Un corazón honesto

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¿Un guardaespaldas? ¿Tan repentino?

El hombre llamado Liang era alto y fornido. De piel bronceada y cabello negro y corto. Su mirada era profunda con un par de ojos negros. Tenía un corte en vertical peligrosamente encima del ojo izquierdo. Sus labios eran rectos y sin rastro de sonrisa. Todo su ser parecía estar cubierto de fuertes hormonas de masculinidad.

Xie Yan miró al hombre rudo por unos segundos, mientras éste inclinaba su torso y bajaba los ojos en un suave saludo.

– Bueno, hola…hum…¿guardaespaldas Ye?

El hombre se enderezó y miró al joven frente a él. Xie Yan sonrió con dulzura al hombre, mientras se inclinaba un poco hacia él. Sus celestes se oscurecieron imperceptiblemente, regresando a la pureza como si nada.

Ye Liang se sorprendió por su repentino acercamiento. Aunque no lo demostró en su seria expresión. El joven maestro, quien le miraba con sus inocentes ojos celestes y los suaves rizos inclinados, le recordó su infancia en la estrella Rem.

~ Hermano Liang.

Mientras estaba distraído en el pasado fue despertado por la clara y melodiosa voz del joven frente a él.

– Un gusto conocerte, estaré bajo tu cuidado.

Dijo Xie Yan mientras volvía a su postura anterior.

Ahhh…será molesto tenerlo rondando a mi lado.

Pensó con fastidio, pero conservando su linda apariencia exterior.

– El gusto es mío, joven maestro.

Terminada las presentaciones todos subieron a la nave. En poco tiempo llegaron a la mansión de la familia Xie.

– ¿Qué pasó con mi padre y mis hermanos?

– No han regresado a la mansión, joven maestro.

– Mm.

La caótica mansión de la noche anterior regresó a su silencio. A Xie Yan no le importó en absoluto y subió a su habitación. Realmente quería quitarse la molesta sudadera que le llevó la sirvienta Xu al hospital.

– Había olvidado el deprimente guardarropas del chico.

Dijo con tristeza mientras se llevaba consigo un polo más fresco. Debía salir para comprar ropa de su gusto o morir de calor usando las sudaderas oscuras. La cuenta del joven tenía muchos ceros agradables de ver y estaba más que dispuesto a hacerles buen uso.

Fue al centro comercial siendo llevado por el guardaespaldas Ye, quien también actuó como su chófer personal. Se pasó toda la tarde comprando de aquí a allá.

¿Este es el legendario poder del dinero?

Estaba realmente feliz por el gran hallazgo. Cuando estuvo seguro de haber equipado todo su guardarropas regresó a la mansión. Cenó satisfecho y subió a su habitación para ordenar las ropas.

Frente a las vestimentas y calzado del joven…se sintió apenado. No podía solo deshacerse de ellas. Así que con cuidado las ordenó y guardó en el interior del vestidor. Poco a poco colocó las nuevas prendas y el calzado. Además de algunos accesorios que le gustaron. Se sentó sobre la alfombra en medio del cuarto y observó todo con cuidado.

– Fue divertido comprarlas y fue divertido guardarlas jejeje

La noche no se hizo esperar y la luna alumbró con su pálida luz. Xie Yan se dispuso a tomar un largo baño. Había comprado esas lujosas velitas aromáticas y las lindas pelotitas de espuma. También esparció los pétalos de rosas y se relajó con música suave. Una vez vio esto y desde entonces siempre imaginó lo que se sentiría. Hoy al fin lo experimentaba.

Solo salió cuando sus delgados y rosados dedos se arrugaron. Se puso una bata de seda blanca que apenas le cubría los muslos lechosos con suaves tonos rosas. Se secó el cabello rubio con cuidado frente al espejo del tocador. Después se recostó en la suave cama y cerró los ojos con una sonrisa. Hoy fue un día muy feliz y mañana…sería un día largo.

En otra habitación, estaba un hombre robusto observando la luna en lo alto del cielo. Estaba pensando en el joven maestro que conoció el día de hoy.

– Es diferente a lo que investigué.

El Xie Yan que conoció hoy era tan delicado como una linda flor que creció protegida en un invernadero. Tenía una apariencia sobresaliente. Era pequeño y delgado. Cuando lo vio en el hospital parecía resplandecer en un halo de luz. Su cabellera rubia rizada brillaba cálidamente con el sol y bailaba con cada paso. Además, los inocentes y puros celestes que le miraron estaban en sintonía con sus sonrientes labios rosados.

~ ¡Mira éste! ¿No es lindo? Jeje creo que me queda bien.

Recordó lo feliz que estaba Xie Yan mientras compraba hoy, riendo y charlando con él. Su corazón es tan honesto y no cubre sus emociones. Puede reír con alegría al comprar unas simples rosas rojas. Incluso observó como los ojos del chico se cubrían de tristeza y decepción al regresar a casa del hospital. Y al anochecer su mirada parecía buscar en la mansión. Probablemente sería a su familia ausente por la que preguntó antes. Es un joven bastante simple y sin pretensiones, como pocos en el gran imperio.

– Esto es mejor, será más sencillo.

Dijo mientras el manto de la noche cubría todo su cuerpo y la luz de la luna iluminaba su firme mirada.

Disfraz de ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora