Capitulo 12: Creando Memorias Agridulces azucaradas

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Al salir de la habitación caminamos hacia una de las habitaciones para golpear suavemente la puerta. Es la habitación de sus padres en medio de la madrugada pidiendo que se levantaran. La puerta es abierta a los pocos segundos luego de repetir mis golpes constantemente el Señor Habacus.

—¿Se encuentran bien ustedes dos? —pregunto medio adormilado. —Son las cinco de la mañana, no me digan que ya tienen hambre.

—No, yo no he podido dormir nada y Declan está igual, se me ocurrió que tal vez la Señora Melania supiera algún te para dormir. —digo con u poco de vergüenza en mi voz. —Sé que es muy temprano, pero realmente necesito dormir y dijeron que cualquier cosa que necesitara los buscara pues...

—Ah, ya veo. —Abre un poco los ojos ligeramente, creo que entendió a quién me refería. —Ella ahora está durmiendo, pero yo puedo prepararles algo.

—Papá, no es necesario que cocines tan temprano.

—Ustedes dos no se van a costar con el estómago vacío y no los pienso despertar en dos, tres horas para desayunar. —Sale del cuarto feliz para lo que creo que es la cocina. —Tengo un tiempo de no hacerlo, ya lo extraño.

Al llegar encendió la cocina de leña mientras buscaba los ingredientes de una arepa salada. Estaba emocionado en preparar todo contándome lo mucho que disfruta preparar la comida. A mí me encanta al igual que el este arte culinario, pero a diferencia de el que se desenvuelve tan fácil sin toda la tecnología a la que estoy acostumbrada.

Debo admitir que los avances tecnológicos nos facilitan más nuestra vida porque no es nada sencillo sin esa ayuda extra.

—¿Amalia, alguna vez probaste la arepa Tica? —Rayaba el queso para incorporarla a la mezcla. —Es muy diferente a las de la Nueva España.

—No, en un viaje conocí a una mujer que su abuela era Tica y me cocinaron durante esa temporada algunos platillos típicos. —Si como no, ¿ahora que me tocara inventar? —Comida deliciosa, creo que conozco todos los platillos.

Pues sería el colmo que no lo hiciera porque este es mi país y es muy extraño que desconociera cosas tan comunes. Siempre me intereso conocer sobre mi cultura y quitar esa brecha que crea la sociedad. Es importante conectar con mi cultura sería extraño si no. Como dirían coloquial mentir manda huevo ¿o era aguevo?

—Papá, deberías contarle la historia de la cocinera. — Declan exprime unas naranjas. —Es de locos.

—Uh, esto será interesante.

—Desde niño mi mamá me enseño hacer de todo sin importar el género, todos debían aprender lo mismo. —Con una espátula volteaba las arepas. —Cuando me case con Melania después de nuestra luna de miel quería demostrarle mi apoyo en su negocio el cual le dedicaba mucho tiempo. —Una sonrisa cruza sus labios. —Todavía recuerdo nuestra primera pelea.

—¿Qué tiene que ver la costura con la cocinera y la pelea? —pregunto al no ver el rumbo de la historia.

—Ah, eso es lo interesante. —Ahora tengo más curiosidad. —Un día se plantó muy seria diciendo que ella sabía que soy un gran administrador, pero estaba haciendo muchos desperdicios y deberíamos ahorrar. Casualmente, unas horas antes había mandado hacer una silla para que ella no notara la diferencia. — Señala una silla en el desayunador. —Por más que intentaba arreglarla no lo hacía siempre terminaba igual de mal o peor hasta que un día me canse y la tire. Le había prometido que yo podía hacerlo y al no conseguirlo le mentía diciendo que no tenía tiempo.

>> Estaba aterrado al pensar que me había descubierto y que no podía mantener mi palabra. Yo había hecho las cuentas y al estar recién casados el dinero era limitado, pero nos alcanzaba lo suficiente. Yo le decía que era un pequeño lujo que podíamos permitirnos y que no era para tanto, que estaba exagerando.>>

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