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Wangji dormía cómodamente, mientras su esposo se arreglaba para ir al trabajo ahora más que nunca debía trabajar como negro, el doctor Xinchen le dijo que posiblemente serían de tres a seis gazapos, que había dentro de esa barriguita peluda, las asistentes hacían lo posible, por evitar que su jefe se colará a la madriguera artificial, que el hombre había mandado a construir solo para su bebé conejo.

Ahora entendían por que le había hecho una puerta tracera lo suficientemente grande para un humano normal, pues en los primeros días que el híbrido se metió ahí para solo salir a sacar un poco de alimentos, suciedad o cositas que el mimado ya no quería dentro de su nido.

El Wei se había intentado colar al nido del conejo para acurrucarse con el, por más que ya se le había explicado que los conejos son muy recelosos de su nido en esa etapa, pero fue mamá conejo quien le hizo entender de manera poco delicada, que no tenía nada que hacer ahí dentro con ellos, mordido, arañado y bañado en fluidos de desechos de la bejiga de la barriguita de su híbrido, Wei Ying fue expulsado de la madriguera.

No teniendo otro remedio se arreglo para ir a su oficina, su hermana llegaba de visita a menudo con las novedades de su ex familia que ahora al solo quedar el mayor de los hermanos estaban tratando de llevar a sus filas a Ning y a ella, Wei Ying les dio la desicion final a ellos dos, pues para el sería feliz con lo que sus queridos hermanos decidieran ya sean Wei o Wen para el seguirían siendo su familia.

Quing dudaba de regresar con su apellido, por que su boda estaba en puerta, no sabía cómo reaccionarian los Jiang si ella regresaba a la familia que se supone la trato como mercancía de intercambio, Ning dijo que el no qieria regresar a su apellido original,  como un Wei se sentía más normal, pero si su hermana si aceptaba que el nuevo líder de lo que quedó de los Wen, el tendría que ir con ella, juntos en las buenas y en las malas, le recordó el menor a su hermana.

Quing dudaba de regresar con su apellido, por que su boda estaba en puerta, no sabía cómo reaccionarian los Jiang si ella regresaba a la familia que se supone la trato como mercancía de intercambio, Ning dijo que el no qieria regresar a su apellid...

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Los días pasaban como agua al final los hermanos Wei se quedaron juntos, Wen Xu dejó de molestar a sus primos, decidió hacer las pases con ellos aunque no quisieran ayudarlo a reconstruir su familia, poco a poco las cosas se iban acomodando, Ying estaba más resignado a que su bebé conejo lo expulsará de su nido, de todas maneras aunque saliera lleno de agüita amarilla de su bombón de crema a el no le importaba.

Hasta que el día de la boda de Jiang Cheng y Wei Quing por fin llegó, Quirent se instalo en casa de Wei Ying para estar al pendiente del conejo embarazado, no es que Ying no confiara en los cuidados de sus guardias pero no podría estar tranquilo de saber que su amorcito está ahí sin ninguna persona de su aprecio cerca últimamente ese pequeño mimado se había vuelto muy absorbente, exigente y demandante con los mimos, cariños y sobadas de panza.

Wei Ying se despidió de su dulce de zanahoria,  le dio muchos dulces de esos que el conejito adoraba, Quirent lo saco de la madriguera esta ves a jalones, pues el conejo chantajista daba pujititos y silviditos de no te vayas o moriré de tristeza,  vaya chantajista que me salio esta niños decia el mayor de los Lan mientras aporreaba a su yerno para que se fuera de una buena ves, Ying salió de su casa con el corazón roto, no quería dejar a su bebé conejo pero debía entregar a su hermana en el altar.

Mi lindo esposo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora