Tulipanes

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Al día siguiente Sergio llegó a la mansión Verstappen como todos los días, pero esta vez se encontraba un poco más nervioso. Max lo estaba esperando en la entrada de empleados, no estaba usando su típico traje que llevaba todos los días al trabajo, estaba vez llevaba algo más ligero. Cuando Sergio lo vio se sorprendió, pues siempre cuando él llega al trabajo, normalmente Max ya estaba en la oficina, era raro que estuviera en casa. Bajo la velocidad de sus pasos, no esperaba que Max lo saludara o algo por el estilo.

-Buenos días, Sergio.- lo saludó Max, haciendo que Checo se quedará completamente regido por el inesperado saludo.

Sergio se detuvo, mirando a Max, cuya presencia en ese momento del día era inusual y desconcertante. Tragó saliva, intentando encontrar su voz.

-Buenos días, señor Verstappen.- la formalidad de su saludo chocó con la casualidad de la situación, y por un momento, Sergio deseó poder desaparecer en el suelo.

Max, notando la incomodidad de Sergio, decidió aliviar la tensión con una sonrisa amable.

-Espero que no te importe que te haya esperado.- ¿Max lo estaba esperando?- Estaba pensando en nuestra conversación sobre el jardín y... Bueno, realmente me gustaría comenzar esa lección de botánica lo antes posible. ¿Qué te parece si empezamos hoy?

Sergio parpadeó, sorprendido por la petición y la aparente sinceridad en los ojos de Max. A pesar de la sorpresa inicial, una parte de él se sintió halagada e incluso emocionada por la idea de compartir su pasión por la jardinería con alguien que, hasta hace poco, había parecido tan distante.

-Eh, claro, estaré encantado de enseñarle lo que sé.- Sergio finalmente encontró su voz, aunque todavía podía sentir un nudo de nerviosismo en su estómago.- Max asintió, claramente satisfecho con la respuesta.

-Perfecto. ¿Por dónde empezamos?

-Bueno, quizás podríamos comenzar por el jardín de tulipanes. Es uno de los sectores que requiere más cuidado, especialmente en esta época del año.- Sergio se giró, indicando a Max que lo siguiera.

Max lo dejó pasar a su casa, caminaba detrás del jardinero, siguiéndolo hasta el armario donde guardaba todas sus herramientas. A el rubio le encantaba ver a Sergio de espaldas, le gustaba verlo caminar, era como si flotara, con un ritmo característico. Mientras esperaba a que Checo recogiera sus cosas, este le veía el perfil, de vez en cuando Checo sentía su mirada y volteaba a verlo, entonces Max se hacía el loco y volteaba a ver a otro lado.

Mientras caminaban hacia el jardín de tulipanes, Sergio comenzó a sentirse más a gusto. Hablar de plantas y flores era su zona de confort, y poco a poco, la presencia de Max a su lado comenzó a sentirse menos intimidante y más como una oportunidad genuina para conectar.

Los tulipanes, con sus variados colores y formas, ofrecían el escenario perfecto para iniciar su improvisada lección.

-Señor, primero tengo que agradecerle.- Max veía confundido a Sergio.- Gracias por dejarme trabajar en un jardín tan fértil y maravilloso como este. He sido jardinero durante muchos años, y nunca había visto a unas flores florecer tan espectacular como en su jardín.- Max se sonrojó ligeramente, aunque se tuvo que controlar, sabía que Checo solo estaba siendo agradecido.

-Yo, yo no sé qué decirte, nunca le hice nada al jardín para que fuera tan bueno.- Checo soltó una pequeña risita debido al nerviosismo de Max. El empresario solo sintió su pecho arder al ver a su jardinero reír. Quería escucharlo reír siempre.

Sergio explicó la importancia de la luz solar directa para los tulipanes, cómo el tipo de suelo afectaba su crecimiento y las diferentes variedades que habían plantado en la mansión Verstappen.

Entre Flores y FortunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora