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Hyukjae







A pesar de la falta de sueño que implicaba un recién nacido, Donghae parecía brillar con energía y felicidad mientras cuidaba a Seungmin. Apenas dormía más de dos horas seguidas, un bebé inquieto y
nervioso que necesitaba mucha atención. Esa probablemente era la razón por la que
su madre biológica lo había quemado. Algunas personas nunca deberían considerar
tener hijos, muy diferente a Donghae, que tenía un suministro interminable de paciencia, no solo para Seungmin sino para todos.

Mientras Donghae preparaba una mamila para él, lo acuné sobre mis muslos. Ya
estaba chillando, desesperado por comer.

-Está bien, Minnie. Tu mamá te traerá tu leche pronto.- Levanté su camisa
suavemente, comprobando las dos marcas de quemaduras en su vientre. Todavía
estaban rojas pero curando- ¿Puedes darme el ungüento?- pregunté a Christopher, que
había estado pateando el saco de boxeo, el cual se negó a sacar de la sala de estar a
pesar de las pistas no tan sutiles de Donghae y Hyunjin.

Deteniendo su asalto, agarró el tubo de la mesa, se hundió a mi lado y me
entregó el ungüento. Puse un poco en mis dedos y lo froté entre ellos, de modo que
no se sintiera demasiado frío y luego lo extendí sobre las heridas de Seungmin. Detuvo
el lloriqueo solo moviendo la boca como si ya estuviera succionando la mamila.

-No puedo creer lo jodidamente pequeño que es -dijo Christopher, apoyando su
dedo en la palma de Seungmin-. Wonbin y Yeji ya tenían cinco meses cuando los vi
por primera vez, y yo pensaba que eran diminutos.

Cuando terminé con sus quemaduras, me alejé y Seungmin volvió a quejarse
inmediatamente, así que seguí frotando su vientre con el pulgar. Donghae apareció con
el biberón y estaba a punto de entregarle a Seungmin porque se había encargado de la
alimentación y casi todo lo demás hasta ahora, ansioso por ser madre finalmente, pero sacudió la cabeza.

-Tu turno.

Le quité la botella y se acomodó en el reposabrazos. Para el momento en que
apoyé la mamila en los labios de Seungmin, comenzó a succionar ansiosamente, pero
seguí acariciando su vientre, ya que parecía calmarlo. Christopher se puso de pie y me
apretó el hombro, luego salió al jardín.

-¿Qué ves cuando lo miras? -preguntó Donghae, pasando sus dedos por mi cabello de la manera en que siempre disfrutaba.

Contemplé al niño pequeño en mi regazo, forma en que se aferraba al
biberón como si se lo pudieran quitar en cualquier momento, las marcas rojas en su
vientre, la forma en que respondía al toque gentil.

-A ti. Te veo a ti.

Donghae inclinó la cabeza con una expresión curiosa.

-¿A mí? No se parece a mí.

-Eso no es lo que quise decir -dije, intentando poner en palabras lo que
sentía porque eso era lo que Donghae de hecho había estado preguntando -. Te veo a ti
porque necesita protección y cuidado como tú cuando me fuiste dado. Te veo a ti
porque él significa que eres feliz. Veo tu amor. Es por eso que voy a amarlo como
terminé amándote. Ya sabes, me lleva algo de tiempo.

-Lo sé, y tus palabras ya son más de lo que esperaba-. Se inclinó hacia adelante y besó mi mejilla.









🎹
🔞










Cuando lo llevamos a la cama cerca de las siete de la noche, envolví mis brazos en Donghae desde atrás, acariciando su cuello. No habíamos tenido intimidad desde que Seungmin se había unido a nuestra familia. Donghae no podía relajarse con él en la misma habitación y todavía no quería dejarlo solo. Presioné mi erección contra
su espalda baja y el lanzó un suspiro pequeño y me miró por encima del hombro.

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