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Luego de las palabras de mi compañero nos quedamos dormidos, un poco incómodos porque la cama es algo pequeña para tres personas, pero nada que no se pueda solucionar

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Luego de las palabras de mi compañero nos quedamos dormidos, un poco incómodos porque la cama es algo pequeña para tres personas, pero nada que no se pueda solucionar.
La mañana del día siguiente estaba muy bonito. Nos despertamos cerca de las once de la mañana y estaba completamente soleado.

Bajamos a tomar un desayuno bastante liviano para después poder almorzar. Como varias veces en el desayuno, la señora Ame me dijo que ella no tenía problema en alimentar a Natsu mientras yo como, para así hacerlo tranquilo y sin tener que estar preocupando.

Comía tranquilo cuando noté las miradas de Tobio y su madre. Otra vez esa extraña conexión.

Terminamos y limpiamos las cosas que habíamos usado. Yo iba a bañarme, pero la mano de Tobio en mi hombro me detuvo.

- Shoyo, te puedo decir algo.

No le respondí con palabras. Simplemente lo miré expectante esperando su respuesta.

- Ten en cuenta que no te dije esto antes para que no te pusieras nervioso. No es que te lo quisiera ocultar.

Okey, tal vez ahora sí estoy algo ansioso.

- Mi familia decidió hacer una pequeña fiesta con los chicos del club. No será acá en casa, pero sí bastante cerca de aquí.

Al club no los he visto desde antes de mi cumpleaños. Hace literalmente seis meses que nos los veo. Pensé que tal vez ya se habían olvidado de mí.

Mientras hablamos llegamos a la habitación de mi compañero. Kageyama a mi izquierda, nuestras rodillas de topaban, pero no era molesto ni incómodo.

- Que genial. ¿A qué hora van a ir?

- Shoyo, quiero que vayas con nosotros.

¿Cómo dice?

- Ehh, tal vez otro día. No los veo hace mucho. - Definitivamente no me siento preparado para verlos. - Tal vez no se sientan cómodos si llego de la nada y...

- Sugawara y Daichi siempre me preguntan por ti. Y ni hablar de Nishinoya y Tanaka, cuando escuchan que te mencionamos comienzan a gritar y casi a llorar.

Bueno, no me esperaba eso.

- Todos allá te extrañan. No fuiste un miembro poco importante, Shoyo. Gracias a ti ganamos muchos partidos, y por ti ganamos muchos más.

Lágrimas amenazan por caer y rodar por mis mejillas, pero a penas comenzaban a caer no lograban acabar su cometido, pues la mano suave y amable de Tobio ya las había secado.

- Incluso gente de otros equipos con los que jugamos también preguntan por ti cuando nos encontramos en algún juego.

Con Kageyama estábamos casi abrazados, mi cabeza apoyada en su hombro y él apoyando delicadamente su mano derecha en mis piernas.

Sin Poder Gritar [Haikyuu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora