Sin Poder Gritar [Haikyuu]

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Pov: Hinata

A penas llegamos a casa fui a recostar a Natsu, ella se durmió en el camino y al moverla mucho para cambiar su ropa se puso a llorar. No me tardé mucho en tenerla lista y darle de comer por última vez, no quiero que en medio de la noche se despierte y molestemos Kageyama, después de todo seguiremos los tres en la misma habitación hasta la primera semana de enero.
Los ojos de mi hermana se cerraban cada vez más, pero se negaba a dormir, igualmente no soportó mucho quedarse dormida.

Estaba sentado en la orilla de la cama, pensando en algunas cosas que, por recomendación de mi psicóloga, no debía sobre pensar, Tobio tocó la puerta y me sacó de mi cabeza.

- ¿Puedo pasar? - Que raro es. ¿Por qué pregunta si puede pasar cuando es su habitación?

- Claro que sí. - Se ve cansado, sus ojos están algo rojos y tiene una cara bastante enojada, lo usual en Kageyama. - ¿Para qué preguntas si puedes entrar? Es tu habitación, claro que puedes hacerlo.

- Lo hago por respeto a ti y tu hermana, están en un momento de privacidad, tonto. - Respeto hacia... ¿Mi?

- Mhm. - Supongo que se dio cuenta que me comencé a sentir raro. Se acercó a mi e hizo que mi cabeza se apoyara en su estómago, mientras su mano acariciaba levemente mi cabeza. Esto me da sueño, en realidad se siente como uno... - ¿De qué querías hablar?

El semblante de Kageyama cambió un poco. No dejó de hacer mimos en mi cabeza, pero sí era un poco más rígido y tosco que hace unos momentos.

La conversación fue... Extraña. Él se sentó a mi lado y movió mi cabeza hasta su hombro. Nuestras manos se entrelazaron y me sentí tan raro. Un nudo se formó en mi estómago y mis mejillas se sienten calientes. Creo que voy a vomitar por comer tanto.

Las palabras de Kageyama fueron simples y fáciles de entender para mi, como siempre son las cosas con él. Una sola pregunta hizo que yo comience a replantear mis enseñanzas.

"¿Te molesta que dos personas del mismo género sean pareja?"

Eso fue un fuerte golpe.

Actualmente en Japón está mucho más aceptado, por lo e sé, ya no meten a la cárcel a ese tipo de gente, pero más allá no tengo idea.

Y supongo que no, si esas personas son felices así, quién soy yo para impedir eso.

Pero... Luego Tobio me hizo otra pregunta.

"¿Te molestaría que a mi me gusten las personas de mi mismo género?"

Un escalofrío me recorrió completamente. De pronto me sentí incómodo y quité mi cabeza de su hombro. Fue un gesto automático, tal y como mi madre me había enseñado.

Alejarme de esas personas, porque se me puede pegar. Es una enfermedad.

Intenté quitar mi mano sin parecer descortés, pero él no lo permitió, me atrapó mi mano derecha entre sus dos manos y las acarició lenta y tranquilamente.