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Donghae

Era un manojo de nervios. Era
la primera vez que regresaría
a Busan desde que me casé con
Hyukjae, luego del escándalo de
las sábanas sangrientas. La
descripción de Heechul sobre
las consecuencias de ese día
probablemente fue moderada por
mi bien.

Seria el centro de atención. La
gente susurraria a mis espaldas
Me juzgarían por acciones que ni
siquiera eran mías.

Hyukjae se me acercó.

-Debemos salir ahora si queremos
estar en la casa de tu tío
alrededor de las siete de la
tarde.

Asentí y mi estómago se tensó
aún más.

-¿Que te pondrás? -preguntó.

Señalé hacia el modesto pantalón
oscuro que colgaba de la puerta
y mi camisa blanca. Era algo que
tío Changmin me había comprado
hacía un par de años. Era una
elección segura.

Hyukjae negó con la cabeza una
vez. Entró en nuestro vestidor
y salió unos minutos después
con la camisa de seda rojo con
abertura en la espalda que
compré hace unas semanas.

Mis ojos se ensancharon.

-Si me pongo eso, la gente me
mirará aún más.

Hyukjae inclinó la cabeza.

-Eres un Bang Falcone, mi esposo, y no intentarás esconderte.
Mantendrás la cabeza alta y les
mostrarás que están por debajo
de ti. Muéstrales lo hermoso que
eres. Déjalos mirar.

Parpadeé y asentí en silencio .
Lo hacía sonar tan fácil.

Christopher, Hyukjae y yo tomamos el jet privado a Busan. Zhoumi,
Jeongin y Jungsu se quedaron en
Jeju ya que se trataba de un
asunto más que nada familiar,
era el setenta cumpleaños de mi
tío. Christopher, como Capo de la
Camorra, iba como invitado de
honor aunque asumí que mis tíos
no estaban muy entusiasmados de
tenerlo bajo su techo.

Nos quedaríamos en un hotel esta
vez porque Heechul y Siwon, asi
como mis otros hermanastros,
ya estaban pasando la noche en
la casa de mis tíos. Y, por
supuesto, porque casi todos
los miembros de la Famiglia se
habían vuelto más cautelosos
con Hyukjae y Christopher desde que mataron a Dae en mi noche de
bodas.

A veces me preguntaba si algo
estaba mal conmigo por no
sentirme culpable por lo que
había pasado. No vi su cadáver,
pero por las reacciones de todos
los que lo habían hecho, sabia
que era malo.

Observé a Hyukjae y a Christopher por encima de mi libro. Estaban
discutiendo una próxima reunión
con Kyuhyun.

Llegamos más tarde de lo
esperado a nuestro hotel, así
que tuve que apresurarme a
prepararme. Cuando estuve listo
con la camisa roja, la abertura
llegaba hasta mi espalda baja
y no pude apartar los ojos del
espejo. Mi cabello oscuro caía
rozando con mis hombros haciendo
contraste con el intenso color
sangre de mi camisa.

Hyukjae apareció detrás de mí con
una mirada complacida.

-Serás el centro de atención,
Donghae, como debes serlo. Eres
un espectáculo para la vista. El
rojo sangre es tu color.

Resoplé una carcajada.

-La gente pensará en las sábanas
sangrientas, sin duda.

Hyukjae puso sus manos en mi
cintura, y sin pensarlo, me
recosté contra él, disfrutando
de la sensación de su cuerpo
fuerte presionado contra mi
espalda.

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