Capítulo 11: Minashie

21 5 0
                                    


El beso entre Minari y Dashie fue como un torbellino de emociones reprimidas que finalmente se liberaban. Minari sintió cómo el tiempo se detenía mientras sus labios se encontraban con los de Dashie, reviviendo momentos que creía olvidados. Dashie, por su parte, se dejó llevar por la intensidad del momento, dejando de lado cualquier pensamiento racional que pudiera tener.

Después de un tiempo que les pareció una eternidad, Minari y Dashie se separaron del beso lentamente, como si temieran romper el hechizo que los envolvía si lo hacían demasiado rápido. Sus labios se separaron con reluctancia, dejando un hilo invisible de conexión entre ellos.

Se miraron profundamente a los ojos, perdidos en el reflejo del deseo y la nostalgia que brillaba en ellos. Cada uno podía sentir el latido acelerado del corazón del otro, sincronizándose con el suyo propio en un ritmo frenético.

Una sonrisa tímida jugaba en los labios de Minari, mientras que Dashie acariciaba suavemente su mejilla con el pulgar, como si quisiera grabar cada detalle de su rostro en su memoria para siempre.

—Te extrañaba —dijo Dashie en un susurro. —Lo sien...—no pudo continuar, pues Minari lo interrumpió.

—Yo también, Dashie. ¿Tu casa está disponible? —preguntó. Dashie no dijo nada, solo subió a su moto e invitó a Minari.

La motocicleta rugía bajo ellos mientras recorrían las calles hacia la casa de Dashie. El viento acariciaba sus rostros, mezclándose con la adrenalina y la pasión que los consumía. Apenas podían esperar a llegar a su destino, donde podrían entregarse por completo el uno al otro.

Al llegar a la casa, Dashie apenas tuvo tiempo de estacionar la motocicleta antes de que Minari lo tomara de la mano y lo arrastrara hacia adentro. Sin decir una palabra, se dirigieron directamente a la habitación de Dashie, donde la atmósfera estaba cargada de electricidad.

Una vez dentro, se encontraron enredados en un abrazo apasionado, sus manos explorando cada centímetro del cuerpo del otro con urgencia y deseo. La ropa pronto se convirtió en un obstáculo, y en un frenesí de necesidad se quitaron los zapatos torpemente.

Mientras el beso se hacía más profundo entre ellos, Minari se separó y comenzó a besar lentamente el cuello de Dashie. Dashie estaba muy excitado; su cuerpo y su mente pedían más y él estaba listo para conseguirlo.

El aire caliente comenzaba a llenar la habitación y a sumar excitación a ambas personas. Dashie tomaba levemente a Minari  por su pelo, poniéndola bajo su poder. Minari comenzó a dejarse llevar. Bajo la luz del sol, sus cuerpos se veían claramente, se podía notar a kilómetros la excitación que sentían el uno por el otro.

—Como extrañaba tenerte así frente a mi, Minari.—dijo Dashie con un aire de excitación.

—Dios. —murmuró ella. Incapaz de resistirse, comenzó a desnudar por completo a Dashie, comenzando por su camisa

Minari pasaba las manos por el cuerpo del hombre que la acompañaba, emocionada por tenerlo de nuevo. Dashie, por su parte, logró quitarle el sostén a Minari, dejandola descubierta. Dashie no pudo aguantar su necesidad, así que, se inclinó y tomó un pezón en su boca, mientras que con su otra mano tomaba el otro pezón y lo apretaba ligeramente. Minari, estaba segura de que se hubiese corrido solo con lo que hacía Dashie, pero él siempre se detenía en el último momento, lo hacía desde que habían hecho esto por primera vez.

Lentamente, Dashie se apartó y se recostó en la pared frente a la que se encontraban. Las manos de Dashie bajaron lentamente a la cintura de Minari, en un intento de desabrochar la falda en tubo que tenía puesta la chica. Después de unos segundos lo logró. Unos minutos después de muchos besos, Minari, ahora recostada en la cama, bajaba lentamente su falda por sus rodillas, dejando ver únicamente su pequeña pieza de lencería, la cual no dejaba imaginar mucho. Él la acarició suavemente a través de aquella tela, y sus caderas se acercaron a él en aceptación.

SHADOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora