi rostro en sus manos. Me besó. Suplicante, como si ese beso no le fuera suficiente. Su lengua reclamaba la mía. Yo le respondí. Joder, este chico es un desastre. Se separó de mí. Me miró con ojos angustiosos. –Vete.
Lo hice.
Me encanta escribir, ¿Lo hago bien? eso espero, ojalá les haya gustado, hasta mañana, se les quiere.
-Jazmín
ESTÁS LEYENDO
REALITY.
TienerfictieMi nombre es Jackeline, me dicen Jack. Me fui de casa a los 16, entre a un mundo en el que nadie debería de estar. ¿Antecedentes? Dos intentos de suicidio, una acusación de asesinato, 4 estadías graves en el hospital. No se puede escapar de lo que e...