CAP 17

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El sonido de un golpe en la ventana hizo que abriera los ojos de repente. 

Mis párpados se abrieron poco a poco hasta ser consciente de la imagen que tenía en frente. Las cortinas que cubrían suavemente el balcón de la habitación jugaban en el aire mientras el poco viento ingresaba.

Lentamente me incorporé sobre la cama y de pronto sentí los rezagos de la noche anterior. El dolor en la cabeza de solo respirar, y los nudos en el cuello y espalda. 

El reloj de la habitación marcaba las 7:14 am. Mi vuelo salía en menos de dos horas.

Me levanté deprisa y me coloqué los zapatos, no pude evitar merodear un poco por la habitación de Geto. Todo estaba en orden, tenía un librero con algunas revistas y libros aún envueltos. La puerta de su clóset estaba entreabierta y pude reconocer algunas prendas que lo había visto usar con anterioridad.

Sonreí al ver una copia de Susurros de Poesía al lado de la lámpara que se encontraba sobre uno de sus veladores, el marcador de libro estaba casi en la mitad, justo estaba por entrar al clímax de la historia. Me hubiera gustado estar aquí cuando llegara a esa parte del libro.

Tampoco pude evitar fantasear un poco sobre cómo sería despertar en esta misma cama con él a mi lado. Hablar sobre el libro que estuviéramos leyendo, decirnos cuanto nos queríamos al despertar o simplemente intercambiar besos hasta quedarnos dormidos en los brazos del otro.

Cosas que solo pasarían en mi imaginación.

Salí de la habitación con sigilo y lo vi durmiendo sobre el sillón más grande. Estaba cubierto de la cintura hacia abajo con una sábana delgada. Tenía una mano detrás de la cabeza y la otra colgaba del borde del sillón. Me acerqué un poco para verlo, algunos mechones cubrían su rostro, pero pude ver sus ojos, estaban suavemente cerrados y tenía la boca un poco entreabierta. Era una imagen muy dulce. Sonreí un poco, era la primera vez que lo veía dormido. Me provocaba darle un beso, uno como el que me dio anoche, con ternura, pero sabía que si lo hacía lo despertaría.

Los minutos seguían corriendo, me saqué la cadena dorada que traía siempre conmigo en el cuello. Dude un poco antes de dejarla sobre la mesita de la sala. Si no nos volvíamos a ver, quería que se quedara al menos con algo mío, quería que supiera que, a pesar de todo, el cariño fue mutuo.

Salí del edificio y busqué un taxi hacia el bar para recoger mi bolso. Toque la puerta varias veces hasta que alguien salió.

-Lamento molestarlo tan temprano.- me disculpe.

Me devolvió mi bolso y me apresuré a ir a la avenida a conseguir otro taxi.

-Necesitas un aventón? - preguntó una voz masculina dentro de un auto negro con lunas polarizadas.

Me acerqué un poco y pude a ver Gojo dentro del auto. Vestía una camisa negra con las clásicas gafas oscuras que ya conocía.

-Hola. - lo saludé antes de subirme. – Llegaste justo en el momento indicado. Debo llegar a mi departamento pronto.

-Por qué la prisa? - me preguntó.

-Me voy a Taiwán y mi vuelo sale en menos de dos horas.

-Taiwán? – preguntó mientras encendía el aire acondicionado.

-Sí, me iré unos meses por trabajo.

Esperaba unas felicitaciones o que al menos preguntara por Nanami, pero no dijo nada. Pasaron algunos minutos antes de que pudiera decir algo.

-Discúlpame Akane, no es de mi incumbencia. - finalmente dijo. – pero Suguru sabe de esto?

-No. - respondí.

SUSURROS DE POESÍA | OC x Suguru GetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora