Capítulo 1: Ecos en la Oscuridad

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La ciudad de Roma nunca duerme; es un organismo vivo que respira historia en cada esquina.

En una de sus lujosas villas, Brad Di Marco contempla el jardín desde el balcón de su habitación. La responsabilidad de continuar el legado de su familia pesa sobre sus hombros, como el mármol de las estatuas que adornan su hogar. Educado para liderar y proteger los intereses de la mafia Di Marco, Brad es un estratega nato, un hombre que ha aprendido a ocultar sus emociones bajo una máscara de indiferencia. Sin embargo, en la soledad de la noche, permite que su mente divague hacia la posibilidad de una vida diferente, lejos de las sombras que lo han seguido desde su nacimiento.

— ¿Qué te pasa, Brad? —preguntó la rubia que lo acompañaba en esa gran habitación.

— ¿Qué me pasa de qué? —respondió Brad mirando aún hacia el horizonte.

Aquella mujer se acercó lentamente hacia él y abrazó levemente su cintura. — Te veo algo perdido en tus pensamientos... ¿Es por lo que dijo tu padre? —inquirió curiosa. Esa tarde su padre había citado a toda la casa para una reunión en la que ordenó que no dejaran entrar a Lucas, su hermano, a entrar debido a los problemas que ocasionaban las chicas con las que tenía aventuras.

—No me molesta mucho el hecho de que no pueda entrar; sabes que tienes otros lugares donde quedarse... —se gira y dirige su mirada directo a la cama que hace unos segundos compartían. —Me incomoda un poco que mi padre lo obligue a casarse de esta forma.

Brad es un hombre alto, aproximadamente, medía 1.83 metros. Tenía una barba leve, unos preciosos ojos negros como la noche y un cabello café, algo parecido al color del chocolate. A pesar de su apariencia fría, era un hombre extremadamente familiar. Sentía el deber de proteger a sus hermanos; Leah y Lucas. Lucas tenía 24 años y Leah 17; A pesar de que era mayor que ellos por dos y nueve años respectivamente. Tenía la necesidad de protegerlos como si de sus hijos se tratara.

—Olvidémoslo, Brad. Sabes que él se las arreglará, es un tipo muy inteligente... Como tú. —la chica se quitó la bata que cubría su precioso y voluminoso cuerpo y acercó sus labios a los del hombre que la acompañaba.

A miles de kilómetros, en la vibrante ciudad de Medellín, en Colombia, Sofía Smith cerraba su maleta con una mezcla de nerviosismo y emoción. Su sueño de convertirse en médica estaba a punto de llevarla a Italia, un país que solo conocía por fotos y relatos.

Sofía ha crecido en una familia donde el amor y el apoyo nunca han faltado, y aunque la perspectiva de estar lejos de casa la inquieta, la pasión por su futura carrera y la aventura de vivir en el extranjero la llenan de determinación. Con una beca de intercambio en la mano y un corazón lleno de esperanzas, está lista para enfrentar los desafíos que le esperan.

—Ya sé mamá. Te llamaré seguido. —le respondía a la señora que se encontraba a su lado.

—Yo sé hija, pero, igual me preocupa... —hace una pausa y toma la mano de su hija. —No conocemos a nadie en Roma, claro; además de tu amiga Melissa. Tu papá te dijo que podrías irte a Estados Unidos, tienes la ciudadanía...

—Lo sé, Alisson. —interrumpe Sofía. —No tienes que recordármelo cada que digo que me voy de intercambio. Me encanta USA y lo sabes, pero, no quiero depender de esa ciudadanía toda mi vida. Quiero abrirme mi propio camino, mamá. —decía en un intento de tranquilizarla. Ese mismo día salía de su país y su madre seguía preocupándose excesivamente por ella.

—Bien, confío en ti. —aseguro la mujer. —Y deja de llamarme por mi nombre cada que te enojas.

—Ja, ja, ja. Está bien, mami. —la abraza de inmediato. —Te voy a extrañar. Igual solo serán 6 meses. No es mucho.

Un par de horas después Sofía se dirigía al aeropuerto. A pesar de sentir nostalgia por estar a unos minutos de montarse en un avión y dejar su país, también sentía emoción por las nuevas historias que venían a su vida. 

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