Actualidad.
Últimamente, tengo muchos recuerdos del pasado. La mayoría de esos recuerdos incluyen a María
Es curioso, comencé a tenerlos desde que regresé a San Rosita. Nunca me gustó pensar en demasía en María por estos ocho años que me mantuve lejos, pero no por un tema de rencor, más bien de tristeza y arrepentimiento, porque sabía que si pensaba en ella, y en lo que teníamos, iba a desear y tener el loco arrebato de volver aquí, de volver con ella y mandar todo al diablo solo para centrarme en María.
Ahora veo, que los recuerdos no vinieron por sí solos, vinieron en consecuencia de este arrebato obligado.
Esta era otra de las muchas causas por la que no quería y no volví a San Rosita: mis emociones fuertes, intensas y latentes, pero tan inestables.
Otro factor que me desanimó todo este tiempo en volver, fue el destino, mi fiel enemigo y traicionero. De alguna forma u otra, siempre se las arregla para maquinar todo a su antojo y provocar un encuentro mío y con María, desde niñas hasta adolescentes, hasta que ya no quería saber nada de nadie, hasta el día que me fui.
<<...pero ¿y tú? Si haces esto te perderás, dejarás de ser tú misma...>>
Últimamente, la voz de María retumba en mi cabeza, la presencia casi tangible de ella resuena en mi cabeza, y corazón.
Y eso es lo que menos quiero.
Me estoy desconociendo cada día más a mi misma. Estoy dejándome llevar por estos sentimientos imprudentes y despiadados, no estoy teniendo control, me estoy perdiendo.
Lo más desconcertante, es que eso me aterra tanto como me emociona.
¿Cómo le dices a tu cabeza que no le haga caso a tu corazón? ¿Cómo le dices a tu corazón que escuche a tu cabeza, si ambas están perdidas por la mirada celestina y el tacto amable de María?
—Karol, ¿me estás escuchando?
Niego de izquierda a derecha, intentando deshacerme de la rama de pensamientos.
—Perdón, ¿Qué decías, ma?
Mamá me mira confundida y severa. Más suelta un suspiro en vez de regañarme por mi ausencia. Hay un tema más importante sobre la mesa.
—El cumpleaños de tu abuela es en cinco días, hija. ¿Estás segura de que Nahuel regresará hasta entonces?
—Segura.
—De acuerdo... La fiesta será de día completo, comenzará el sabádo a la mañana, y nos iremos de la cabaña el domingo al amanecer. Tu tío Martín me comentó que a ti y a Nahuel les entusiasma acampar, sería lindo que lo hagamos el fin de semana consiguiente a este. Luego siento que será más complicado, por el tema de tu boda, calculo que para esas fechas ya querrás volver para ver todo eso junto a Nahuel. Y la abuela tendrá que ir a la Capital, para visitar a tu tía Mía, ya que ella no puede venir para su cumpleaños, por el tema de su embarazo.
<<Mucha información en un solo guión de diálogo>> opino para mis adentros.
—Está bien. Sería lindo acampar el día anterior a irnos a la Capital, para irse con el mejor de los recuerdos. Y, respecto a la celebración de la abuela... ¿Qué tan grande es la cabaña? ¿Cuántos invitados irán? Y ¿quiénes son?
Interrumpiendo la respuesta casi dicha de mamá, el teléfono sobre la mesa resuena. Al tratarse de mi teléfono, soy yo quién responde.
—¿Hola?
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Bonita
RandomKarol está a tres meses de casarse con Nahuel, alias "el amor de su vida". Pero por pedido de su madre, se ve obligada a regresar a su casa y pueblo natal; dónde se reencuentra con su familia, amigos, vecinos, su ex mejor amiga... y su ex amante. Em...