CAPÍTULO 3: Aprendiendo a cuidarte

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Kirishima bostezo por décima vez en la mañana, se encontraba en la cocina de esa gran mansión, no estaba acostumbrado a levantarse tan temprano. ¡Se habia levantado alas tres de la mañana!, ya que debia ponerse al día con los cuidados de katsuki.

Mitsuki había sido muy cuidadosa y especifica en las indicaciones que le dio para cada actividad del rubio. Desde la dieta de comida, hasta el horario de cada medicamento; claro que kirishima ya tenia que hacer sabido algo de eso. Se escaneo a si mismo de pies a cabeza, el uniforme que se le fue asignado consistía en un pantalón y playera azul claro, como todo enfermero debe usar. Suspira pesado, siente un nudo en la garganta y en el estómago. Causado por la mentira.

Kirishima fue educado con principios y valores, nunca paso por su mente fingir ser alguien más y mucho menos mentir en algo tan delicado como ser el enfermero personal de alguien.

Checa su teléfono y sonrie al saber que su padre y su hermana se encuentran bien. Aunque su papá en un principio se negó a que fuera a trabajar y menos que se quedará en esa casa y fuera a verlos por lo menos un dia al mes. Pero, a fin de cuentas kiri lo término convenciendo.

(Se que esto esta mal pero... ya le di mi palabra a shoto. No puedo fallar)

Acomoda en una bandeja pequeña de metal, dos frascos llenos de pastillas color amarillo y un vaso de agua. Las primeras pastillas que el rubio debe tomar para empezar el día.

Se dirige ala habitación de su paciente, al estar frente ala puerta, toca levemente para después entrar sin siquiera escuchar una afirmación que le dijera que pudiera pasar.

--Buenos días, joven bakugo --dijo amablemente. El rubio ni siquiera se habia levantado, seguía acostado en su cama con las sábanas tapando todo su cuerpo--. Ya es de día, debe levantarse y empezar con sus actividades ¡vamos!

No recibió respuesta.

--Joven bakugo, si no se levanta me tendré que ver obligado a levantarlo --ni siquiera un ruido se escucho--. Debe tomar su pastilla de la mañana...

Kirishima dejó la bandeja en la mesita de noche del chico rubio, y se sentó en la orilla de la cama, tomo el extremo de arriba de la sabana y al intentar bajarla las manos de katsuki lo detuvieron.

--¡Largate! ¡quiero dormir!

--Dormirá otra vez cuando se tome su pastilla.

--Tsk. Olvídalo por mi has la mierda que quieras yo no me voy a levantar y menos me tomaré una puta pastilla.

El pelirrojo suspiro. No queria forzarlo pero tenia que hacerlo, sabia que el rubio estaba ala defensiva por su discapacidad y no es para menos. Nadie puede actuar como si nada lo dañará y menos sabiendo que esta ciego.

--Por favor al menos inténtelo. Yo se que usted puede.

--Idiota --murmuró--. Ni siquiera me conoces y yá crees que tienes el derecho de querer alentarme --katsuki retiro la sabana de su cara, y se sentó--. Dinero es lo que quieres ¿verdad? Pues, yo te pago el doble de tu quincena si te vas ahora mismo de aqui y no solo me refiero a mi habitación.

--Estoy aqui por que fui contratado para cuidar de uste...

--En resumen por dinero ¿no? --kirishima frunció el ceño, pero decidió relajarse al ver la mirada de bakugo en otro punto de la habitación.

Debia ser duro no poder ver nada. Ni siquiera algún color o forma. La mirada rubí de katsuki era profunda y hermosa, pero enfocándose bien en ella, esa hermosura era una capa que cubria una inmensa... ¿tristeza? ¿rabia? Aún no lo sabia.

--Me pagan por cuidarlo --habló Eijiro luego de unos segundos en silencio--. Pero yo quiero ayudarlo.

--¿Ayúdarme? ¿A que? --Katsuki dirigió su vista hacia donde oia la voz de ese tipo--. ¿Vas a intentar que no me sienta tan miserable por no poder ver? ¿te vas a burlar de mi o...

A TRAVÉS DE TU MIRADA  {KiriBaku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora