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A mitad de camino me comenzó a doler el estómago y las ganas de vomitar las tengo en la garganta, siento el bilis recorrer y quemar todo a su paso, pero sin escapar de mi boca, no me puedo permitir vomitar y perder energía de esta manera.
Natsu estaba poco habladora, me imagino que por los recientes dolores que estaba teniendo; me siento realmente mal por ella, aunque sea algo por lo que sí o sí tenga que pasar.
Un fuerte mareo me pegó y tuve que bajar de la bicicleta, no iba a correr el riesgo de cometer un accidente donde mi hermana salga dañada, asique poco menos de la mitad de camino lo realicé a pie, pensando en las excusas que le podría dar a Kageyama para no juntarnos el sábado con su familia, pero nada se me ocurre y menos con la presión que estoy sintiendo al ver como la cantidad de casas está disminuyendo al caminar hasta el lugar de mis sueños y pesadillas.
Poco a poco los edificios y casas iban cambiando por grandes parcelas vacías o con alguna plantación. Hasta que divisé ese lugar. Mi hogar.

Tengo mucho miedo de entrar, sé que mi madre no está por el simple hecho que el automóvil no está afuera, pero ayer cuando llegamos con Kageyama y su abuelo tampoco estaba y eso es algo que realmente me preocupa.
Saqué a Natsu de su asiento y la acomodé para que su cuerpo no me interrumpiera al sacar la mochila ni acomodar la bicicleta en el mismo lugar de siempre, un sector donde no molestaba al caminar ni a la vista, después de todo, no puedo arruinar el bello jardín lleno de flores que tiene mi madre, eso le rompería el corazón y no quiero que pase por algo así nuevamente.

Abrí la puerta con cuidado y antes de entrar me fijé por mis zapatos, asegurándome de que no tuvieran mucha tierra o barro; no quiero ensuciar la casa tan limpia y ordenada que tanto le cuesta mantener a mi madre por mi culpa.
Dejé los zapatos en la entrada y caminé descalzo hasta la cocina, mis zapatos de casa se rompieron hace unas semanas y no tengo el dinero como para comprar otros, pero pronto lo haré, ya estamos a final de mes.

Hice la comida y la deje enfriar antes de dejarla en el frigorífico. Pero en un momento dado me di cuenta que mientras yo hago todo esto no estoy pensando, me refiero a que siento mi mente en blanco, o quizá simplemente estoy tratando de evitar sobre pensar en las cosas que me pueden ocurrir en un par de horas.

De un momento a otro escucho dar un portazo fuerte en la entrada y siendo sincero estoy asustado. Quizá están entrando a robar y eso sería la gota que colma el vaso. Mi miedo incrementa al escuchar a Natsu llorar por el susto que tuvo que haber tenido, lo más probable es que ella escuchara más fuerte el sonido al encontrarse en la sala de estar y ahora yo tengo más miedo por lo que le pueda pasar a Natsu.
Tomé un palo de amasar de madera que tengo en la cocina, es bastante grande y pesado, espero poder proteger a Natsu con esto si es necesario, después de acomodarlo en mi mano caminé rápido y decidido hasta donde estaba Natsu, pero lo único que vi aparte de mi hermana llorando era a mi madre tirada en el piso con un aspecto un poco deplorable.

Su cabello estaba revuelto y su camisa blanca un poco sucia por la espalda, que era lo único que veía.
No me pienso acercar.
Tomé a Natsu entre mis brazos me alejé del lugar; para cuando llegué a nuestra habitación mi hermana ya estaba dejando de llorar y el biberon ya vacío de leche se encontraba en la boca de mi hermana, calmandola un poco.
La recosté en la cama y puse muchos almohadones a su alrededor, no quiero que se caiga de la cama y se haga daño.
Una vez satisfecho con el pequeño fuerte que hice, decidí ir a ver que le ocurrió a mi madre.

Ella ya no estaba tirada en el piso, ahora se encontraba de pie y me permitía verla en su totalidad. La camisa blanca que usaba estaba manchada por delante, parecía como si se le hubiera dado vuelta el café o una copa de vino. Su cabello estaba totalmente revuelto en la parte delantera y su falda tenía unos raspones de suciedad, tal vez generados en la caída de ahora. Llevaba los tacones en la mano derecha y en la otra llevaba su cartera de mano.
Su maquillaje también estaba corrido, su labial estaba en todas partes menos en sus labios y sus ojos parecían de mapache.

Sin Poder Gritar [Haikyuu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora