Capítulo 24: Narcisos Rojos

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Era magnífica la vista del campo con sus secciones de cualquier flor que se pudiera imaginar. El sol le daba un toque mágico, especialmente haciéndome recordar el día que el Señor Habacus me convenció para volver a su casa. Esa noche hizo posible que pudiera existir un nuevo mañana para mí.

Declan me está guiando al lugar donde me encontró y el lugar a donde llegué después de viajar. Puede existir un portal que esté vinculado con el futuro, porque si es así necesito saber para destruirlo. Además, necesito buscar las piedras que pueden ser mi única salvación, la mía y quizás la de esta familia.

Por fin nos detenemos y lo único que hay a nuestro alrededor es una flor blanca con rojo. Son preciosas.

—¿Aquí fue donde me encontraste? —pregunté. —Es un lugar bonito.

—Si.

—¿Qué flores son? —muerdo mi labio nervioso. —Parece que solo estaba yo y estas maticas...nada más.

—Nar...narci-narcisos, r-rojos.

—Es una gran vista —digo contemplando el paisaje. — No hay alguna pista de cómo llegue aquí o quien me trajo.

—No, no vimos nada ese día y Calíope, ella no...

—¿Qué tiene que ver Calíope en todo esto? —le interrumpo. —Fueron usted y su padre quienes me encontraron, ¿no es verdad?

Declan asiente con su cabeza. —Mmi her.hermana, ella estuvo en el ca-campo el día siguiente y ningún campesino vio o dijo algo.

—¿Y yo no traía nada? —Debo averiguar dónde está esa bolsa con las piedras preciosas. — No sé, alguna nota o algo.

—No, lo siento —susurró.

—Una vez escuché que las flores tienen su propio lenguaje. —Él asiente. — ¿Qué significan los narcisos rojos?

—Renacimiento y un nuevo comienzo, y hay quienes, bueno, al-algunos piensan que es vida, vi vida eterna, pero se dice que

—¿Qué es lo que dicen?

—Ah, nueva oportunidad

Mi suerte no debe ser muy grata para que la única posibilidad de salvarme de los futuristas y sus planes se haya esfumado repentinamente. Este campo es mi salvación, pero se está convirtiendo en un arma de doble filo. Es imposible que aparezca en medio de la nada y sin señal alguna de otra persona cuando estaba inconsciente.

—Creo que debemos volver antes que anochezca.

Fue un día espectacular el cual nunca he vivido, un día familiar, sin regaños, gritos, maltratos, compartiendo. En ningún momento me sentí excluida o me recordaron que no formo parte de su familia, ¡incluso, Calíope! Olvide ese pequeño detalle, pero aún no me acostumbro.

Es extraño pensar que serían mi familia cuando no crecí con ellos o tenemos un lazo sanguíneo. No estoy en edad para ser adoptada, estoy a punto de salir de la adolescencia y casi nadie quiere adolecentes. Tengo diecinueve, voy hacer una adulta joven muy pronto con todo lo que eso implica.

Responsabilidades,

Cuentas,

Deudas,

Tratados,

Contratos,

Documentos,

Deberes,

—¿Qué haces afuera de la casa? ¡Es media noche! — La voz de Calíope se hace presente. —Pareces distraída, ¿le afectó ir al campo?

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