Toma el cuerpo del "ángel"

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Su ser se fundió con el cuerpo a una velocidad impresionante. Sentía como se extendía desde la cabeza a cada extremidad, hasta el final de cada uña y cabellos. Como una potente corriente eléctrica que hizo vibrar hasta la última célula en su cuerpo. En el proceso que duró apenas un par de segundos todos los recuerdos de la vida de aquel joven surgieron velozmente en su mente. Ahora el cuerpo era completamente suyo.

De pronto abrió los ojos y tomo una gran bocanada de aire. No se detuvo a observar la habitación en la que estaba, solo se apresuró a correr al cuarto de baño. Debía de expulsar "aquello" con lo que el joven arrebato su propia vida.

La causa de "muerte" de Xie Yan fue sobredosis. Antes de encontrarse con la bolita negra había estado recostado en la cama observando el vacío. Al ser visto por alguien parecería que el joven estaba muy apacible. Sin embargo, su mirada se perdía en la infinidad de pensamientos y sentimientos caóticos. En un momento se levantó de la cama e ingirió una gran cantidad de medicamentos que tenía ocultos en el cajón de la mesita de noche. Luego volvió a acostarse en la cama y está vez cerró los ojos.

En el cuarto de baño, la bolita que ahora estaba en el cuerpo de Xie Yan vomitó una gran cantidad de fluido oscuro y espeso. El cuerpo tuvo que desintoxicarse ahora que pertenecía a alguien más porque de otro modo no viviría.

– Ahhh...¡Ugh! ¡Qué horror!...Me arrepiento, ya no quiero más "diversión".

Ésta fue la primera experiencia de la bolita en este nuevo mundo.

Después de tan "preciosa" iniciación permaneció sentado cerca del inodoro; replanteándose si seguir aquí o no. Entonces fijó su mirada en el espejo a su izquierda y se levantó para observar su apariencia.

– ¡Ahhh!...¿Qué es eso?...No puede ser...que...

El rostro que se reflejaba estaba cubierto de un espeso, desordenado y descuidado cabello negro como el ébano. Era un poco largo a la altura de su mandíbula con un flequillo que cubría sus ojos.

– ...¿Era acaso un indigente?

Con suavidad apartó el flequillo que obstruía su visión, revelando el rostro oculto. La tez es blanca y pura debido a que estuvo cubierta y poco expuesta al sol. Acompañado de un leve tono rosado en los pómulos. Una nariz pequeña y delicada. Labios rosados y carnosos tan encantadores como una flor en un invernadero. Sin embargo, todas esas características palidecían al ser comparadas con los hechizantes ojos celestes como el cielo de la mañana.

Quedó impresionado por la belleza del joven.

- Fascinante, detrás de estos feos mechones negros hay un gran tesoro. Tsk, tsk ¿Por qué ocultar algo tan bello?

El joven que conoció era sin duda alguien muy hermoso, pero viendo el aspecto general justo ahora le hace sentir tan incómodo. No porque le desagrade, sino por la experiencia de vida del muchacho.

¿Por cuánto tuvo que pasar para tener que avergonzarse de una apariencia tan impresionante?

Las personas hermosas que conoció en sus viajes eran concientes y muy orgullosas de sus apariencias físicas. Como preciosas gemas que pulían su belleza. Pero el joven era como una gema que se aferraba a ocultarse de la vista de todos hundiéndose en el barro.

Gracias a los recuerdos en su mente tenía una idea sobre los "motivos" que lo llevaron a tomar tal decisión. Al pensar en tales "motivos" su expresión bajo el cabello oscuro se hizo cada vez más fría y enojada.

– Bien, bien...calma...todo a su tiempo. Ahora debo tomar una ducha.

Después de un tiempo salió con una bata en el cuerpo y una toalla pequeña secándose el cabello.

Mientras se duchaba descubrió que su cuerpo tenía buenas proporciones y era tan blanco como su rostro. Los brazos y piernas eran delgados y rectos. Los hombros eran suaves y redondos. Las clavículas sobresalían encantadoramente con algunos movimientos. La cintura estecha y una cadera suave y encantadora con el delicado hueso de sirena.

Otra vez frente al espejo observó su apariencia renovada. El cabello era ligeramente rizado con suaves ondas. Antes, cuando era negro parecía una fea mopa usada. Ahora resplandecía como el fino sol del amanecer. Aunque era rubio de nacimiento desde hace un buen tiempo el muchacho se teñía el cabello sin falta después de cada baño.

Debe agradecer que en ésta época de tecnología avanzada los tintes no sean dañinos. De otro modo quizás ya sería calvo... probablemente.

Suavemente acomodó el cabello de manera que no cubriera su rostro, tratando de darle estilo. Le gustaba el largo del cabello y pensaba que no había necesidad de cortarlo o hacer algún cambio.

– En verdad...se sacó la lotería genética ¡Es increíble! Jajaja

Dijo lleno de alegría al ver su bella apariencia en el espejo. Estaba tan satisfecho con ello.

– Es como dicen, la belleza es un arma poderosa y la que tengo aquí es de gran calidad.

Se miró en el espejo por un buen tiempo y descubrió que cuando no hacía ninguna expresión el rostro juvenil se veía tan puro, como un ser inocente que desconocía la crueldad del mundo. Cuando sonreía era tan cálido y encantador, como un delicado haz de luz que ilumina en las tinieblas. Si reía era la salvación que algún dios puso en el mundo terrenal. Estaba totalmente fascinado con tal apariencia.

– Sin duda...es un ángel

Dijo mientras el reflejo del rostro angelical en el espejo se deformaba dejando atrás la belleza pura y celestial. Sus ojos celestes destellaron con una mirada insidiosa y cruel llena de deleite. Además de una sonrisa de encanto perturbador. Incluso si parecía aterrador de algún modo también era seductor. Como una dulce y peligrosa tentación a la que es imposible resistirse incluso si se sabe que acabará contigo.

Disfraz de ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora