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Donghae


Mis ojos se dispararon a mi
izquierda, donde Hyukjae estaba
de pie observándome con leve
curiosidad. Estaba vestido con
pantalones negros y una camiseta
negra ajustada que exponía sus
brazos tatuados.

Me sonrojé y me puse de pie
rápidamente.

-Lo siento. Debí haber
preguntado antes de empezar a
tocar. Ni siquiera sé si se me
permite.

Hyukjae frunció el ceño y se
acercó, y no se detuvo
de mi tensión creciente. Se
apoyó contra el piano, cerca
pero aún a más de un brazo
de distancia. Sus ojos me
escudriñaron de pies a cabeza, y
me obligué a quedarme inmóvil,
permitiéndole su evaluación.
Era su privilegio. Al final,
sus ojos se encontraron con los
míos.

-¿Por qué no se te permitiria
tocar el piano? -preguntó
-. Lo conseguí para ti y está
destinado a ser tocado.

-Gracias -dije en voz baja-. No
tenías que hacer esto. Es muy
caro.

La boca de Hyukjae se torció con
diversión oscura.

-No lo hice, pero queria, y
el dinero no es un problema,
Hae. Tenemos más de lo que
podriamos gastar.

Volvi a mirar las teclas y las
rocé con la punta de mis dedos.

-Toca esa canción otra vez -dijo
Hyukjae.

-Solo empecé a trabajar en
ella hoy. Aún no está lista.-
No mencioné que nunca había
estado feliz con una canción que
hubiera creado y evitaba tocar
frente a otros si es posible.
La música era emocional para
mí. Ponerme al descubierto ante
otras personas asi nunca me
habia parecido sabio.

-Tócala -ordenó Hyukjae.

Mis ojos volaron hasta su cara.
Su expresión era dominante
pero no cruel. Me hundí en el
banco una vez más, respirando
profundamente, y apoyé los dedos
en las primeras notas.

Cerré los ojos porque con la
intensa mirada de Hyukjae en
mí, no podía concentrarme.
Entonces empecé a tocar, y la
melodía cobró vida, fluyó a mi
alrededor, evolucionó a medida
que añadía algunas notas más.

La última nota habia muerto
hacía mucho tiempo cuando me
atrevi a abrir los ojos. Hyukjae me
contemplaba, y el calor subió a
mis mejillas.

-No es buena, te lo dije,
pero ...

Hyukjae se inclinó y contuve la
respiración.

-No te menosprecies. Ahora eres
un Bang.

Parpadeé y asentí. Toda la vida
me habían menospreciado por los
demás y por mí mismo. Heechul me
había dicho lo mismo antes, pero
ningunas de sus palabras habían
tenido efecto.

Al mirar el rostro hermosamente
frío de Hyukjae y ver el dominio en
sus ojos, me pareció imposible
no tomar en serio sus palabras.

Cuando quedó claro que Hyukjae
esperaba una respuesta, dije:

-Está bien.

Sacudió la cabeza brevemente,
pero no estaba seguro de lo que
eso significaba. Después se
enderezó.

-Tengo que irme para reunirme
con el dueño de nuestro club
de peleas, la Arena de Roger.
Puedes pasar el día como
quieras. Eres libre de caminar
por las instalaciones y la
mansión, pero como dije, no
entres en el ala de Chris.-
Christopher probablemente tenía a
una pobre alma encerrada en un
calabozo allí. Me estremecí.

-¿Estaré aquí solo? -pregunté.

Hyukjae negó con la cabeza.

-Zhoumi se quedará contigo.

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